El Sevilla se desploma y cae eliminado
Con 2-0 a favor, la roja a Ocampos abre el camino del triunfo al PSV, que remonta ante la debilidad de un equipo muy tocado
Noche muy triste para el Sevilla. El equipo andaluz, que salió a jugar ante el PSV con el equipo más veterano de la historia de la Champions (32,1 años), perdió cuando lo tenía todo a favor con un 2-0 en el marcador y ahora está eliminado de la Liga de Campeones. Los goles de Sergio Ramos y En-Nesyri parecían dar la primera victoria de la era de Diego Alonso en el Sevilla y vida en la Liga de Campeones. Pero no hay manera de que este equipo gane. Ocampos se fabricó una expulsión absurda, primero por protestar y luego por una dura entrada a Vertessen. Era el minuto 66. El Sevilla se derrumbó como un castillo de naipes y el PSV, ayudado por los cambios, le dio la vuelta al marcador para acercarse a la siguiente fase. En un ambiente muy enrarecido y con la afición pidiendo la dimisión de los directivos, el Sevilla dijo adiós a la Liga de Campeones de una manera lastimosa. Solo una victoria en la última jornada en su visita al Lens, que cayó por 6-0 ante el Arsenal, le permitirá acceder a la Liga Europa.
Diego Alonso sigue sin ganar ni en la Liga ni en la Champions después de ocho encuentros. Los tres choques de la máxima competición continental los ha saldado con tres derrotas (dos ante el Arsenal y la del PSV). Los dirigentes se empeñan en mantener al uruguayo en el cargo, pero la situación es límite. El Sevilla no le gana a nadie y está fuera de la Champions.
El sevillista que acudió a Nervión se frotó los ojos. Fue como despertar de una pesadilla en una tarde pasada por agua. El Sevilla, su Sevilla, volvía a ser un aceptable equipo de fútbol. Un grupo que, con sus carencias, se puso a competir ante el PSV, el líder intratable de la Liga holandesa, que se vio superado por un Sevilla con energía, bien construido, con Sergio Ramos como líder. Un oasis en el desierto de la temporada. Por primera vez en mucho tiempo, el Sevilla era capaz de guardar su portería y adelantarse en el marcador con el tanto tan ansiado por Sergio Ramos, siempre protagonista en su competición favorita. El gol del camero y nuevo capitán abrió los mejores minutos de un equipo que por fin pudo volar con espacios, los que aprovechaban Lukebakio, más bonito que bueno, y Ocampos y Navas en la banda derecha. Tanto mejoró el equipo de Diego Alonso que anotó otro gol al contragolpe, de bella factura, anulado por el VAR por una mano previa. En el intercambio de golpes, En-Nesyri remató a la escuadra después de un gran pase de Ocampos. Eso sí, justo en la continuación, Dmitrovic salvó la andanada de Lozano.
Diego Alonso sigue de momento
Un gol de En-Nesyri a los dos minutos de la reanudación permitió soñar al Sevilla con su primer triunfo en esta Champions. Una gran jugada al contragolpe que el delantero aprovechó muy bien. Con el 2-0, la tranquilidad pareció llegar a Nervión. Nada más lejos de la realidad. La absurda expulsión de Ocampos, cuando el Sevilla más controlaba el partido, le puso cara de perdedor.
Los cambios, en especial el rápido Vertessen, le dieron otro aire al PSV, que dominó a su antojo el partido ante un Sevilla que se metió en su área. Saibari metió un golazo y el pánico se desató. Diego Alonso intentó detener la sangría con una defensa de tres centrales. La suerte estaba echada. El PSV insistió e insistió y llegó el 2-2 en una jugada de mala fortuna de Gudelj. El Sevilla se desquició. Los cambios también le empobrecieron. Buscó a la desesperada el 3-2 que le abría posibilidades de clasificación ganando al Lens en la última jornada y se encontró con la estocada mortal de Pepi.
Vertessen volvió a ganar su duelo en la banda y centró templado para que su compañero marcara de buen remate. Una jugada que liquidó al Sevilla, correcto durante una hora y un desastre después de la expulsión de Ocampos. Un equipo preso de los nervios que perdió cuando lo tenía todo a favor para hacer más profunda la herida de un equipo que no detiene su caída. Bien que lo festejó el PSV, un equipo que juega bien, pero que no tiene la jerarquía de los grandes de Europa. Un club, no obstante, del que se ha alejado este Sevilla tan débil y miedoso, sumido en una profunda crisis deportiva e institucional. Por el momento, el equipo andaluz mantiene a Diego Alonso en su puesto. “Diego Alonso no está en duda, creemos que es buen entrenador y que está haciendo bien las cosas. No estamos teniendo ni suerte ni acierto. Tranquilidad y a trabajar”, afirmó José Castro a la conclusión del partido a Movistar.
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