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Kipchoge añade otra muesca a su carrera con su victoria en el maratón de Tokio

El doble campeón olímpico y plusmarquista mundial, de 37 años, se impone en su cuarto ‘grande’ con la cuarta mejor marca de la historia (2h 2m 40s)

Carlos Arribas
Kipchoge maraton Tokio
Kipchoge, vencedor, a punto de romper la cinta de la meta del maratón de Tokio.KAZUHIRO NOGI (AFP)

Tadej Pogacar, el ciclista joven, no tiene rivales, ni siquiera el viento de 70 kilómetros que los barre a todos en una curva como un codo en los caminos de tierra de Toscana, y deja a Alaphilippe sin espalda. Todos los que se alinean en una carrera a su lado le ven partir, le dejan, se olvidan de él, pelean entre ellos para ver quien llega segundo, y se siente un campeón. Aunque gana siempre, y nadie piensa que pueda derrotarle, Eliud Kipchoge, el maratoniano eterno, como todos los corredores de fondo, sí que tiene un rival, que no es la distancia, los 42,195 kilómetros de la antigüedad griega, que no son los demás participantes, cada uno inmerso en sus pensamientos, que es el tiempo, y contra el tiempo, al que derrota regularmente aun sabiendo que acabará al final venciéndolo, corre Kipchoge en Tokio, donde este domingo gana su maratón, uno de los seis del llamado grand slam del asfalto, con 2h 2m 40s, a 1.000 kilómetros de Sapporo, donde hace siete meses logró su segundo oro olímpico.

Las 2h 2m 40s (un ritmo de 2m 54s cada uno de los 42 kilómetros, sin pausa ni descanso) es la cuarta mejor marca legal de la historia del maratón. Solo han corrido más rápido él mismo con su récord del mundo oficial (2h 1m 39s, Berlín 2018) y su mejor marca del maratón de Londres (2h 2m 37s, en 2019), y el gran etíope Kenenisa Bekele, el único que durante algún tiempo mantuvo la ilusión de un duelo, con sus 2h 1m 41s de Berlín 2019.Y no se cuentan sus dos marcas que no pueden considerarse legales porque conseguidas con una ayuda que las invalida, 2h 25s (Monza 2017) y 1h 59m 40s (Viena 2019), un hombre único por debajo de las dos horas.

Más de medio minuto más tarde terminó su maratón el segundo, el keniano Amos Kipruto (2h 3m 13s), que había aguantado al lado de su compatriota hasta el kilómetro 36. Allí Kipchoge cambió el ritmo y se fue, y, pese al viento de cara en los últimos cinco kilómetros, mantuvo su ritmo hasta la estación central de Tokio, la meta.

En mujeres, la keniana Brigid Kosgei, subcampeona olímpica de Tokio 2020 en la carrera de Sapporo, se impuso con un tiempo de 2h 16m 2s, la tercera mejor marca de la historia tras su propio récord mundial de 2h 14m 4s (Chicago 2019) y las 2h 15m 25s de la británica Paula Radcliffe en Londres 2013.

“Estoy muy contento”, dijo Kipchoge, quien, en la hoja en la que se pedía a los participantes que escribieran qué marca pensaban hacer había marcado ST:RO:NG (fu:er:te). “Dije que quería correr fuerte en Japón y es lo que he hecho. He batido el récord de la carrera y he ganado otro major…”

Desde su debut en la distancia, en 2013, Kipchoge, de 37 años, ha corrido 16 maratones y ha ganado 14. Vive una vida plena de asceta de la carrera a pie en los caminos de polvo rojo que rodean su campamento de Kaptagat, en el altiplano del Valle del Rift, cuna de los mejores maratonianos, a 2.448m de altitud. Así lo contaba en una entrevista a Juanma Bellón, en el AS: “De lunes a sábado me levanto a las cinco de la mañana para prepararme. A las seis estoy ya en el primer entrenamiento. Vuelvo a darme una ducha. Voy a desayunar, me relajo un poco y veo lo que pasa en el mundo a través de las redes sociales. Tal vez luego hago algunos ejercicios, descanso otro poco, almuerzo, trato de dormir una siesta de una hora y hago la segunda sesión. Más tarde tomo el té y de nuevo me relajo. A las nueve de la tarde estoy en la cama. Mis comidas favoritas son el ugali [una papilla de harina de maíz] y el té africano, y bebo tres litros de agua al día”.

Seguirá corriendo contra el tiempo, sin más rival, hasta que el reloj se pare, pero, espera, no antes de haber conseguido su último objetivo, ganar los seis maratones del grand slam. En Londres se ha impuesto cuatro veces, tres en Berlín, una en Chicago y otra en Tokio. Le faltan Nueva York y Boston, donde nunca ha corrido.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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