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Periferias: historia de cómo un festival barato y vanguardista termina por orden de Vox

Durante 23 años, la muestra de Huesca convivió con ayuntamientos del PSOE y el PP, pero una exigencia de la ultraderecha acaba con un festival que ha puesto a la localidad oscense en el mapa musical

Rodrigo Cuevas actuaba en el festival Periferias en 2018.
Rodrigo Cuevas actuaba en el festival Periferias en 2018.Javier Broto

Pocos días después del 29 de octubre, cuando terminó la edición 2023 de Periferias, en Huesca, Pilar Barrio, directora del festival, se marchó de vacaciones. Lo hizo algo inquieta, porque el partido Vox de Huesca había puesto todo su arsenal contra el festival. No pensó, sin embargo, que podía pasar lo que se oficializó el lunes: la siguiente edición de la muestra no se celebrará. “Todavía estoy en shock. Necesito reposarlo y tiempo para asimilarlo. Volvía feliz de mi viaje y me he encontrado esto. Nadie ha hablado conmigo. Ha sido aterrizar y encontrarme con la noticia”, señalaba por teléfono el lunes.

Periferias es un festival especial, seguramente único en España, una muestra de 10 días en una localidad pequeña (Huesca, 50.000 habitantes), donde se apuesta por la libertad creativa, por el arte contemporáneo y vanguardista. Con una programación musical fuerte, pero con actividades de danza, pensamiento, artes plásticas… Como explica por teléfono el músico Niño de Elche, que cuenta varias participaciones en la muestra, “un festival con una base educacional”. “Periferias no es solo cultural, sino también educativo, que esto es una de las cosas que se nos olvida. Es un festival, como Sónar, que es capaz de cambiar tu vida, al que vas a descubrir cosas. Son agentes culturales muy potentes. Yo soy hijo de estos eventos, no solo como artista, sino también como aficionado. Es un drama que ya no siga”, señala el artista. Por el festival han paso nombres como los de Enrique Morente, Sugarhill Gang, Jeff Mills, Arto Lindsay, Rodrigo Cuevas, The Jayhawks, Waterboys, The Human League, Lee Scratch Perry, Violadores del Verso o Antony And The Johnsons.

El PP ha justificado la decisión de prescindir de Periferias por una exigencia de Vox: si no se acababa con el festival, el partido de extrema derecha no apoyaría los presupuestos y no se aprobarían. La alcaldesa, Lorena Orduna (PP), estuvo en la inauguración de la edición de 2023 de Periferias el 20 de octubre y mostró su apoyo a la muestra. “Estaba claro que Vox había exigido acabar con Periferias para aprobar los presupuestos con el PP, pero yo tenía la esperanza de que esto no pasara porque la actual corporación del Ayuntamiento del PP había manifestado claramente que quería seguir con el festival. Pero no sé qué ha pasado para que se haya precipitado la situación”, señala la directora.

En las elecciones de mayo, el PP (12 concejales) llegó a un pacto de gobierno con Vox (que cuenta con tres). Ahora, con la exigencia de Vox, la opinión de la alcaldesa sobre Periferias ha variado. “En su día fue pionero y vanguardista, pero se fue diluyendo y esa es la realidad que todos los oscenses sabemos. La cultura no tiene color, al PP le importa, y no ha restado ni un euro a su presupuesto, pero Periferias suscitaba dudas y quizás haya que apostar por otros programas acordes con la sociedad actual”, dijo Orduna en Radio Huesca-Cadena SER el lunes. Hace unos meses, José Luis Rubio, de Vox, dejó clara la postura de su partido: “Vox Huesca no tiene líneas rojas, pero sí líneas verdes. Una de ellas es el festival Periferias, que solo sirve para regar a culturetas progres con cientos de miles de euros. Quien quiera gobernar con nosotros, deberá poner fin a este despilfarro”.

Un grupo en la edición 2019 del festival.
Un grupo en la edición 2019 del festival.lavisual fotográfica

Periferias cuenta con un presupuesto de 120.000 euros: 70.000 los aporta el Ayuntamiento, 22.000 los proporciona el Ministerio de Cultura, 20.000 la Diputación Provincial de Huesca y el resto llega de la taquilla. La pasada edición asistieron 10.000 espectadores, lo que equivale a un 20% de la población de Huesca (50.000). Por poner una comparación, el presupuesto del festival madrileño Mad Cool es de unos 23 millones de euros.

