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El Barcelona logra el dinero para la remodelación del Camp Nou pero buscará una refinanciación y una rebaja de los intereses

El club azulgrana consigue 1.450 millones para el Espai Barça, y Laporta defiende una operación que no hipoteca a los socios ni al patrimonio de la entidad

El presidente del Barcelona, Joan Laporta, este jueves en su comparecencia para detallar la financiación para ejecutar las obras del Espai Barça.
El presidente del Barcelona, Joan Laporta, este jueves en su comparecencia para detallar la financiación para ejecutar las obras del Espai Barça.Quique García (EFE)
Dani Cordero

Joan Laporta se ha sacado de encima las prisas para lograr los recursos económicos necesarios para iniciar la remodelación del Camp Nou, pero ese trabajo financiero ni mucho menos está finalizado. El Barcelona, con la junta directiva que lo gobierne entonces, se verá obligado dentro de cinco años a encontrar relevo para los 583 millones de euros que le prestarán Goldman Sachs y JP Morgan en un crédito a corto plazo y, cuatro años después (como muy tarde), tendrá que buscar otros 477 millones para pagar una emisión de deuda pensada para devolver en un máximo de 9 años. Asumir el pago de esos más de 1.000 millones (a los que se deberá restar lo que ya se haya amortizado) más los intereses correspondientes en un máximo de nueve años sería demasiado oneroso para un club (que inicialmente pensaba ganar margen hasta 2045 para pagar esa cantidad) con una penosa situación económica y que además se ha sumergido en el mercado del dinero con los tipos de interés más altos en quince años.

De hecho, fuentes del club señalan esa opción de salida de esas operaciones de crédito, sin pago de indemnización si se produce antes, como una oportunidad: que los mercados se relajen, que la situación del club azulgrana mejore y que puedan encontrar prestamistas que no vean tanto riesgo en el préstamo y, así, rebajar el 5,5% de intereses al que el Barça se acaba de comprometer. Si lo logra, reducirá una factura de alrededor de 1.300 millones de euros en intereses a pagar durante 24 años.

Pero sí, Joan Laporta tiene ya asegurados los 1.450 millones para financiar el Espai Barça, el “proyecto institucional más importante del club” y la consecución de un “sueño colectivo”, según ha señalado este jueves. Esa cifra, próxima al máximo de 1.500 millones que permitió la asamblea de compromisarios del club, sale de las dos operaciones a corto plazo mencionadas (583 millones y 477 millones) y otra colocación privada de deuda entre inversores de 390 millones de euros cuyo periodo de amortización será de entre 20 y 24 años.

Laporta defiende que esos recursos financieros se han logrado asumiendo tres premisas que se había marcado su junta. La primera, que las obras no las tuvieran que costear los socios. Y las otras dos, que no se hipotecara el patrimonio del club y que la operación de financiación no comprometiera la gestión deportiva. Asimismo, y sin que nadie le preguntara antes por el poder que toman los prestatarios de los 1.450 millones de euros, con los bancos de inversión Goldman Sachs y JP Morgan a la cabeza, el mandatario azulgrana ha señalado que las condiciones de la operación no socavan el “modelo de gobernanza” de la entidad, con un papel de aprobación que recae en la asamblea de compromisarios.

El papel de esos dos brokers de dimensión global en el futuro del Barça es toda una incógnita pese a las palabras de Laporta y las que ha vertido sobre ellos el vicepresidente económico de la entidad, Eduard Romeu: “No son financiadores, sino compañeros de viaje”. El club azulgrana no ve riesgos en el poder de la mochila crediticia que recibirán a finales del mes de mayo, cuando reciban la montaña de dinero para pagar el nuevo Camp Nou, el Palau Blaugrana y toda la operación urbanística de las inmediaciones. Su convencimiento es máximo acerca de la capacidad de generar recursos del futuro estadio, una vez esté totalmente remodelado. El club prevé que, “con un escenario conservador”, captará 247 millones de euros, de los que los 100 millones iniciales irán a parar a pagar deuda e intereses. Si esos números no se cumplieran y no se pudiera pagar la deuda están convencidos de que los “nuevos” compañeros de viaje permitirán renegociar e incluso se arremangarán para mejorar el negocio del club. “Nadie puede venir al club a decir qué ha de hacer”, ha señalado el director financiero, Manel del Río, mientras que Romeu afirmaba que los inversores han tomado “un riesgo”. El Barcelona tampoco dispondrá del dinero directamente. El Fondo de Titulización, un mecanismo financiero que dependerá de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV) creado para el Espai Barça será el encargado de ingresar el dinero e ir distribuyéndolo según lo acordado, con fiscalización de cada ingreso y cada pago.

Romeu ha aprovechado para lanzar un dardo a la anterior directiva del Barcelona, presidida por Josep Maria Bartomeu. “Antes no tuvieron, quizás, la capacidad, pero seguro que tampoco la valentía”, ha afirmado.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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