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Tribuna
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Vanguardias

"Uno de los primeros cuadros que yo vi en la puerta de mi adolescencia, cuando sostenía ese dramático diálogo del bozo naciente con el espejo familiar, fue un cuadro de María". Estas palabras son de Federico García Lorca y fueron pronunciadas por el poeta en el homenaje que se tributó en el Ateneo a la pintora santanderina María Blanchard en 1932, el año de su muerte. El acto había sido organizado por Clara Campoamor, la persona que más había trabajado y que por entonces había conseguido el derecho de voto para las mujeres. Y el cuadro al que Lorca se refería era el titulado Ninfas encadenando a Sileno, todo un símbolo de las reivindicaciones femeninas de la época. Este cuadro se puede ver en Madrid en una exposición de la Fundación Mapfre que lleva el título de Fuera de orden. Mujeres de la vanguardia española. Recoge obras de seis pintoras de las tres primeras décadas del siglo que fueron vanguardistas no sólo por lo que pintaban, sino también porque no debía de estar muy bien visto por entonces que las mujeres pintaran. Según un testimonio de la época que cita el comisario de la exposición, Fernando Huici, había alguna alumna que acudía a las clases de la Academia de San Fernando con la señorita de compañía.

Aparte de María Blanchard, expresionista primero, cubista después, otra pintora de la época, mucho más joven que ella y que ha vivido hasta hace pocos años, destaca en esta muestra. Es Maruja Mallo, tan ligada a la generación del 27 y uno de cuyos cuadros surrealistas fue comprado por André Breton en una exposición de París. También están representadas en la muestra Norah Borges, hermana del escritor y mujer de Guillermo de Torre; Olga Sacharoff, georgiana, que vivió casi toda su vida en Barcelona; Remedios Varo, con obras de orientación surrealista, y Ángeles Santos, cuyo cuadro Un mundo, pintado cuando tenía 17 años, nos introduce en un universo que parece evocar visiones del Bosco. Una exposición, en fin, interesante para la historia del arte y para nuestra historia civil.

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