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Josep Maria Miró Coromina, Premio Nacional de Literatura Dramática 2022

El autor de la pieza galardonada, ‘El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc’, se ha enterado del nombramiento al bajar de un avión en Italia

Josep Maria Miro Coromina
El escritor Josep Maria Miró Coromina posa en el teatro de Es Born de Ciutadella, en una imagen de archivo.David Arquimbau Sintes (EFE)
Toni Polo Bettonica

Josep Maria Miró llegó este viernes a Italia desde Uruguay y al bajar del avión lo que lo trastocó no fue el jet lag. Lo alteró Miquel Iceta, ministro de Cultura, por teléfono: “Has ganado el premio Nacional de Literatura Dramática”. El dramaturgo y director (Prats de Lluçanès, Barcelona, 45 años) ha sido galardonado por la obra El cos més bonic que s’haurà trobat mai en aquest lloc (El cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar), estrenada en Salt (Girona) en el festival Temporada Alta y luego acogida en el Romea de Barcelona. “Estoy agotado, aturdido y feliz”, cuenta desde Florencia.

Aterriza en Italia después de tres meses en Latinoamérica, donde ha dirigido Temps salvatge en el Teatro Solís de Montevideo, nada más y nada menos que con la Comedia Nacional, la compañía que creó Margarida Xirgu hace 75 años. También ha representado El cos més bonic... y, en Brasil, en Salvador de Bahía, El principio de Arquimedes. En Florencia, donde cuenta que hace un año ya estrenó la obra ahora premiada, se va a representar L’amic retrobat (una adaptación de la novela de Fred Uhlman Reencuentro). “No he tenido vacaciones. El domingo llego a Barcelona y el lunes empiezo a impartir mis clases en la ERAM [Escuela universitaria de Artes] de Girona”, suelta, con una sonrisa que no se ve por teléfono pero se intuye.

Al colgar con Iceta, Miró llamó a sus padres y, justo después, a Xavier Albertí y a Pere Arquillué, director e intérprete de la obra. “Ya lo dije en su día”, explica Miró. “El vínculo, especialmente con ellos pero con toda la gente que lo ha hecho posible, es enorme, así que aunque el premio sea por el texto, es también para ellos”.

La obra parte del asesinato de un chico de 17 años, precioso (el cuerpo más bonito que se habrá encontrado nunca en este lugar), en un pueblo. El único actor se mete en la piel de diversos personajes (la madre, un anciano, una persona en tránsito de género...) y el espectador va comprendiendo quién es realmente esa comunidad. “El objetivo no es saber quién es el asesino”, explica el autor, “sino entender a este pueblo. Con mi teatro no busco la sorpresa, lo pongo al servicio de un discurso ético. Esta muerte del joven, como la de Ivana en Temps salvatge o como las de Romeo y Julieta, es un sacrificio ejemplar para que una sociedad se regenere”.

El pueblo... no es ningún pueblo en concreto, claro. “Creo que es la obra más profundamente local que he escrito pero, a la vez, tiene conexiones de toda índole con lugares tremendamente diferentes. Yo, igual que lo escribí en mi lengua, la de mis padres, describí mi paisaje, el de la Cataluña interior. Pero igual que se ha traducido a nueve idiomas, en Uruguay ven un pueblo de interior, en Italia, un pueblo italiano...”. Por ello, es un pueblo “universal”, de alguna manera.

Parida en 2020, en plena pandemia, en soledad, afectado por la muerte del mestre, Benet i Jornet, es la primera vez que Miró escribe una obra para un solo intérprete. “El texto es un homenaje al actor”, sostiene el dramaturgo. “Reclama a un cuerpo y la celebración de la palabra. Es teatro puro: un actor (o actriz) y la lengua. De hecho Albertí la concibió en un espacio desnudo, el actor y un foco, nada más. En Uruguay, la han hecho con un simple crucifijo, y nada más en escena”. En realidad, es la esencia del teatro de Miró: “El actor no es simplemente un cuerpo material, es una convención, de hecho pasa por muchos cuerpos, por muchas emociones...”, insiste.

El cos més bonic... forma parte de lo que Miró denomina “un tríptico, más que una trilogía”, que completa un monólogo para una actriz, ya escrito, y un tercero para un actor, en proceso de escritura. Al mismo tiempo, está acabando la adaptación de la novela Reis del món (Reyes del mundo), de Sebastià Alzamora, que se estrenará en el Teatro Principal de Palma en marzo de 2023. En esas mismas fechas, recaerá en Madrid, donde representará La habitación blanca en el Español. “Estoy contento, porque he pisado poco Madrid. ¡Menos que Uruguay!”, dice, con humor y recordando que este año ha retomado en la capital El principio de Arquimedes (“¡después de 10 años!”, exclama) y también ha colaborado con la Compañía Nacional de Teatro Clásico, con Restos del fulgor nocturno. Definitivamente, Josep Maria Miró seguirá sin vacaciones este año. Y encantado de la vida.

“Aliento poético”

El jurado, reunido este viernes, ha destacado de la obra “su aliento poético y el dominio de las voces teatrales”. También ha reflejado que Miró ha construido una obra coral para un solo intérprete que se nutre de diferentes perspectivas que “interpelan y emocionan al lector”. Una obra que trata una temática de acuciante actualidad, un monólogo a siete voces sobre un pequeño pueblo, sus habitantes y sus secretos. Un texto que se sustenta “en una estructura prismática original y de un enorme riesgo estético”, apunta el jurado del premio, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, dotado con 20.000 euros.

El autor es licenciado en Dirección y Dramaturgia en el Institut del Teatre de Barcelona y de Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Desde 2013 es miembro del Comité de lectura del Teatre Nacional de Catalunya (TCN). Miró es autor de Cúbit, La travessia, Obac, Estripar la terra o Fum, entre otros. Ha ganado numerosos premios de teatro como el premio “Quim Masó” a proyectos de producción teatral, con Nerium Park en 2013, o el Premio Frederic Roda por La travessia en 2015, y el Born de Teatre en tres ocasiones: en 2009 por La dona que perdia tots els avions, en 2011por El principi d’Arquimedes, y en 2021 por El cos més bonic ques’haurà trobat mai en aquest lloc.

Como docente es coordinador del ámbito de dramaturgia del Grau d’ArtsEscèniques de la Universitat de Girona desde el curso 2015-16, y ha impartido clases en la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC), en el programa de teatro para adolescentes Projecte Escola, y para la agencia de comunicación Kvlar Fotoperiodistes a la UAB. También es autor de varias dramaturgias, entre las que destacan Neus Català, un cel de plom, Esperança Dinamita, Los libres cautiverios de Ricardo y Leonisa o Com si entrés en una pàtria. Sus textos se han traducido a una veintena de lenguas y se han realizado producciones y lecturas en una treintena de países.

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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