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El yogur, algo mas que un alimento.

El consumo de leche fermentada mejora las defensas inmunológicas y el sistema digestivo

La fecha de caducidad que ofrece la tapa de un yogur es una prueba visible de cuándo acaba su vida útil, pero, desde luego, no es un indicador de la fecha de su nacimiento. Existen diversas teorías sobre la fuente originaria de los yogures, pero todo indica que gran parte de las leches fermentadas consumidas en la actualidad parecen tener su origen en los pueblos nómadas ganaderos de Asia, ya que constituía un alimento fundamental en sus dietas."Todo lo que hasta hoy se sabe del yogur es positivo y lo que se sospecha también es positivo. Se trata de un alimento excelente. Pero tampoco debemos mitificarlo", afirma Abel Mariné, del departamento de nutrición y bromatología de la Facultad Farmacia de la Universidad de Barcelona.

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El interés por las propiedades terapéuticas de los microórganismos que inician el proceso de fermentación en el yogur tiene su origen en el biólogo ruso llya Metchinikoff. Sus investigaciones permitieron observar que los pueblos balcánicos, grandes consumidores de yogur, estaban libres de una serie de enfermedades muy comunes en otras poblaciones y además, en general, vivían más años. Estas observaciones le valieron -el Premio Nobel de 1908, y a partir de éste momento el yogur ya no se desprendió nunca de la imagen de alimento beneficioso para, la salud.

En los últimos años se han realizado infinidad de estudios sobre las propiedades del yogur y sobre los microorganismos vivos que se añaden a los alimentos y que tienen efectos beneficiosos para las personas que los consumen. Son los conocidos como probióticos, que significa para la vida o por la vida, y que le dan al yogur una serie de características funcionales que van más allá de las puramente nutricionales. Los probióticos más utilizados son las preparaciones obtenidas a partir de LactobaciIlus casei y Bifidobacterium bifidum.

Un trabajo realizado por Rosa María Ortega, del departamento de nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, sobre el interés nutricional. y Probiótico de las leches fermentadas, expone los efectos beneficiosos que se consideran probados. Entre ellos figura una mejora en la intolerancia a la lactosa por parte de las personas que sufren este problema, que suele encontrarse de forma más o menos generalizada en la población anciana. El contenido de lactosa de un yogur es aproximadamente un 30% inferior al de la leche.

Otro beneficio probado es la mejora del sistema inmunológico del individuo, lo que supone una mejora en las condiciones de defensa biológica. "Hay datos más que suficientes para afirmar que una persona que ingiere yogur habitualmente se beneficia de una clara mejora del sistema inmunológico. Y cuando digo yogur me refiero a las leches fermentadas no termizadas, es decir, aquellas que mantienen los organismos vivos y, por tanto, las que se conservan en refrigeración con una vida corta", precisa. Y añade: "Son efectos no medicamentosos. No debemos confundir el yogur con un medicamento". Alergias y colesterol

También está probado que el yogur mejora el funcionamiento del aparato digestivo. Su ingesta más o menos habitual actúa como un protector intestinal frente a procesos diarreicos por virus u otros gérmenes, Y también actúa disminuyendo el nivel de ciertas sustancias en el colon que pudieran tener algún efecto cancerígeno. Por esta razón se atribuye al yogur cierto efecto-, protector o de prevencion aríte el riesgo de sufrir cáncer de colon, lo cual no significa que tomar yogures impida la aparición de la enfermedad.

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