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Eliades Ochoa y el Cuarteto Patria revitalizan la música cubana

Participó en el disco Buena Vista Social Club, que acaba de presentarse en el Carnegie Hall de Nueva York, y dirige el Cuarteto Patria, institución por la que pasaron miembros de la Vieja Trova Santiaguera y que mantiene viva la memoria de Miguel Matamoros y Ñico Saquito. Eliades Ochoa, 52 años, vive en Santiago de Cuba, cuna del son: "La madre del negocio", dice. Con una noche compartida con la Vieja Trova y la Estudiantina Invasora, Ochoa y el Patria inician hoy en Madrid (Conde Duque) una gira por España.Eliades Ochoa fue uno de los protagonistas de Buena Vista Social Club: voz solista en Chan Chan, El cuarto de Tula y El carretero. Con su sombrero de vaquero -"en Cuba tengo cuatro que están de vacaciones"- y tocando la guitarra. "Me pusieron un mensaje por la radio que decía: "algún compañero en Oriente que conozca a Eliades Ochoa en Santiago de Cuba, por favor, avisarle de que localice a Juan de Marcos en La Habana", cuenta riendo. Recientemente se ha publicado CubAfrica, un disco donde el Patria y el saxofonista camerunés Manu Dibango comparten temas como Quizás, quizás quizás.

"Había comentado a otros músicos sus ganas de grabar con nosotros. Hasta que nos encontramos en un festival. Yo no sabía quién era él y cuando me pidieron permiso para que tocase con nosotros en el escenario, dije que no. Los organizadores vinieron a preguntarme si yo estaba loco", recuerda. "Ahora me dice de tocar con él y voy a pie a Francia", afirma. "Me ha explicado que en África se ha escuchado mucha música cubana. Las raíces están cerca porque los cubanos somos mitad españoles y mitad africanos".

Los inicios

Con 11 años andaba con su guitarra por las calles de Santiago. "Pasaba el sombrero para la propina. Me siento muy orgulloso de haber sido limpiabotas, haber vendido periódicos y haber tocado la guitarra en los barrios de prostitución. Así me ganaba la vida antes de la Revolución". Entrar en la radio supuso un cambio radical. "Me asignaban un salario, me daban ropa y bonos de comida... Ya era casi una persona", dice. "Sentí por primera vez que valía algo". Tras casi diez años en el programa de música campesina, Trinchera agraria, Eliades Ochoa entró a trabajar en la Casa de la Trova. "Me decían que porqué no me iba a La Habana para ser alguien. Pero uno oye un son en La Habana y el mismo son en Santiago, por otro grupo, y en Santiago de Cuba se siente como el sol, caliente", asegura."El son está muy fuerte en Europa. Y me han comentado en Cuba que hay celos de los salseros". Y añade con sabiduría guajira: "La envidia es la forma de reconocer el mérito del otro, pero con rabia. Por todos los años que han estado luchando, yo creo que a los viejos soneros habría que pagarles con efecto retroactivo".

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