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De dos años a tres meses: ‘bulla’ en Cádiz para organizar ya el Congreso de la Lengua al que aspiraba para 2025

La ciudad ultima a la carrera con la RAE y con el Cervantes el programa de actos, tras asumir una cita que no se podrá celebrar en Arequipa por la situación política de Perú

Jesús A. Cañas
Cartel de la candidatura del Congreso Internacional de la Lengua Española en Cádiz para 2025 en la Casa de Iberoamérica, que finalmente se celebrará el próximo marzo.
Cartel de la candidatura del Congreso Internacional de la Lengua Española en Cádiz para 2025 en la Casa de Iberoamérica, que finalmente se celebrará el próximo marzo.Juan Carlos Toro

Cádiz tiene una palabra autóctona para designar algo que es extraordinario, en el buen o el mal sentido: bastinazo. Y, junto al resto de Andalucía, otra para referirse a las prisas: bulla. Así que, en gaditano, se podría decir que la elección de la capital para el próximo Congreso Internacional de la Lengua (CILE) ha sido un verdadero bastinazo, aunque es evidente que habrá que ir con mucha bulla para que su organización en apenas tres meses no acabe en un verdadero cajonazo, por cierto, otra palabra de estos lares venida del carnaval que se puede significar como fracaso. Porque la ciudad llevaba más de un año peleando duro por ser sede del CILE previsto en 2025, pero difícilmente podía imaginar que la situación de inestabilidad política de Arequipa (Perú) le iba a llevar a tener que preparar a la carrera la convocatoria del 27 al 30 de marzo.

“Teníamos dos años para organizarlo y ahora son tres meses”, resume con tino Lola Cazalilla, concejal de Cultura y Fiestas del Ayuntamiento gaditano. La idea de que Cádiz pudiese acoger el Congreso partió del expresidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz, Fernando Santiago, tal y como defendió en un artículo de opinión en abril de 2019. La mecha prendió tan rápido entre la sociedad civil que “las instituciones se vieron obligadas a sumarse por el empuje ciudadano”, según defiende el actual presidente de la APC, Diego Calvo. El Consistorio armó una candidatura tan seria que ya contaba con la adhesión de más de un centenar de administraciones e instituciones e incluso ya estaba celebrando actividades por la ciudad, como exposiciones callejeras y jornadas.

Ese enfoque de “fiesta ciudadana”, como lo tilda Cazalilla, con programa de actos perfilados para 2025, es el que ha acabado inclinando la balanza para que las 23 corporaciones que componen la Asociación de Academias de la Lengua Española decidiesen por unanimidad el pasado 21 de diciembre la mudanza de Arequipa a Cádiz. “Era la candidatura primera que se había presentado para el X Congreso y la más avanzada de las existentes, lo que aseguraba su organización en el plazo disponible”, justifica la Real Academia Española (RAE) a EL PAÍS. Aunque eso no libra a la organización, capitaneada por el Instituto Cervantes, la propia RAE, el Ministerio de Exteriores y el Ayuntamiento, de enfrentarse al reto exprés de acomodar las jornadas a su nuevo entorno, lo que implica también garantizar el viaje, la recepción y alojamiento de entre 250 y 300 congresistas y un total de 2.500 personas, según estima la concejala, lo que obligará a recurrir a hoteles y alojamientos de la ciudad y de su entorno en la bahía para cubrir la demanda.

Justo en los días en los que comenzó a sonar Cádiz como posible alternativa de Arequipa, el Consistorio optó por bloquear las fechas del 27 al 30 de marzo de la Casa de Iberoamérica, el Espacio de Cultura Contemporánea de Cádiz (ECCO), el Palacio de Congresos y el Baluarte de los Mártires. Todos estos puntos, además de otros espacios que cederá la Universidad de Cádiz, acogerán las ponencias y oficinas (en el caso del Baluarte) de la cita, que se desarrollarán en sesiones “de mañana y tarde los días del congreso con hasta seis mesas y ponencias simultáneas”, según apuntan desde la Real Academia. “La idea es que el congreso se mueva por la ciudad”, apunta Cazalilla. Lo que se hable en esos continentes también está claro porque el programa y los participantes serán los mismos que los previstos en Arequipa. Bajo el lema Lengua española, mestizaje e interculturalidad, estaba prevista la asistencia de escritores como Sergio Ramírez, Héctor Abad Faciolince, Gioconda Belli, Santiago Roncagliolo, Jorge Volpi o Martín Caparrós, según anuncia aún la web de Arequipa.

