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El último viaje de David Lean

Un documental sobre el fallido rodaje de ‘Nostromo’, adaptación de la novela de Joseph Conrad, inaugura el I Festival de Cine TCM

Gregorio Belinchón
El actor Georges Corraface (izquierda) y el director Pedro González Bermúdez, ayer en los cines del Palacio de la Prensa.
El actor Georges Corraface (izquierda) y el director Pedro González Bermúdez, ayer en los cines del Palacio de la Prensa.Carlos Rosillo
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Iba a ser su última película, la última obra maestra de un cineasta que marcó el siglo XX. David Lean tenía 76 años cuando estrenó Pasaje a la India —su primer trabajo tras 12 años de sequía— y decidió afrontar su postrera aventura, un largometraje a la altura de Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, El puente sobre el río Kwai o incluso La barrera del sonido. Y allí estaba esperándole Nostromo,la novela de Joseph Conrad, que se desarrollaba en un puerto de Latinoamérica del siglo XIX. Pero el cine había cambiado, tanto que los siguientes seis años, los últimos de su vida, Lean los pasó desgañitándose en busca de dinero y de un guion a la altura de su talento. Hasta que murió en 1991.

El frustrado rodaje de Nostromo devino en una de las fascinantes historias que esconde la historia del cine, que ahora se puede ver en pantalla en el documental Nostromo. El sueño imposible de David Lean, de Pedro González Bermúdez, director de Arrebatados y de El último adiós de Bette Davis, candidato al Goya en 2016. Su filme servirá hoy para arrancar el I Festival de Cine TCM, organizado por el canal homónimo de televisión especializado en cine clásico, y que hasta el domingo 3 proyectará en el Palacio de la Prensa y en el Cine Estudio Círculo de Bellas Artes títulos como La princesa prometida, París, Texas, Malas calles, Bonnie & Clyde, Apocalypse Now, o Breve encuentro, de Lean.

David Lean, en un rodaje.
David Lean, en un rodaje.

En el documental Nostromo participan, entre otros, Sandra Lean, sexta esposa del cineasta; Christopher Hampton (Las amistades peligrosas), guionista que colaboró con Lean en el primer guion; el director artístico Benjamín Fernández o Hugh Hudson, el director contratado —obligado por las compañías de seguros— como realizador sustituto en caso de que se filmara. Por pantalla pasan seis años de discusiones, de luchas, también de clases magistrales de cine. “Ha sido un trabajo complicado”, cuenta González, “porque con secuencias animadas hemos resumido la novela y por el respeto a un maestro, a un artista que hoy está en segunda fila, mientras que sus sucesores, como Spielberg, le han comido el terreno”.

Steven Spielberg fue el gran impulsor de Nostromo como productor ejecutivo y quien indirectamente lo hundió. Warner presupuestó El imperio del sol y Nostromo con 30 millones de dólares para cada una. Spielberg empezó a rodar la suya antes y cuando se acabó su presupuesto empezó a chupar del dinero de Nostromo. Una segunda operación financiera también fracasó.

Ilustración del personaje de Nostromo.
Ilustración del personaje de Nostromo.

El naufragio pilló en medio a Georges Corraface, hoy conocido por Cristóbal Colón o La pasión turca, pero que entonces solo era un joven actor de la compañía de Peter Brook. El francés estuvo dos años yendo al gimnasio, preparándose para ser Nostromo, un líder carismático, “un nuevo Marlon Brando”, apuntaba Lean. De aquella experiencia Corraface recuerda: “Viví varios años con un general con el que trabajaba para ganar una batalla. Siento una gran tristeza por lo que no hicimos”. En pantalla, el Corraface actual ve una proyección de sus pruebas de cámara para Nostromo y su dolor por lo que pudo ser y no fue alcanza al público: “La vida no ha curado la herida”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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