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LaLiga Santander jornada 23
Real Madrid
Real Madrid
Álvaro Rodríguez 84'
1 1
Finalizado
Atlético
Atlético
Giménez 78'

La encrucijada de Nacho

El defensa, dolido por la escasa participación antes de Qatar, estudia si renueva, una cuestión que el Madrid admite como “delicada” para el jugador. Este sábado, contra el Atlético, las lesiones lo aúpan al once

Lorenzo Calonge
Nacho Real Madrid
Nacho controla el balón en el partido contra el Liverpool.Jon Super (AP)

Hace dos temporadas, Nacho Fernández (Madrid, 33 años) encontró al fin la regularidad que tanto había deseado en sus primeras ocho campañas en el Bernabéu. El verano anterior había meditado marcharse del club frustrado por ese salto que no llegaba. Pero se quedó, y las desgracias físicas de Sergio Ramos y Varane le concedieron esa oportunidad de encadenar 20 partidos en el once. Su rendimiento resultó mucho más que notable y, tras haber estado cerca de irse, terminó extendiendo el contrato dos campañas más, hasta 2023. Sin embargo, lo que vino desde entonces fue un progresivo regreso a la casilla de salida. Los fichajes de Alaba y Rüdiger en los dos últimos cursos lo volvieron a situar en el cuarto escalón en el orden de prioridades del centro de la defensa, solo por delante de Vallejo.

“Lo pasé realmente mal [a principio de temporada] porque pensaba que merecía jugar más. Se me pasaron muchas cosas por la cabeza”, confesó este martes en las tripas de Anfield después de una actuación decisiva en el lateral izquierdo (salió en el 27 por la lesión de Alaba), según el juicio de Jürgen Klopp. “No he decidido qué haré [sobre la renovación]. Es una decisión personal y familiar. Aunque juegue todos los minutos, no influirá”, añadió. Este sábado, contra el Atlético (18.30, DAZN), ejercerá de nuevo en ese flanco zurdo debido a la caída del austriaco.

A la vuelta de las vacaciones veraniegas y con el Mundial a cuatro meses vista, Nacho todavía guardaba esperanzas de subirse a la lista de Luis Enrique, aunque sabía que necesitaba el escaparate de los partidos, algo que no sucedió. Según se iba acercando la cita de Qatar, Ancelotti lo trataba de animar en Valdebebas diciéndole que merecía estar en la convocatoria del seleccionador, a la vista también de quiénes eran sus competidores por un puesto en la línea de atrás, pero esas palabras luego no se traducían en minutos de juego con el Madrid. “Ponme más”, le llegó a responder el defensa al técnico italiano, según relata una persona con acceso al vestuario, que confirma el gran enfado del canterano en esos primeros compases de campaña. Hasta el parón mundialista, en Liga apenas fue titular en la primera jornada, en Almería, y en el ranking global de participación (414 minutos) solo superaba a Hazard, Ceballos, Mariano, Vallejo y Odriozola.

En el club admiten que la decisión que debe tomar sobre su futuro “se trata de una cuestión delicada” para el segundo capitán. “Ha llegado un momento de su vida en el que se plantea si debe firmar un último gran contrato de pasta fuera o seguir en el Madrid, sin que se le asegure, como no puede ser de otra forma, su titularidad. Él es un tipo listo y duro. Proviene de familia de militares y sabe que nada es regalado. Al club le encantaría que se quedara por todo lo que significa. Y, si se va, regresará aquí en unos años”, explican desde Valdebebas sobre este “caso singular”. Ambas partes aseguran que no existen conflictos de fondo entre ellos y que la relación es óptima.

El “siempre cumple” que no gusta

“Entiendo su malestar [cuando no ha jugado]”, aceptó este viernes Ancelotti. “Pero no estoy aquí por el individuo. Solo tengo una debilidad: que el Real Madrid esté contento. Y solo está contento si gana, al margen de quién juegue”, advirtió el italiano, que participó personalmente el pasado verano en el fichaje de Rüdiger. Aunque todavía no ha deshecho en un partido grande la pareja de centrales Militão-Alaba cuando ha dispuesto de todos los efectivos en la zaga, ha resultado evidente su interés por darle carrete al alemán a la menor oportunidad. A la vuelta del Mundial, ese ánimo unido a las lesiones de Alaba y Militão han situado al ex del Chelsea como el tercer jugador de campo con más presencia (2.365 minutos), tras Vinicius y Valverde, una estadística que ha sido a costa también de Nacho.

Hace cuatro meses, en una mañana rutinaria de otoño en Valdebebas previa al duelo en Getafe, a Carletto le preguntaron por la situación de Rüdiger, que entonces no participaba tanto, y en su contestación precisó, con naturalidad, que en la plantilla contaba con “tres centrales de clase mundial”, en referencia al alemán, Alaba y Militão. No incluyó a Nacho, del que este martes sí destacó su “inteligencia defensiva”, aunque siguió insistiendo en una coletilla -la de “siempre cumple”- que no agrada al jugador ni a su gente más cercana.

En el último mes, las lesiones de los primeros espadas y el buen desempeño propio lo han llevado por todos los rincones de la zaga (central y ambos laterales) después de varios meses a la sombra. En Anfield, donde amainó el fuego de Salah, cumplió su partido 300 con el Madrid y fue muy valorado por Klopp en un momento de encrucijada personal.

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