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Argentina ARG
3 (4)
Messi 22' (p), 107',Di María 35'
Francia FRA
3 (2)
Kylian Mbappe 79' (p), 80', 117' (p)
Finalizado

Griezmann, la explosión del futbolista total

Tras empezar el curso limitado a 30 minutos en el Atlético, deslumbra como el que más peligro genera en el torneo al tiempo que como defensor voraz

Antoine Griezmann, durante la semifinal contra Marruecos.
Antoine Griezmann, durante la semifinal contra Marruecos.CARL RECINE (REUTERS)
David Álvarez

Antoine Griezmann ha hecho muchos viajes insólitos en tiempos recientes, como el de su principio de temporada con el Atlético, de 30 minutos en 30 minutos, ahogado por circunstancias del mercadeo de futbolistas. Pero hay dos de esos trayectos que ayudan a entender de dónde sale el que quizá está siendo el futbolista más fundamental de esta Francia finalista de la Copa del Mundo. El primero va de Los Pajaritos a Lusail, sede este domingo del partido por el título contra Argentina (16.00, La1 y Gol Mundial).

A medianoche del sábado 12 de noviembre, el fin de semana antes del Mundial, el delantero francés se pegó en Soria una última carrera de más de 50 metros para tapar un ataque del Almazán. Era más allá del minuto 80, y el Atlético ganaba 0-2 en la primera ronda de la Copa del Rey, pero el francés, todo el partido sobre el campo, no deja ni las migajas, y Simeone quiso subrayarlo: “La actitud de Griezmann fue enorme, por eso es campeón el mundo”.

Después de la semifinal en Al Bayt, la federación francesa alardeó de algo similar en un tuit: “Realizó 101 presiones contra Marruecos, el récord de un futbolista francés durante esta Copa del Mundo”. En ese partido también fue el más peligroso de Francia: creó cuatro ocasiones, el doble que Mbappé, Tchouameni y Thuram, los siguientes. Griezmann vuela en Qatar, y después de la semifinal recordó por qué: “Me siento bien, de piernas y de mente. El trabajo que hice en vacaciones después me hizo bien con el Atleti”.

Ahí comienza el otro de los viajes que ayudan a explicar a este Griezmann: en tres semanas de vacaciones y trabajo en Ibiza, en un campo de hierba artificial al lado del estadio de la UD Ibiza. Griezmann empezaba a trabajar a las siete de la mañana, y mientras terminaba veía cómo crecía a su alrededor un pequeño parque de atracciones con varios hinchables: una diana, una portería, una pista de fútbol resbaladizo, un deslizador acuático. A las nueve comenzaban a llegar los niños del campus veraniego del club, a quienes habían prometido la visita de alguno de sus futbolistas, y que muchas mañanas se cruzaron asombrados con Griezmann.

El plan diseñado con el Atlético resultó, y el francés se presentó en Los Ángeles de San Rafael más afinado que nunca. Pero entonces se vio atrapado en una situación desesperante. El contrato por el cual el Barça lo había cedido contenía una opción de compra obligatoria de 40 millones si jugaba al menos 45 minutos en el 50% de los partidos en los que estuviera disponible en los dos años de préstamo. Pero Gil Marín no quería pagar tanto por un futbolista que había vendido por 120 millones al club azulgrana en 2019.

A tres meses del Mundial, Griezmann se vio entrampado; Simeone solo podía usarle media hora en cada encuentro liguero. El asunto contenía aspectos aún más delicados si se tiene en cuenta la relación entre ambos. El Cholo considera al francés su mejor obra, y el atacante reconoce que le debe mucho al técnico, al que llama “coach”. La relación personal no se detiene en ellos. Vecinos cercanos en La Finca, sus esposas son amigas y sus hijas juegan juntas a menudo.

Discutieron la situación, y Griezmann escogió aguantar, también después de otra conversación con Didier Deschamps, seleccionador francés. El plan de racionamiento de los 30 minutos no le parecía un obstáculo para llevarlo al Mundial. Pero sobre todo aguantó por Simeone, por su relación, y por lo que Simeone insistió por él en los despachos. Aunque la situación la desatascó la agencia del futbolista, que medió en una relación rota entre clubes. Hasta que el 10 de octubre, a mes y medio del Mundial, Gil Marín lo recompró por 20 millones. Para Griezmann fue una liberación, tras semanas agobiado por un enredo que le atrapó cuando mejor se encontraba.

Su despliegue en Qatar está resultando formidable, en una posición que no ha frecuentado demasiado pero que parece que Deschamps ha inventado para él: por detrás de Giroud y por delante de Tchouameni y Rabiot, con Dembélé y Mbappé a sus costados. Desde allí ha emergido como generador y destructor de juego total. Es, por ejemplo, el segundo jugador de Francia que más balones sueltos ha recuperado, solo por detrás de la aspiradora de Tchouameni. Y ha tenido compromiso incluso más atrás: solo Koundé ha bloqueado más tiros que él.

Aunque donde de verdad ha deslumbrado Griezmann ha sido en la creación de peligro desde esa ubicación en el centro de operaciones al que lo ha retrasado Deschamps. Nadie en el torneo ha dado tantos pases que terminaran en tiro, y nadie genera tantas ocasiones de calidad para sus compañeros: Opta calcula que da últimos pases que valen por 0,7 asistencias (xA) cada 90 minutos, a gran distancia del siguiente, que era Kimmich, con 0.5. El francés ha alumbrado en Qatar una versión asombrosa del futbolista total a la que solo le falta el gol.

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David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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