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Gloria Ramos: “Estoy muy bien vendiendo zapatos, pero solo hasta el día que haga televisión”

La nominada al Goya 2019 por su papel en 'Campeones' vuelve ahora con la nueva serie de 'Merlí' de Movistar +

Gloria Ramos, el pasado lunes en Madrid
Gloria Ramos, el pasado lunes en MadridSANTI BURGOS

Gloria Ramos tiene una vida corriente. Clases de teatro, un trabajito a tiempo parcial en una tienda de ropa deportiva del centro de Madrid. También algunos compromisos, a veces más de los que le gustaría. Las próximas semanas tiene en la agenda un encuentro en el Teatro Real con el elenco de Campeones, la película ganadora del Goya 2019, con la cual ella se convirtió en la primera actriz con síndrome de Down nominada a mejor actriz revelación. Después, el estreno de una obra de teatro. Y por último, los actos de promoción de Merlí: sapere aude, la nueva serie que Movistar + estrenó la semana y retoma la conocida serie catalana.

En esta última, la actriz (Madrid, 26 años) da vida a Laura, la hija de una provocadora profesora universitaria María Bolaño (María Pujalte), una mujer que, reitera Ramos varias veces, le recuerda a su madre, a Loli, a su “Señora Madre”, como prefiere dirigirse a la progenitora, la cual la la acompaña en la entrevista. Un gesto que muestra cómo se llevan la una y la otra: en volandas. Hay una diferencia entre las dos madres, que ella quiere dejar clara: “Lo de esconderle la bebida o tirársela a la basura, eso no, eso sólo lo hace Laura con la madre de la serie”.

En 2017, la familia recibió llamada telefónica con la que ofrecían a Gloria participar en el inminente casting de Campeones. Les pilló en plena sierra madrileña, y dudaron de si regresaban o no a la capital para la prueba. Con Merlí, el problema era otro, confiesa la madre de la actriz. La serie, famosa por sus explícitas escenas de sexo, les generaba “algún recelo”, que pronto se disipó. Ramos quería participar y la familia, incluidos el padre y los tres hermanos —"hasta la Barbarita", cuenta la actriz, refiriéndose a una de sus hermanas— le animó. Ella nunca lo pensó demasiado.

“Me parece bien, en general, cualquier papel, sea de teatro, para una película, de una serie...”, cuenta. “Hasta con un musical me animaría”, sopesa. “Y, bueno, también ayudó que estaban Bruno [David Solans] y Pol [Carlos Cuevas]”, prosigue con tono socarrón, en referencia a los dos codiciados protagonistas de la serie. Como Pujalte, que le parece “majísima”, a Ramos le encanta este par, y sobre el que de hecho se moja: “Más el primero”.

En la ficción, Ramos es una hija responsable y preocupada por la salud de su madre, María, la docente encargada de ocupar el enorme hueco de Merlí en esta secuela. La historia esta vez se traslada de las aulas del instituto Àngel Guimerà a la agitación de los primeros días universitarios. La actriz valora su papel de "increíble", lo que no la disuade de uno de sus verdaderos "sueños": interpretar a algún personaje "maléfico".

Casi a diario se sumerge en su universo favorito, el de Los descendientes, una franquicia protagonizada por los hijos de los villanos de Disney (Maléfica, Cruela De Vil...). Es entonces, entre películas (ya van por la tercera), libros o bandas sonoras cuando más se divierte. "Me gustan mucho las pelis de acción", sentencia, y añade que no le gustaría necesariamente interpretar a un villano que ya sea un clásico. Ella vive a pie de calle: "Si pudiera hacer un papel de alguien tan malo tan malo como quien yo me sé... Pues haría ese". La cita ha sonado al menos en broma.

<>Tras el éxito de Campeones —filme español más taquillero de 2018 con 3,3 millones de espectadores— Ramos se quedó a las puertas del Goya a mejor actriz revelación. Se prometió que algún día lo ganaría. Y lo tiene claro: si no fuera con el papel de una "mala malísima", le gustaría que fuera interpretando a una mujer “todavía más fuerte” que Collantes, aquella bravucona jugadora de baloncesto que la dio a conocer al público. En ello está.

Ella se parece más a este papel que al de villano, aunque solo sea porque vende zapatillas de deporte en plena Gran Vía madrileña mientras, como tantos, se prepara para dedicarse a lo que le gusta. Sus compañeros de trabajo lo saben. "Les digo, que estoy muy bien aquí, pero solo hasta el día que haga televisión, ¿eh?". Ya ha dado su primer paso. 

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