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La crisis del Sevilla se hace eterna

Cuatro técnicos en un año, el adiós de Monchi y la crisis institucional, las claves

Sevilla FC
Rakitic después de la derrota del Sevilla ante el Arsenal en la Champions League.Shaun Botterill (Getty Images)
Rafael Pineda

”Estamos muy enfadados y tristes. Pedimos perdón a los sevillistas, en especial a los mil quinientos que se han desplazado a Londres”. Las palabras de José María del Nido Carrasco, vicepresidente del Sevilla y próximo máximo dirigente de la entidad andaluza, reflejaron el estado de ánimo de los responsables del club ante lo que habían visto de su equipo frente al Arsenal. Un grupo sin recursos y entregado, mal diseñado por el entrenador, Diego Alonso, que se rindió de antemano en una cita tan importante de la Liga de Campeones. El Sevilla, siete veces campeón de la Liga Europa y con cuatro clasificaciones para la Champions de manera consecutiva, se tambalea. Ha dejado de ser fiable y en este curso repite los males del curso pasado.

Ya no está Monchi en la dirección deportiva (realmente lo hacía casi todo) y por su banquillo han pasado Julen Lopetegui, Jorge Sampaoli, José Luis Mendilibar y, ahora, Diego Alonso. “Queremos construir un futuro en torno a Diego Alonso”, añadía Del Nido Carrasco. Nadie se lo cree porque si el Betis logra una abultada victoria en el derbi del próximo domingo (18.30, DAZN), las horas del uruguayo están contadas.

”Mirad lo que ha pasado con Xabi Alonso. Empezó perdiendo y ahora el Leverkusen va como un tiro. Sé que el Sevilla vive en una continua catarsis, pero pido paciencia con Diego Alonso”, reclamó Víctor Orta, el sustituto de Monchi. Una paciencia que no tuvo con Mendilibar porque, sencillamente, no era su entrenador. Al vasco lo renovaron por su triunfo en la Liga Europa el pasado mes de mayo ante la Roma. Fue destituido tras 11 partidos (dos victorias, cinco empates y cuatro derrotas) sin tener en cuenta que la plantilla fue confeccionada en la última semana del mercado (llegadas de Soumaré, Lukebakio y Mariano) y hasta Sergio Ramos aterrizó una vez acabado el mismo. Los números de Diego Alonso son paupérrimos: tres puntos de nueve en la Liga (tres empates), dos derrotas ante el Arsenal en la Champions y solo una victoria en la Copa ante el Quintanar, conjunto de Regional. El uruguayo no solo no ha mejorado a Mendilibar, es que lo ha empeorado.

Transcurridos 17 partidos en este curso, el Sevilla calca, curiosamente, lo realizado en el pasado en cuanto a victorias. Tan solo ha conseguido tres triunfos, aunque se encuentra ligeramente mejor clasificado en la Liga (ahora es 15º con 11 puntos y entonces estaba en puestos de descenso, 18º, también con 11). No obstante, no debe confiarse. Las dos ocasiones anteriores en las que solo obtuvo tres victorias en 17 partidos acabó bajando a Segunda (temporadas 1967-68 y 1999-00). En la pasada campaña acabó ganando la Liga Europa, con un discreto 12º puesto en la Liga. En estos momentos, todavía tiene un hilo de vida en la Champions a pesar de ser colista de su grupo con solo dos puntos en cuatro choques. Si gana los dos encuentros que le quedan ante PSV (en casa) y Lens (fuera) se metería en los octavos. En la Liga, está a 14 puntos de la cuarta plaza y 10 de la quinta.

Las causas de la crisis del Sevilla responden a varios factores. Por un lado, están los deportivos: precipitación de sus dirigentes a la hora de tomar medidas con los entrenadores; salida de Monchi y confección muy tardía de la plantilla por parte de Víctor Orta, incapaz de regenerar un grupo con demasiados veteranos y carestía en puestos básicos como el centro de la defensa o la delantera. Conscientes de que su banquillo es un polvorín, entrenadores de mucho prestigio como Marcelino rechazaron fichar por el Sevilla tras la destitución de Mendilibar.

Estas son las principales causas del mal momento en lo deportivo, pero existe una crisis institucional de fondo que también afecta. “¿Quién manda realmente en el Sevilla?”, se preguntaban hace poco algunos agentes que querían entablar contacto con la cúpula del club. José Castro es el presidente, pero desde los dos últimos años está llevando a cabo un traspaso de poderes en la figura de José María del Nido Carrasco, quien debe ser proclamado máximo dirigente de la entidad en la junta del cuatro de diciembre. Este proceso se ve continuamente torpedeado desde el exterior por José María del Nido Benavente, máximo accionista y expresidente de la entidad desde 2002 hasta 2013, cuando tuvo que abandonar el sillón presidencial por sus problemas judiciales tras su paso por el Ayuntamiento de Marbella. Del Nido intentará su enésimo asalto al poder en la citada junta de accionistas de diciembre, envuelto en un continuo litigio judicial con el presidente Castro y su hijo.

Con Monchi trabajando en el Aston Villa, las decisiones deportivas de Orta están siendo muy cuestionadas. “Conocí a Diego Alonso en un asado en 2010 y me impresionó”, comentó para explicar su elección por un técnico que no tenía ninguna experiencia en el fútbol europeo. Es el ejemplo de un mensaje que no cala en la afición, muy insatisfecha ante un equipo que no gana nunca.

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