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FERIA DE SAN ISIDRO

Las coplas del converso

Luis Espada, presidente emblemático, comisario, licenciado, pintor y poeta

Yo que nací en San Lorenzo, / en cuestiones del toreo me quedo con mis Madriles. / Aquí no existen fronteras / sólo el toro de verdad / y el torero echao pa'lante. Y vengas de donde vengas / sólo Madrid te dará el título de maestro. (...) Y una vez que seas capaz / no dejarás de admitir, / que como esta plaza no hay otra.Son las coplas del converso Luis Espada (63 años). Este sevillano, licenciado en derecho y comisario principal, preside corridas en Las Ventas desde hace una década. Bebe los vientos por su plaza adoptiva: "Madrid me ha enseñado a ver la fiesta de verdad. Sevilla es importante; Madrid, universal. En Madrid el arte sólo es arte sobre los cimientos de lo auténtico. El torero lejos de Madrid es artista, pero sólo en Madrid es maestro".

Sus sienes plateadas y las bolsas de los ojos le dan un toque solemne a sus palabras. Tiene carácter. Sus 16 metros cuadrados de despacho en un edificio del Insalud -es jefe del área de seguridad- encierran iodos sus mundos: funcionario, presidente de Las Ventas, aficionado al flamenco, cantaor, bailaor, pintor y torero. Apila montones de recortes y fotocopias de críticas taurinas en el armario.

Flamenco

Allí, perdido entre una multitud de papel, rescata un artículo de flamenco. Y explotan sus sentimientos: "Esta música nace de la tierra y canta al campo, al trabajo, a la pena y a la alegría, es protesta y homenaje; lamento y llanto; fuerza y dulzura a un tiempo. El buen flamenco, como el buen torero, debe parar, templar y mandar; son primos hermanos. EI desgarro y el lamento del cante acompañan el reposo del matador, invaden sus triunfos y sus fracasos. A Curro Romero, por ejemplo, le encantan las formas de los gitanos. Está claro, el gitano cuando canta bien y cuando torea bien supera al mejor de los payos". Luis Espada canta y, según sus íntimos, con buenas maneras; siempre esconde su arte en reuniones familiares; o en fiestas privadas. Sus maestros son Cepero, El Gallina, El Sordera y Camarón.Y baila: "Las sevillanas me quedan mu bonitas". Una fotografía en blanco y negro, oculta en el cajón de su mesa, cambia el tercio: del flamenco y el baile nos vamos a los toros. Muestra la estampa orgulloso: "Mira cómo toreo por derecho, ¿o no?". Cierto; ¡cómo baja las manos en las verónicas el señor Espada! Entran ganas de gritarle ¡ooolé! ¿Quería ser torero? "Por favor, ni tocar el tema".

Escribió la primera línea de su currículo taurino en Jerez. Su padre, militar de profesión, le invitó a los toros. Sólo tenía ocho años. Unas décadas después, en 1978, tomó la alternativa como presidente en Toledo. En 1986, confirmó en Madrid. Siempre re cuerda una fecha histórica: el 28 de septiembre de 1987. Un quite de Rafael de Paula dejó huella en su corazón de aficionado: "Era un toreo de otra galaxia". Es currista, paulista y pepe luisista hasta la médula.

Devaluación

El mundillo taurino camina, según Espada, por unos derroteros nada recomendables: "El 80% de las corridas sufre una devaluación en los tres tercios, desde las varas a la muleta. No es lo mismo torear a un toro con poder que a un torito inválido. En Madrid tenemos suerte, hay un público atento y vigilante. ¿Y el 7? "Son los aficionados más serios, la conciencia crítica de la plaza. Pero no cuidan sus formas. A veces, rozan el insulto. El 7 debe protestar cuando decaiga la autenticidad de la fiesta; debe cortar cualquier posición ilegítima que intenten camuflar bajo intereses poco claros". Por sus palabras y por sus hechos, es hoy uno de los presidentes más carismáticos de Madrid (la afición ya ha olvidado sus comienzos pelín orejeros y pelín pasotas en el tercio de varas).Luis Espada echa mano al cajón, y sorprende con la fotocopia de un cuadro. Dios, ¡también pinta! Ha participado en 11 exposiciones con temas al óleo. Es un paisajista de gustos impresionistas: "Mis maestros son los franceses".

Una pregunta le persigue: ¿por qué les escamoteó las orejas a Joselito y a Fran Rivera en la tarde estrella de San Isidro? Respuesta: "Un presidente de Madrid, además de contar pañuelos, debe salvaguardar la categoría de la plaza. Hay un listón, un nivel. ¿Dónde cayó el estoque?". Menudo empaque gasta el señor Espada.

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