El cese de Puente Ojea
Verdaderamente elocuente el artículo del señor Puente Ojea publicado en su diario el pasado 30 de agosto.Supongo que a más de uno le habrá escocido, y será por ello que leo hoy -1 de septiembre- en su diario que "(...) la crítica reacción de Puente Ojea contra el Ejecutivo por su cese tendrá como consecuencia que el diplomático sea destinado a un puesto irrelevante en el departamento...".
Pero ¿en qué país estamos? ¿En qué país democrático y civilizado se toman represalias contra alguien que lo único que ha hecho ha sido expresar su opinión -como cualquier otro ciudadano- por haber sido destituido en su puesto de una forma que no dudaría en calificar de absolutista?
Nuestros gobernantes han dado muestras, una vez más, de su incoherencia; primero, por el cese de Puente Ojea, que está claro que se debe a presiones de las autoridades eclesiásticas, y segundo, que, una vez efectuado el cese, se intente imponer al señor Puente Ojea un silencio sobre el asunto que quebranta sus derechos como ciudadano español.-