Huesca fue el epicentro de la tensión política entre Vox y el PP en noviembre. Entonces, uno de los tres ediles de la ultraderecha, Antonio Laborda, abandonó su grupo por “falta de apoyo y de confianza”. Un abandono que provocó contundentes declaraciones del portavoz de la ultraderecha en el Consistorio, José Luis Rubio, quien llegó a advertir de que podía tambalearse la estabilidad de todas las instituciones aragonesas que dependan de los votos de Vox si el PP “compraba” este voto. El asunto no ha llegado a mayores. El Gobierno de Aragón, con Jorge Azcón (PP) al frente, depende de los siete diputados de Vox, lo mismo que el Ayuntamiento de Zaragoza, de la popular Natalia Chueca, que depende para sacar cualquier proyecto de uno de los votos de los de Abascal porque es el que le falta a ella para la mayoría absoluta. Un entramado estresante que siempre acaba con el mismo mensaje: el PP necesita a Vox.

Pablo Guerrero en la edición 2017 del festival Periferias de Huesca.
Pablo Guerrero en la edición 2017 del festival Periferias de Huesca.lavisual fotográfica

“Por desgracia, Vox ha sido coherente con su discurso y ha llevado sus proclamas a la realidad. Es muy penoso”, señala Niño de Elche. Y añade: “Vox no tiene política cultural. Si dijesen ‘esto no me gusta, pero quiero hacer esto otro’ igual nos enterábamos de lo que proponen. Lo que no entiendo es por qué el PP les cede competencias en Cultura. No entiendo cómo la batalla cultural se la ceden a Vox. Me gustaría estar en esas reuniones, para enterarme”.

Luis Lles fue el fundador del festival en 2000 y lo dirigió hasta 2020. En estas dos décadas tuvo que coexistir sobre todo con ayuntamientos del PSOE y durante cuatro años con uno del PP. “Y no hubo ningún problema. El compromiso del PP con el festival fue total”, señala Lles. “Esto es el fin de una era para la cultura de la ciudad. Se han cargado un referente en la cultura vanguardista de este país. Para una ciudad pequeña como Huesca, tener Periferias era un lujo”, dice Lles. Se da la circunstancia de que la concejala de Cultura actual, Teruca Moreno, es la misma que estuvo conviviendo con Periferias con el anterior Ayuntamiento del PP. Este diario se ha intentado poner en contacto con Moreno sin obtener respuesta.

Los dos responsables de Periferias durante estos 23 años señalan que trabajan con un presupuesto modesto, pero que consiguen un cartel notable gracias a “mucha voluntad, mucha ilusión y mucha implicación de los agentes de la ciudad y de los artistas”. “Para mí, todo el dinero en cultura es una inversión, así que no es un gasto superfluo. La gente que trabajamos en cultura tenemos esta lectura. Es más: creemos que esa inversión habría que aumentarla. Pero esta lectura parece que no la tiene todo el mundo”, señala Barrio. Ante las acusaciones de Vox de ser un festival elitista, la actual directora apunta: “Es absolutamente incierto. Es un festival que viene de lo popular. Está abierto a lo popular, a lo más contemporáneo y a lo más cercano al territorio. Quizá la percepción de elitismo venga de una lectura superficial que puede ser esta: si es un festival donde no conozco a los grupos porque estoy desconectada de ciertas tendencias musicales y artísticas, me puede parecer elitista. Pero eso no lo convierte en elitista”.

El martes, el PSOE lanzaba un órdago. En rueda de prensa, la portavoz socialista Silvia Salazar ofreció al PP el apoyo de sus votos para sacar adelante los presupuestos a cambio de “mantener Periferias, el presupuesto destinado a cooperación [de 100.000 euros y recortado por exigencia de Vox hasta los 6.000 en el borrador presupuestario] y crear una línea de ayudas para las mujeres víctimas de violencia de género en la capital oscense”. El PP no ha contestado.

El anterior concejal de Cultura del gobierno municipal (PSOE), Ramón Lasaosa, asegura: “Lo peor es que por pura cuestión ideológica se pierde una marca única. Periferias se creó como algo diferente, y se fue haciendo durante 23 años. Pero ahora, se haga lo que se haga, será una copia de otra cosa”.


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