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Leyes de los seres vivos y la lógica de la biología

Antonio García Bellido, una autoridad mundial en genética del desarrollo, conoce muy bien a los premiados este año por la Academia sueca. Ha trabajado con Edward Lewis durante años y ayer se alegró enormemente del alto reconomiento otorgado a un área científica que él mismo ha contribuido a desarrollar. La aportación fundamental es descubrir que "organismos enteros -desde levaduras a moscas o ratones y personas- están construidos con una lógica invariante", comenta García Bellido, investigador del Centro de Biología Molecular (Madrid). "Durante mucho tiempo, la biología ha estado fascinada con la diversidad, y lo que la genética del desarrollo ha descubierto es que hay reglas conservadas, que la diversidad no tiene más que un aspecto estético y que, desde el punto de vista de su generación, organismos muy diversos responden a leyes básicas", dice García Bellido. "Esto ha colocado a la biología entre las ciencias duras, como la física o química, con problemas que podemos entender en términos de leyes".

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Los tres premiados, como García Bellido, trabajan en laboratorios llenos de moscas del vinagre, animales idóneos para hacer mutaciones en sus genes y estudiar el efecto a lo largo de muchas generaciones. "Es sorprendente haber encontrado la lógica de construcción de los organismos, conservada por la evolución, en animales tan diferentes como una mosca y un ratón, separados evolutivamente desde hace 650 millones de años" . Estos trabajos son ejemplo, dice el biólogo español, del poder predictivo del análisis genético.

Pioneros incomprendidos

Peter Lawrence, investigador del Medical Research Council en Cambridge (Reino Unido), también muy próximo a los tres premiados, mostraba ayer su entusiasmo. "Hicieron un trabajo original, pionero e incomprendido en su tiempo, en contra de las modas", dice Lawrence, que recuerda que la primera publicación de Lewis sobre este asunto se remonta a 1948, "más de veinte años antes de que sus resultados fueran apreciados, precisamente por el grupo, de García Bellido". "Por los criterios habituales de. evaluación, Lewis no obtendría hoy ayudas para investigar", opina Lawrence. El genetista estadounidense ha publicado poquísimos artículos científicos en los últimos cuarenta años, la mayoría de ellos de difícil lectura.Otro tanto ocurrió después con Nusslein-Volhardt y Wieschaus, que desarrollaron su trabajo en el EMBL, en Alemania. "La opinión general era que esa investigación no era de la suficiente calidad", recuerda Lawrence.

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