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El ciclón Jon Rahm sacude el Open Británico

El vasco entrega una tarjeta de 63 golpes, ocho bajo par, la mejor vuelta de un español en un grande, y luchará este domingo por la histórica Jarra de Clarete. El líder es Brian Harman

Jon Rahm, en la salida del hoyo 16 en Royal Liverpool este sábado.
Jon Rahm, en la salida del hoyo 16 en Royal Liverpool este sábado.Jon Super (AP)
Juan Morenilla

Se anunciaba tormenta en Royal Liverpool, lluvia y viento. Y la hubo, pero no caída del cielo, sino sobre el verde del histórico campo que acoge el Open Británico. El ciclón fue Jon Rahm, un torbellino imparable que arrasó en la tercera jornada del último grande de la temporada. El vasco entregó una tarjeta de 63 golpes, ocho bajo el par, la mejor vuelta de toda su carrera en un grande y la mejor de un golfista español en el Grand Slam (igualada con la tercera ronda de Olazabal en el PGA de 2000), y con -6 en el total se metió de lleno en la lucha por conquistar este domingo la mítica Jarra de Clarete. El líder es el estadounidense Brian Harman con -12, por el -7 de Cameron Young y el -5 de Hovland, Rozner, Day, Straka y Fleetwood. El zurdo Harman defenderá una buena renta en busca de su primer grande después de ser segundo en el US Open de 2017 y sexto el curso pasado en el British de Saint Andrews. Con -3 marcha Rory McIlroy, y Adrian Otaegui y Scottie Scheffler descendieron hasta el +4. Rahm partirá junto a Hovland a las 15.05, hora peninsular española, en la jornada final (la ronda de 10.00 a 20.00 en Movistar Golf).

Ocho birdies en la ronda, seis de ellos en los segundos nueve hoyos, dispararon a Rahm hacia la cima y hacia ese inédito registro de 63, también récord en Royal Liverpool, un templo que ya fue sede del Open en 1897. Rebajó así los 64 golpes (-6) de su segunda ronda del Open Británico de 2021, en Royal St. George’s, y los 65 (-7) del primer día del Masters de Augusta de esta temporada, cuando arrancó con un doble bogey. Solo se queda por detrás en cuanto a marcador más bajo en un grande del sudafricano Branden Grace, que firmó 62 en el Open de 2017 en Royal Birkdale, y de los estadounidenses Rickie Fowler y Xander Schauffele, con otros sendos 62 en el US Open de este año (todos con -8).

A los 28 años, Rahm llama a la puerta de levantar su tercer grande (tras la chaqueta verde de este curso y el US Open de hace dos campañas), de festejar un doblete icónico Masters-British que en el mismo año solo se han apuntado ocho golfistas y de unirse de nuevo a su eterno ídolo, Seve Ballesteros, como los únicos españoles que han triunfado en el Open Británico (el cántabro se coronó en 1979, 1984 y 1988). Todo ello pese a terminar el jueves con +3 y en la 89ª posición. Nunca un campeón del Open ha surgido desde tan abajo.

De principio a fin, fue una clase maestra de golf del número tres del mundo. Los cuatro primeros hoyos los caminó en el par pese a fabricarse claras opciones de birdie desde la calle. El vasco lucía finísimo con los hierros, enlazando golpes de cirujano que aterrizaban muy próximos a la bandera. Las condiciones eran perfectas para el juego, sin viento ni agua, una calma en Liverpool que el hombretón de Barrika comenzó a exprimir en el hoyo 5, el primer par cinco del día, con un impacto ya descontado a los +2 con los que había amanecido. Se le escurrió una nueva opción de aproximarse a la cabeza en el 6, y en el 7 y 8 rescató los pares después de fallar el green. Pero desde entonces fue un robot jugando al golf, una máquina perfecta, como si fuera aquel Tiger Woods de sus mejores tiempos.

Un bingo con el putt desde siete metros le permitió a Rahm cerrar los nueve primeros hoyos ya con -2 en la ronda y en paz con el campo. Y con la mirada ya claramente hacia arriba cuando los jugadores de la parte alta de la tabla todavía no habían comenzado a desfilar por el trazado de Hoylake. La secuencia del segundo tramo de su ronda fue para guardarla en la hemeroteca. En el 10 celebró otro emboque de media distancia para situarse en números rojos en el marcador. Un misil con el driver en el 11 para recorrer 365 yardas (333 metros) con el golpe de salida le plantó al borde del green y le dejó masticado otro bocado a la tarjeta. Y otro tirazo a bandera en el 12 le impulsó al cuarto birdie seguido en la ronda, quinto del día. Era todo un golpe encima de la mesa en un Open que demandaba con urgencia un dominador con jerarquía.

Rahm regresaba entonces a esos momentos en los que se siente imparable, el mejor del planeta, sin rival que se le ponga por delante ni campo que le obligue a rendirse. Cuando rebosa confianza y las manos le acompañan, el vasco come aparte. En el 15 estampó un pelotazo de 346 yardas (316 metros), catapulta para otro birdie. Encadenó uno más en el 16, esta vez con un putt de 10 metros que clavó por el centro del hoyo. Rahm era potencia y precisión, un devorador de yardas desde la casilla de salida y un orfebre en la de llegada. Una mezcla mágica que coronó con otro birdie en el 18 para ese histórico -8. Como si el cielo le acompañara, poco después empezó a llover.

“He estado muy cómodo, he aprovechado en los segundos nueve hoyos el viento a favor, he metido los putts y he hecho todo lo posible para darme opciones”, explicó Rahm sobre su actuación. “Desde el hoyo uno he sido más agresivo, con menos viento, el campo más asequible y más blando. Como competidor quiero tener opciones y las tengo. Hoy ha sido uno de esos días en los que me siento invencible, he estado muy cómodo desde el tee y entonces es más fácil mantenerme agresivo. Destacaría el putt del 8, que fue clave. En esos 20 minutos entre el par del 8 y el birdie del 10 ha cambiado todo”.

Seve se coronó tres veces en el Open aunque nunca entregara un 63. “Pero yo prefiero tener tres Jarras y no ese marcador”, sonrió Rahm. En su horizonte aparece este domingo una nueva cita con el destino y con Ballesteros, y el registro de unirse al selecto club de los ocho jugadores que han conquistado Masters de Augusta y Open Británico en el mismo año: Ben Hogan en 1953, Arnold Palmer en 1962, Jack Nicklaus en 1966, Gary Player en 1974, Tom Watson en 1977, Nick Faldo en 1990, Mark O’Meara en 1998 y Tiger Woods en 2005. La historia se escribe en Liverpool.

Clasificación del Open Británico.

Emparejamientos y horarios de este domingo.

TV: Movistar Golf, de 10.00 a 20.00.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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