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NEUROLOGÍA

Cambios en el tratamiento de los aneurismas

Dos investigaciones publicadas en el New England Journal of Medecine han revelado que los pequeños aneurismas intracraneales, especialmente aquellos localizados cerca de la parte frontal del cerebro, tienen muy pocas posibilidades de romperse si el paciente no tiene un historial de aneurismos rotos.El aneurisma intracraneal se forma cuando un punto débil de la pared de una arteria se hincha, formando una bolsa que se llena de sangre. Los aneurismas intracraneales no rotos son muy comunes en mujeres, especialmente fumadoras. Cuando un aneurisma cerebral se rompe, la sangre se esparce por las cavidades cerebrales, causando un ataque cerebral por hemorragia. El tratamiento habitual para los aneurismas cerebrales es la cirugía, pero comporta riesgos, entre ellos, un ataque cerebral o una infección que puede afectar a la capacidad mental, dañar el cerebro o incluso provocar la muerte. Uno de los estudios, dirigido por la Clínica Mayo, concluye que los pacientes con aneurismas intracraneales no rotos y que no hayan padecido con anterioridad una ruptura de un aneurisma puede llevar una vida normal con un riesgo mínimo haciendo simplemente un seguimiento periódico. "Históricamente, no ha habido acuerdo sobre qué aneurismas necesitaban tratamiento y cuáles se podían dejar y controlar", dice David O. Wiebers, un neurólogo de la Clínica Mayo y principal investigador del estudio. Este estudio conducirá a un cambio muy significativo en el examen de estas lesiones, según Richard Kerr, neurocirujano en la enfermería Radcliffe y en la Universidad de Oxford, Inglaterra. "El riesgo de hemorragia es claramente menor de lo que se creía anteriormente, y eso tendrá una enorme influencia en la decisión de si se debe realizar un tratamiento conservador y observarlos, en lugar de tratarlos de manera activa, por medios quirúrgicos". "Ahora los médicos y sus pacientes podrán sopesar mejor el riesgo de una rotura del aneurisma con los riesgos asociados a la cirugía", dice Wiebers.

Los pacientes que fueron objeto de estudio se dividieron en dos grupos. Los pacientes del grupo I no tenían historial de aneurismas rotos. Los pacientes del grupo II habían padecido previamente la rotura de un aneurisma. El estudio descubrió que en los pacientes del grupo I con aneurismas intracraneales no rotos inferiores a 10 milímetros de diámetro el riesgo de rotura era de 1/20 del 1% anual. Los pacientes de este mismo grupo que padecían aneurismas que medían entre 10 y 24 milímetros de diámetro tenían mayor riesgo de rotura, algo inferior al 1% anual. El otro estudio aparecido en la misma publicación también revela que el tamaño y la localización del aneurisma en el cerebro, así como el historial médico de los pacientes, son los mejores indicadores para predecir la posible rotura. "Este estudio nos aporta más datos sobre los que basar las decisiones del tratamiento que se debe aplicar a pacientes con aneurismas intracraneales", asegura John R. Marler, neurólogo del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Derrames Cerebrales, de Bethesda, Maryland.

El estudio se realizó sobre 2.621 pacientes en 53 centros de Estados Unidos, Canadá y Europa y es el primer gran estudio que utiliza datos retrospectivos y prospectivos para determinar la evolución natural de los aneurismas cerebrales en pacientes con y sin historial de hemorragia subaracnoidea. Los investigadores aconsejan que no se utilice la cirugía en pacientes con aneurismas inferiores a 10 mm de diámetro y sin historial de hemorragia subaracnoidea.

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