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UNA NUEVA EUROPA

La CE y la OTAN buscan modelos para adaptarse a la unificación alemana

La Comunidad Europea y la OTAN buscan modelos para adaptarse a la unificación alemana. Políticamente no hay objeciones, pero la preocupación es cómo ajustarse a la velocidad que la RFA quiere dar al proceso. Para la Alianza Atlántica, la neutralidad es inaceptable. Los expertos comunitarios se cuestionan si las posibles variaciones en el valor del marco no amenazarán la estabilidad del Sistema Monetario Europeo (SME) y frenarán el camino hacia la unión económica y monetaria de la CE. Pero son todos los efectos de la adhesión de la RDA los que empiezan a tomarse en cuenta.

El canciller Helmut Kohl prometió por teléfono al presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que la integración económica entre las dos Alemanias "no entrañará ningún retraso en la aplicación del calendario comunitario ni ralentizará la marcha hacia la unión monetaria".Un grupo especial de cinco comisarios, encabezado por el vicepresidente Martin Bangemann, inició ayer el análisis del "proceso de unificación para analizar las consecuencias sobre todas las políticas comunitarias". El escenario más probable, explicó Bangemann, es que, después de marzo, "cada uno de los cinco lander de la RDA celebrara un referéndum y decidiera su integración en la RFA, y, como consecuencia, su adhesión a la CE".

El lunes, el ministro de Exteriores de la RFA, Hans Dietrich Genscher, ilustró en Bruselas a sus colegas de la CE sobre la velocidad del proceso de unificación -el término reunificación ha sido desechado oficialmente tanto por la RFA como por la RDA para no suscitar el viejo fantasma de las fronteras-. El ritmo se precipitará a partir de las elecciones de la RDA en marzo, y de ahí hasta diciembre, fecha de los comicios en la RFA.

Estabilidad del marco

Ayer, el ministro de Finanzas francés, Pierre Beregovoy, se apoyó en las declaraciones del presidente del Bundesbank, Karl Otto Pöhl, para afirmar que "todo debe ser minuciosamente preparado" y criticar que el canciller Kohl quiera "precipitar el movimiento". Los expertos comunitarios apuntan que la unión monetaria alemana afectará, sin duda, la estabilidad del marco, y con ello la de todo el Sistema Monetario Europeo, absolutamente dependiente de la divisa alemana. Las primeras estimaciones de lo que costará la reconstrucción económica de la RDA, que varían entre 650.000 millones y 65 billones de pesetas, han servido para que responsables de los servicios económicos de la CE aventuren que "la RFA tendrá bastantes problemas como para ocuparse de la solidaridad comunitaria". La afirmación de la ministra de Economía de la RDA, Christa Luft, de que su país está "en estado de ruina" sirve de base a un diplomático español para apuntar que "está en juego el compromiso sobre los fondos de ayuda regional de la CE". Nadie objeta el principio político de la unificación, pero los países del sur de la CE temen su efecto económico.

En la OTAN, las cosas tampoco están claras. El secretario general de la organización, Manfred Wörner, viajó ayer a Hamburgo para declarar que "una Alemania neutra, a la deriva, no sería ninguna solución, y ni siquiera serviría al interés de los soviéticos". Las reuniones del Consejo Atlántico de los últimos días en Bruselas permitieron a Wörner avanzar la posibilidad de "un estatuto militar especial para el territorio alemán" o "un acuerdo que excluya una extensión de la OTAN a la RDA".

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