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“Me llamo Justin. Hago música”: Cómo YouTube logró convertir en ‘youtbers’ a Justin Bieber y Paris Hilton

La plataforma de vídeos ficha caras en su nuevo intento por reforzar sus producciones propias

Justin Bieber posa con sus seguidores en la presentación de ‘Seasons’ en Los Ángeles, el 27 de enero. / STEVE GRANITZ (WIREIMAGE)
Justin Bieber posa con sus seguidores en la presentación de ‘Seasons’ en Los Ángeles, el 27 de enero. / STEVE GRANITZ (WIREIMAGE)
Tom C. Avendaño

“Me llamo Justin. Soy de Ontario, Canadá. Soy un… artista. Hago música. Empecé cuando era muy joven. Me ayudaba a escapar de algunas cosas que pensaba que me estaban pasando en aquel momento, o que me estaban pasando en aquel momento. Y me alegra compartir mi viaje con vosotros. ¿Espera, puedo volver a empezar?”. Así arranca el nuevo documental protagonizado por Justin Bieber, con el tono espiritual que caracteriza todo lo que sale el cantante más popular del mundo entre 2010 y 2013 desde que ya no está en la cima. Pero esta vez está mezclado con la espontaneidad manufacturada que pide quien está pagando todo esto, YouTube. Porque Seasons, como se llama este proyecto estrenado la semana pasada, además de ser una serie documental sobre el alma y la sabiduría de un músico de 25 años, es también la nueva gran apuesta de la plataforma de vídeos como generador de contenido.

Y no es el único título. Junto al de Bieber, hay también otro producto protagonizado por otra estrella que ha visto mejores momentos: Paris Hilton está al frente de Cooking With Paris, un programa estrenado hace dos semanas donde la heredera más famosa por ser famosa de hace dos décadas cocina para millones de espectadores. En este caso, el tiro apunta más bajo que en el de Bieber. Hilton solo tiene que cocinar, por ejemplo, una lasaña en el primer capítulo. Pero el resultado es también más logrado. Hilton se dedica a decir las boutades que la caracterizan (“como todos sabéis, bueno a lo mejor no todos lo sabéis, pero la gente que lo sabe sabe que soy una gran cocinera”), pero también demuestra (otra característica suya) que hay boutades más geniales que otras (“las cucharas son una cosa brutal”).

Entre el desnudo espiritual de Bieber y los fogones de Hilton está YouTube, la plataforma gigante de vídeos que lleva tiempo buscando la manera de llamar la atención con sus producciones propias. Primero fueron la series originales, a las que el espectador solo podía llegar pagando una suscripción. Según la revista The New Yorker, la plataforma dedicó cientos de millones de dólares a producirlas. Al poco, abandonaron la mayoría de ellas y, a mediados de 2019, permitieron que se pudiesen ver gratis. Fue el fin de aquel modelo.

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Pero para entonces, YouTube ya había fijado un nuevo rumbo: primero, contratar a famosos, sobre todo del mundo de la música, el área donde más fieles le son los usuarios. Segundo, colocarlos en productos con falsa estética casera de youtuber y una duración amable para cualquier público (cada capítulo de Seasons son unos diez minutos; las recetas de Paris Hilton duran unos 15). El pasado mayo se estrenó un primer paso en este sentido: el documental Lo que era, lo que soy, lo que seré, protagonizado por Maluma y producido y estrenado por la plataforma: ese duraba hora y media. Estas últimas semanas han sido las que han concentrado los estrenos más refinados de la nueva etapa.

Su llegada coincide con la de otro documental donde una celebridad pop promete abrirse ante el espectador: Taylor Swift protagoniza Miss Americana en Netflix, esta vez un título pensado para el espectador de la plataforma (para empezar, dura lo que una película), pero igualmente regado de intimidades de la estrella, que en un momento dado, recuerda el hambre que se acostumbró a pasar, hasta el punto que le parecía normal sentir que iba a desmayarse en plena actuación. Salvo el caso de Hilton, cuya relación con la música es más tangencial, todos estos productos personales acompañan el lanzamiento de un nuevo disco de los artista. En el caso de Bieber, el documental incluso refleja su producción.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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