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El periodismo se examina en el Congreso de la Lengua de Cádiz: “Tiene que dejar de hacerse selfis”

La directora EL PAÍS, Pepa Bueno, aboga por la transparencia en una mesa sobre los medios de comunicación: “Tenemos que bajarnos del púlpito y establecer una relación más horizontal”

Mario Tascón, moderador de una mesa en la que ha estado presente Carolina Robino, directora de BBC Mundo, y la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno.
Mario Tascón, moderador de una mesa en la que ha estado presente Carolina Robino, directora de BBC Mundo, y la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno.Alejandro Ruesga (EL PAÍS)
Jesús A. Cañas

Medios que apuesten por la transparencia en sus procesos, que no tengan miedo a la inteligencia artificial y con periodistas sin púlpitos y capaces de ser independientes ante sus propios lectores. Esas son algunas de las principales recomendaciones que la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno, ha trazado durante su intervención en las IV Jornadas de Medios de Comunicación y Cultura en Español, organizadas por el Instituto Cervantes en Cádiz. “El periodismo tiene que dejar de hacerse selfis”, ha exhortado la periodista, en el transcurso de la mesa redonda Ética en la cumbre: cómo hacer medios rentables y respetables, celebrada en el marco del IX Congreso Internacional de la Lengua (CILE) que acoge la ciudad.

Bueno ha compartido mesa —moderada por el director de la asesoría de comunicación Prodigioso Volcán, Mario Tascón— con Carolina Robino, directora de BBC Mundo, y Daniel Coronell, expresidente de Noticias de Univisión y director de la revista Cambio, en su caso, por videoconferencia. Los conferenciantes han coincidido en la crisis de credibilidad que supuso para el periodismo la depresión económica de 2008 o la falta de capacidad interpretativa que supusieron la victoria de Donald Trump en Estados Unidos o el Brexit en 2016 en el Reino Unido. Frente a ello, la pandemia del coronavirus y la guerra en Ucrania han confirmado “que la gente se sigue interesando” por los contenidos de los grandes medios, según ha defendido Robino, preocupada por “cómo lograr masificar la información confiable”.

“Tenemos un reto enorme, responder a esa confianza que los ciudadanos nos devolvieron en un momento trágico”, ha valorado Bueno. Y ahí ha resaltado una serie de recomendaciones: “Transparencia, no tener miedo a la tecnología y bajarnos del púlpito y establecer una relación más horizontal”. A juicio de la periodista, si los grandes medios son capaces de seguir esas máximas, alcanzarán un objetivo clave para su supervivencia, que los lectores “estén dispuestos a pagar por asomarse a una ventana que les dé una información confiable”. Pero ese reto se da, según Coronell, en un contexto en el que las redes sociales y el uso de los móviles han condenado a los medios “a llegar tarde”. “No somos los primeros en informar, sino en tener la obligación de entregar el contexto”, ha argumentado en su alocución desde Colombia.

La directora de EL PAÍS ha defendido abrir “las tripas” de las encuestas que elabora el periódico como ejemplo de transparencia y credibilidad en este esfuerzo por aportar informaciones enriquecidas. Además, ha pedido a los periodistas que entren “el músculo de la independencia del poder”. Frente a ese reto clásico en la profesión, Bueno ha trazado el surgimiento de un nuevo reto para el periodista: “La búsqueda de la verdad tiene que ver con los hechos, eso te lleva a llevarle la contraria a tu comunidad natural y ser independiente frente a tus propios lectores; hay que hacerlo, aunque sea muy nuevo”.

En el equilibrio de la necesidad de rentabilidad de los medios sin renunciar a su respetabilidad, Robino ha remarcado la importancia de la comunicación “bidireccional” con las audiencias, a las que hay que “preguntar qué les interesa” para obtener nuevos enfoques. “Hemos abierto canales”, replicó Bueno, “pero llegar a convertir en información relevante ese flujo de los lectores es lo que aún no hemos completado”. Y no es el único reto que se plantea en una profesión que lleva años inmersa en una “jibarización de las redacciones”. “Las mujeres sabemos muy bien que la madre independencia es la económica. El periodista debe tener un salario que le permita llegar a final de mes”, subrayó la responsable de EL PAÍS.

Las nuevas tecnologías y sus nuevas variables, como la inteligencia artificial ChatGPT, ha centrado parte del debate. Robino ha animado a los profesionales a activar “la mentalidad crítica”, mientras que Bueno ha planteado la necesidad de “estar presentes en el nacimiento de la inteligencia artificial” para que sean los profesionales los que tengan las herramientas de verificación. “Constatamos que tenemos muchos desafíos, la tecnología no deja de sorprendernos, pero lo importante es dudar, hacerse preguntas, tener las mejores fuentes, construir la información a la altura de los ojos del lector y tener canales de distribución. Nunca hemos tenido tantos. ¿Por qué no llegamos a los jóvenes? Porque no lo hacemos con su mirada”, ha criticado la directora de EL PAÍS.

La intervención de Bueno se ha producido en el contexto de unas jornadas en la Casa de Iberoamérica de Cádiz en las que también se ha celebrado la mesa redonda Ética y sangre: el peligro de contar en América Latina, protagonizada por Joseph Zárate, cronista peruano; Elena Reina, periodista de EL PAÍS, y la periodista argentina Paula Mónaco Felipe. En ella, han debatido sobre los desafíos de la profesión en trabajos que pueden incluir el serio riesgo de la propia muerte. Un ejercicio que ha resumido Sonia Pérez Marco, jefa de comunicación del Cervantes, al cierre del encuentro: “Sin estar al lado de los que sufren no existe periodismo”.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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