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Desaparece un hombre-puente entre las culturas catalana y castellana

Obra prolífica y múltiple

El escritor y académico Guillermo Diaz-PIaja nació en Manresa (Barcelona), hace 75 años. Casado y padre de seis hijos, ha sido uno de los autores más prolíficos, tanto por la variedad de géneros que ha cultivado como por el número de sus obras publicadas, unas 200, algunas de ellas traducidas a numerosos idiomas.En sus biografías se le define como catedrático, ensayista, poeta, crítico (presidió la Asociación de Críticos Literarios) periodista y, en especial, viajero incansable. Publicó su primer libro, Epistolario de Goya, con 19 años de edad, cuando iniciaba su actividad periodística en la prensa catalana.

Doctor en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid y catedrático de Lengua y Literatura, se jubiló como profesor en 1979, al cumplir los 70 años. Era miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de la Hispanic Society de Nueva York.

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Guillermo Díaz-Plaja, catedrático y escritor, murió ayer a los 75 años

Vocación 'antiespecialista'

Dirigió obras colectivas consideradas de gran interés científico y literario: Historia de las literaturas hispánicas, Antología mayor de la literatura española, Antología mayor de la literatura hispanoamericana y Texto breve de las literaturas hispánicas. Entre sus obras de ensayo más notables se pueden citar: El espíritu del barroco, Juan Ramón Jiménez en su poesía, Memoria de una generación destruida o Retrato de un escritor.Respecto a sus trabajos de poesía, la crítica destaca varios títulos: Primer cuaderno de sonetos, Vencedor de mi muerte y América vibra en mí.

Cuando se le hablaba de su extensa producción bibliográfica, Díaz-Plaja respondía: "El haber publicado muchos libros no es un mérito. Pienso que los escritores se dividen en dos grupos: los que tienen algo que decir y los que se debaten en un estéril perfeccionismo. Soy un antiespecialista y esto, más que un mérito, es un carné de identidad, un modo de ser".

Su curiosidad vital le llevó a presentarse como candidato al Senado por UCD en las elecciones de 1977. Díaz-PIaja, quien hasta entonces había rechazado la militancia política, justificaba así esta iniciativa: "Entiendo que mi tarea intelectual y cultural podría complementarse con una acción política. UCD es un partido de obediencia catalana y de ninguna manera podemos considerar grave el tener una conexión con los grupos políticos afines a Madrid".

Candidato durante los tres últimos años al Premio Cervantes, estaba en posesión de numerosas e importantes distinciones: Premio Nacional de Literatura en 1935, Premio Nacional de Cultura Hispánica en 1980 y Premio Eugenio d'Ors en 1981. Fue distinguido con la Orden de Isabel la Católica y de Alfonso X El Sabio y era Gran Oficial de la Orden de Rubén Darío. Recibió el doctorado honoris causa por la Universidad de Mendoza (Argentina) y por Estrasburgo (Francia).

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