Algunos de los temas a debatir, aunque no sean gaditanos, sí que no resultan ajenos a una ciudad cuya mayor parte de su existencia histórica ha estado ligada al comercio y los intercambios culturales con otras sociedades: la cultura escrita transatlántica, los contactos lingüísticos, el mestizaje o la globalización el mundo hispano. Aunque la idea de la RAE es mantener el programa en “su totalidad”, también asegura que existe la posibilidad de incorporar nuevas ponencias y mesas sobre “la significación de Cádiz como ciudad en la que nació el lenguaje constitucional en español y a Andalucía por su influencia en las variantes lingüísticas americanas”.

Lo que ya despierta dudas en Cazalilla es hasta qué punto se podrá mantener la agenda cultural de exposiciones y actividades abiertas a la ciudadanía: “En Arequipa, por ejemplo, había prevista una exposición de libros virreinales que no suele viajar”. Con esas dudas, el Consistorio ha ideado una programación cultural alternativa que pueda encajar en los posibles huecos, además de un “congreso ciudadano” con 36 actividades viables de música, baile y plástica. Eso incluye “un concierto importante gratuito en el [Gran Teatro] Falla con cantautores andaluces, actividades vinculadas al Carnaval de Cádiz, con niños o mayores, y la reedición del libro El habla de Cádiz”, según avanza la edil de Cultura.

No obstante, desde el Ayuntamiento no rehúyen confesar que el cambio de paso del 2025 a marzo de este año implicará trabajar con unos mimbres limitados, ya que los presupuestos de las administraciones ya están aprobados y los plazos de contratación pública no dan grandes márgenes de maniobra. “Los tiempos y los dineros son los que son, así que hay que optimizar”, apunta Cazalilla, que asegura que moverán y reprogramarán actividades y eventos de distintas delegaciones municipales para acomodarlos a esa fecha. De entrada, la edil asegura que los tres millones de euros que el Ministerio de Exteriores de Perú iba a invertir en desplazamientos y organización “están asegurados” por su homólogo español, pero la política local exhorta a todas las administraciones que apoyaron la candidatura de Cádiz 2025 a que arrimen el hombro. Es el caso de la Junta de Andalucía, que, aunque ya manifestó públicamente su alegría por la elección gaditana, aún no se ha puesto en contacto con el Consistorio. “Los vamos a llamar porque tienen que implicarse”, avanza la concejala.

En el recuerdo más derrotista gaditano está Cádiz 2012, el Bicentenario de las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812, empequeñecido y ensombrecido por la crisis económica. Pero en el Ayuntamiento despejan los nubarrones apelando “a la voluntad política” y al “ingenio”, según Cazalilla. “Tenemos que luchar para que no sea así. No podíamos perder la oportunidad por no ser el guion que queríamos”, razona Diego Calvo. Y para predicar con el ejemplo, los periodistas gaditanos ya se reunieron este pasado martes para compartir ideas sobre iniciativas que sean viables en poco menos de tres meses. Un día después, una delegación del Instituto Cervantes visitó las sedes para las ponencias y la RAE ya ha manifestado que, “en pocos días”, también viajará a la ciudad para decidir sobre los alojamientos para los congresistas. “El reloj corre, pero en Cádiz no falta entusiasmo. Sea más o menos espectacular, en Cádiz eso va a ocurrir y queremos que perdure. Lo importante es lo que viene después… Además, no vamos a renunciar a Cádiz 2025″, avanza la concejala.

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Sobre la firma

Jesús A. Cañas
Es corresponsal de EL PAÍS en Cádiz desde 2016. Antes trabajó para periódicos del grupo Vocento. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Sevilla y es Máster de Arquitectura y Patrimonio Histórico por la US y el IAPH. En 2019, recibió el premio Cádiz de Periodismo por uno de sus trabajos sobre el narcotráfico en el Estrecho de Gibraltar.

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