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Inglaterra marca distancias

La selección de Southgate, lanzada por Rashford y Foden, supera con creces a la vecina Gales de Bale, limitada a un papel de resistente

José Sámano

La distancia que tanto acorta Gales en el rugby la amplía Inglaterra en el fútbol. Máxime esta Inglaterra con un gran plantel, con una ilustrada generación, de las mejores que ha tenido. A ella pertenecen Rashford y Foden, a los que esta vez sí dio vidilla Gareth Southgate. Ambos lograron saltar las barricadas galesas y lanzaron a Inglaterra a octavos como primera de grupo. Le espera Senegal. Por su parte, la selección de Bale no pudo improvisar la gloria y fue despedida sin miramientos, sin dejar huella alguna. En lo futbolístico, su vecino le saca varias cabezas.

Al descanso, entre los galeses solo Allen sabría acertar el color de la camiseta de Pickford, portero inglés. De hecho, ningún colega de Allen lo hubiera adivinado antes del minuto 55. Para entonces, Inglaterra ya ganaba 0-2. En el intermedio los datos eran abrumadores. Un 74% de posesión inglesa (64% al final), 365 pases de los de Gareth Southgate por apenas 131 de los de Rob Page, que contabilizaron un total de 330. No muchos menos se dan en los rondos de un calentamiento. Para la versión británica de un Real Madrid-Rayo Vallecano, Gales no disimulaba su único destino: la resistencia.

Cada futbolista galés era un pestillo delante de Ward, el guardameta. Incluido Bale, en los fogones como cualquiera desde la posición de centrocampista por la derecha. Rob Page, el seleccionador, ordenó comprimir el campo propio, con la defensa más de un paso al frente y Moore, único simulacro en la delantera, más de un paso atrás. Un engorro para el pariente inglés, forzado a estrujarse la cabeza y los pies para hacer saltar el cerrojo adversario.

Frente a la esforzada Gales se requería paciencia y precisión. De lo segundo le falta, y mucho, a Henderson, relevo del más clarividente Mount. A Southgate le tira su pasado como centinela central. Con la mejor prole de futbolistas en mucho tiempo, el equipo tira de la manta en dirección contraria al seleccionador. Con el sobrante Henderson por el medio, Inglaterra quedó a los pies de Rice y Bellingham. Dos futbolistas sobresalientes. El pivote del West Ham da sentido a todo lo que hace, le cabe el partido en las botas. Quita y pone. El emergente y cotizado futbolista del Borussia Dortmund es más expansivo, un jugador total, tan capaz para vertebrar el fútbol en el eje como para abarcar el área rival. Además del enchironamiento galés, si a Inglaterra se le retrasó la victoria fue porque Rice y Bellingham se quedaron en inferioridad en el gabinete central. Henderson, jugador de las rebajas, no sumaba en el sector en el que Gales disponía de un regimiento. En realidad, parecían varios, muchos.

A Inglaterra le faltaba ritmo para hilar a Rashford, Kane y Foden, el del United y el del City relevos de Sterling y Saka. Cosecha no le falta a Southgate. Kane, que tiene recorrido si el gol, tan puñetero él hasta con quien más flirtea, le pasa de largo, como en estos tres partidos en Qatar, estaba por asomar en su faceta más geométrica. El máximo goleador de Rusia 2018 tiene observatorio, como prueba el conciso pase filtrado a Rashford, que remató de palanca contra el pecho de Ward. El primer serio aviso inglés. Una exquisita jugada de Bellingham, con taconazos por aquí y por allá con Walker, derivó en un disparo a la grada de Foden. El propio Rashford casi clava el gol del campeonato con una chilena, pero remató con la espinilla derecha. Inglaterra poco a poco se aproximaba a la sala de espera del gol. El cerco a Gales, siempre en superioridad dentro de su área, era total.

La concreción llegó nada más madrugar el segundo acto, cuando se desató Rashford, tan apagado en el decadente Manchester United. Primero abrió la ruta a Inglaterra con un lanzamiento de falta directa, con la pelota rumbo a la red por el lado que debía abrochar Ward. En un parpadeo, Kane, de nuevo exacto para asistir, citó a Foden para el 2-0 a bocajarro. Gales, a la lona. Llegaron los cambios de Southgate para refrescar y antes del suyo Rashford tuvo tiempo de sacar la cadena a la zaga vecina y estampar el 3-0 con un tiro entre las piernas de sapo de Ward.

Inglaterra, a octavos y con señales como candidata al trono. Gales, de vuelta a casa como colista. Nada que ver con su único Mundial anterior, el de Suecia en 1958, cuando superó la fase de grupos y cayó por la mínima con el Brasil de un chiquillo llamado Pelé.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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