Girona ingresa en la élite deportiva
Por primera vez coinciden en la máxima categoría sus equipos de baloncesto y fútbol
La ciudad de Girona hizo historia el domingo al colocar en la élite del fútbol y el baloncesto masculino a dos equipos de la ciudad en una franja de poco más de cuatro horas. Una gesta nunca antes realizada en ninguna ciudad española. Sólo cinco tienen a sus equipos en las máximas categorías de ambos deportes: Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Bilbao, todas ellas con mayor población que Girona, que no llega a 102.000 habitantes.
Se espera que los éxitos deportivos tengan un efecto muy positivo para la economía de la capital gerundense y para toda la demarcación. En 2018 la Cámara de Comercio calculó que sólo el ascenso del Girona FC tenía un impacto de unos 22′5 millones de euros. Ahora, la ciudad de Girona tiene cuatro equipos en la máxima categoría deportiva, ya que el Básquet Girona y el Girona FC se han sumado en la élite al UniGirona, equipo femenino de baloncesto, y al Girona Club Hoquei. Las últimas horas se traducen en celebraciones y en un impacto económico estimado en 40 millones gracias al ascenso simultáneo.
Es sólo una cifra inicial que parte del estudio que la Cámara hizo en 2018, meses después de que el Girona FC subiera a la máxima categoría. Calculan que unos 25 millones de euros corresponderán al fútbol —el club espera recibir unos 45 por los derechos televisivos el próximo curso— y que el resto los aportarán tanto el baloncesto masculino como el femenino o el hockey. Más imagen de marca, ingresos para la hostelería y el turismo, y más presupuesto para los clubes son algunas de las variables que barajan.
La huella del regreso a las pistas de Marc Gasol con el Bàsquet Girona, en cambio, es mucho más deportiva que económica. El pívot fundó el club en 2014 cuando aún era jugador en la NBA, con una vocación puramente formativa. El catalán pretendía devolver de esta forma parte del legado que la ciudad dejó en él cuando explotó como una estrella europea en su etapa en el Akasvayu Girona (2006-2008), elegido MVP de la ACB, antes de dar el salto a la liga norteamericana.
La implicación de Gasol con la entidad ha ido creciendo con el paso de los años. Creó en 2017 el equipo sénior y siguió más de cerca la evolución del club a partir del pasado verano, cuando no aceptó ninguna propuesta para seguir en la NBA y regresó a Cataluña sin equipo. Ante la difícil situación que atravesaba el Básquet Girona, en descenso tras nueve jornadas, el pívot cambió el traje de directivo por las zapatillas deportivas y el efecto fue inmediato. La duda es saber si seguirá o no activo a sus 37 años. La masa social del club también se ha disparado: si antes del regreso de Gasol, el pabellón de Fontajau no superaba generalmente el millar de aficionados, su participación disparó la media hasta los 3.000 espectadores por partido, aproximadamente.
El equipo de fútbol —bajo el paraguas del Manchester City y encabezado por el pichichi Stuani— también prevé un aumento de su apego social. El estadio de Montilivi (11.200 plazas) aumentó su aforo en la final contra el Tenerife para dar respuesta a todas las peticiones. El ascenso a Primera supondrá, como ya pasó en 2017, una ampliación del recinto. En aquella ocasión se colocaron unas gradas móviles para llegar a los 14.350 espectadores. Este año todavía se está estudiando qué sistema utilizar, y cuantas localidades ampliar.
Mientras tanto, los festejos continúan en la ciudad. Este lunes, la ciudadanía disfrutó en el estadio de Montolivi y el pabellón de Fontajau, después del recorrido de un autobús que transportaba a los deportistas de ambos equipos. Sigue Girona de fiesta porque tiene motivo: su fútbol y su baloncesto han regresado a la élite.
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