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Cinco presos de la cárcel Modelo de Barcelona están afectados por el virus

Blanca Cia

Cinco presos de la cárcel Modelo de Barcelona están afectados por el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y la Comisión Nacional de Seguimiento del SIDA, organismo que confirma oficialmente la existencia de la enfermedad, tiene que pronunciarse sobre otro grupo de 14 internos. El número de reclusos de la prisión afectados por el SIDA o que desarrollan complejos asociados a la enfermedad se ha doblado en el último año. Medios facultativos consideran lógica esta progresión porque es una enfermedad que requiere años para su desarrollo y manifestación.

Un informe realizado por el servicio médico de la cárcel Modelo y conocido en febrero de este año señalaba que dos internos de la prisión padecían la enfermedad. Uno de estos presos ha fallecido posteriormente y los facultativos de la cárcel desconocen el estado del segundo porque salió en libertad. Desde la aparición de ese informe se han confirmado cinco nuevos casos de SIDA en una prisión con una población total que supera los 2.000 internos. Doscientos internos de la Modelo presentan complejos asociados a la enfermedad y pueden desarrollar el SIDA en un futuro. Estos internos pertenecen a un grupo de alto riesgo ya que todos ellos son toxicómanos. Los análisis practicados a estos reclusos ha revelado la existencia de anticuerpos positivos contra el virus. Además, también presentan alteraciones clínicas -tuberculosis no pulmonares, diarreas de larga evolución y adenopatías- o analíticas -disminución de plaquetas o disminución de leucocitos- que hacen sospechar el desarrollo del virus del SIDA. El número total de presos de la cárcel que puedan portar anticuerpos contra el virus no se conoce por la imposibilidad de someter a pruebas analíticas a todos los internos debido al continuo trasiego de reclusos. Hasta ahora, la manifestación del SIDA o de complejos asociados se ha producido en mayor proporción entre los internos adictos a la heroína que entre los homosexuales.

La existencia de presos que puedan presentar anticuerpos positivos contra el SIDA u otras fases de desarrollo de la enfermedad no se puede conocer hasta que el interno acude a la enfermería aquejado de alguna molestia. Si el preso es toxicómano y presenta alguna sintomatología sospechosa se ordena la analítica para detectar la presencia de anticuerpos. A partir de este momento, el equipo médico de la prisión inicia un seguimiento y en muchos casos los internos tienen que salir periódicamente al hospital Clínico, aunque regresan a la cárcel.

Uno de los problemas habituales es el control de un recluso afectado por el SIDA o que presente complejos asociados y que salga de la prisión en libertad. Para estos casos no existe una institución que se haga cargo del seguimiento médico del interno que, por norma general, suele carecer de la cobertura de la Seguridad Social. El control se reanuda cuando el ex recluso tiene que ser internado en un centro hospitalario por la evolución de la enfermedad.

El equipo médico de la prisión comunica al interno si los análisis revelan la existencia de anticuerpos del SIDA. La reacción del preso es de temor al desarrollo de la enfermedad y miedo a que sus compañeros recelen de él y le marginen. Facultativos de la prisión y miembros de la Dirección General de Servicios Penitenciarios de la Generalitat impartieron unas charlas informativas por las galerías de la Modelo que no tuvieron mucha aceptación entre los reclusos.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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