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Díaz-Ambrona propone debatir la enseñanza de la Historia

Todos los que tengan algo que ver con la enseñanza de la Historia deberían estimular la discusión sobre ella. Así lo cree el presidente de la Comisión de Humanidades y ex ministro de Educación y Ciencia, Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona."Los poderes públicos, las universidades, los miembros de la Academia de la Historia, las asociaciones de historiadores o incluso las fundaciones privadas deberían promover un Congreso de Historiadores para debatir y tratar de alcanzar el mayor consenso posible sobre la enseñanza de la Historia", afirmó Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona en Santander.

Ortega, que impartió una conferencia sobre esta cuestión en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, está convencido de que los historiadores "más competentes pueden llegar a un consenso sobre los hitos más sobresalientes que deben ser estudiados".

Se trata, según dice, de que el debate "no se reduzca a una pugna por el control de los mitos, ni se convierta a los historiadores en pontífices e identidades totémicas. Habría que buscar instancias de objetividad para la enseñanza de la Historia y la edición de libros de texto".

Defensa del dictamen

La Comisión de Humanidades presidida por Ortega y que llegó a la conclusión, entre otras cuestiones, de recomendar para la enseñanza secundaria "lectura, lectura y lectura", leer obras enteras de literatura y familiarizar a los alumnos con las bibliotecas de todo tipo, "llegó a un consenso en la necesidad de abrir la enseñanza de la Historia a contenidos más universalistas y menos localistas", explicó el ex ministro.Ortega reivindicó los contenidos del dictamen elaborado, calificado por algunos como "un conjunto de juegos verbales para no decir nada": "Sí se dice, y mucho, cuando se pide el respeto a los hechos históricos y al criterio de la comunidad científica de los historiadores; cuando se rechaza la manipulación de los hechos históricos en función de intereses presentes, de posiciones ideológicas o de proyectos colectivos de futuro".

Dice también Ortega y Díaz-Ambrona que tiene relativa confianza en la eficacia de la letra impresa en los boletines oficiales. "La mejora de las humanidades en la secundaria es sólo un aspecto mínimo de la mejora en la calidad de la enseñanza que exige una sacudida de todo el sistema en que han de participar las universidades, los profesores -no sólo de secundaria- y la sociedad en su conjunto. No es un asunto sólo político, sino social y cultural en su sentido más amplio", matiza este experto.

La Comisión de Humanidades se creó después de que el Ministerio de Educación anunciara un decreto que suscitó los recelos de algunas comunidades autónomas, dada su intención de unificar ciertos criterios básicos de esta enseñanza.

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