Odile Rodríguez de la Fuente: “La naturaleza es la Biblioteca de Alejandría y tenemos que aprender de ella”

No hay coloquio o conferencia de la bióloga Odile Rodríguez de la Fuente (Madrid, 1973) en la que no se haga mención a su padre, Félix, el creador de El hombre y la Tierra, y una de las figuras más recordadas de la televisión por sus documentales y su lucha por la conservación del medio ambiente. Ella, que estudió Biología y durante años llevó la fundación de su padre, recorre España y Europa siguiendo, en cierto sentido, su ejemplo. Mientras prepara un libro sobre cambio climático, una de las realidades que más le preocupa, lleva su discurso de concienciación a organizaciones, empresas e instituciones con un foco muy humanista. Días antes de su participación en el evento Sanitas Healthy Cities para hablar sobre las necesidades de nuestras ciudades —que celebra este jueves su octava edición en Madrid― responde por teléfono para abordar la importancia de establecer un cambio de mentalidad: “El cambio climático va más rápido que nunca, pero también nuestra conciencia. Creo en el ser humano”.

Pregunta. Con ese legado que le dejó su padre, las alusiones a su obra y figura nunca le faltarán.

Respuesta. No, y me encanta porque yo siempre me he declarado como la fan número uno de mi padre. He detectado algo muy interesante, y que es que hablar de él me facilita muchísimo el discurso sobre sostenibilidad, cambio climático y medio ambiente. Cuando menciono Rodríguez de la Fuente todo el mundo sintoniza con una onda vinculada al asombro que produce la naturaleza, respeto y ese espíritu de aventura.

P. Cuando él murió era una niña. ¿Hasta dónde le influyó como bióloga y como divulgadora?

R. Mi padre me ha influido de forma determinante en quién soy como persona y en mi vocación profesional. Él hizo de padre también de muchísima gente. Fue un padre simbólico. Tengo hermanos por toda la península y muchos otros países fuera de España. Eso te crea un vínculo con muchísima gente que lo ha tenido a él como fuente de inspiración y te hace recuperar la esperanza en nuestra especie. Una sola persona pudo efectuar un cambio de casi 180 grados en la relación que los españoles teníamos con la naturaleza. Podemos hacer muchísimo más para efectuar ese cambio de conciencia.

P. ¿Cómo es su vida como divulgadora?

R. Soy autónoma. Estuve al frente de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente durante 15 años con dedicación total. Ahora, en mi día a día tengo muchos viajes. La mayoría son por conferencias, colaboraciones, proyectos audiovisuales o viajes relacionados con mi trabajo en una ONG que se llama Rewilding Europe. Cuando no viajo estoy preparando conferencias, y tengo bastantes visitas relacionadas con el legado de mi padre que, sorprendentemente, después de 43 años desde que falleció, siguen siendo muchas. También estoy trabajando en un libro sobre el cambio climático, pero necesitaría cogerme un par de meses. No paro.

P. Uno de sus grandes discursos es la lucha contra el cambio climático. ¿Qué realidad le parece más acuciante?

R. La comunicación. Necesitamos un cambio de paradigma y solo lo vamos a lograr a través de una comunicación efectiva. Todo lo demás vendrá a nivel empresa, social, individual y energético.

P. ¿No ponen trabas en este mensaje tan importante de la concienciación o comunicación ciertos partidos o corrientes ideologías? Por ejemplo, algunos sectores de la derecha.

R. La derecha no radical se está dando cuenta de que no hay otro camino. Es cierto que estaban más rezagados, pero la propia sociedad lo está exigiendo y el que no se sume a este cambio va a quedar atrás. Es algo que está muy claro desde el sector de la empresa. Todas están apostando.

P. ¿Y están haciendo lo suficiente?

R. No lo suficiente, porque el cambio tiene que ser mucho más rápido. Pero sin embargo está ocurriendo. Yo lo veo por mi trabajo. Me piden dar conferencias desde empresas del mundo de la medicina, la salud, la energía, la construcción o la arquitectura. También lo veo en responsabilidad social corporativa y en el propio plan de negocio de las empresas.

P. ¿Qué opina de las grandes cumbres climáticas? Parece que no vamos a llegar al objetivo de no superar 1′5 grados de aquí a 2030, que era uno de sus grandes propósitos.

R. Sí, en general han sido decepcionantes las cumbres climáticas, pero yo intento poner el foco en lo positivo. Tengo fe. El ingenio humano es asombroso.

P. Dice a menudo que la crisis climática es una oportunidad. ¿A qué se refiere?

R. Todos los cambios para hacer frente al cambio climático van a sacar lo mejor de nosotros, nos van a sacar mucha más creatividad, mucha más capacidad de innovar, pero de una forma mucho más sistémica biomimética ―imitando a la naturaleza―, siendo mucho más distributivos en todos los sentidos y más eficientes. Nos han limitado nuestras creencias y ahora nos vemos obligados a borrarlas. Por eso, es una oportunidad para redescubrirnos.

P. ¿Qué quiere decir con que nos han limitado esas creencias?

R. Pues, por ejemplo, la relación que tenemos con la naturaleza tiene mucho que ver con creencias heredadas que vienen desde el Neolítico. En el momento en el que empezamos a domesticar a las plantas y a los animales, empezamos a tener una relación de dominio y de explotación con la naturaleza y emerge el sentido de la propiedad. Ahora tenemos una visión mucho más respetuosa. La naturaleza es la Biblioteca de Alejandría y tenemos que aprender de ella porque lleva aquí miles de millones de años y ha creado las condiciones idóneas para la propia vida.

P. ¿Y qué se le pasa por la cabeza cuando ve las recomendaciones de los científicos en Doñana y la respuesta de los políticos?

R. La política me resulta tremendamente decepcionante. Mira mucho por sus propios intereses, por volver a salir electos. Se desdibujan la sinceridad y los objetivos reales. Me parece muy descorazonador, porque el medio ambiente es una carrera de fondo. Tiene que estar absolutamente presente en nuestro día a día y en todas nuestras decisiones. Sí que es verdad que ideológicamente hay partidos que parece que tienen mucho más asimilado este cambio de paradigma. Pero como te digo, no les va a quedar más remedio.

P. Tiene una actitud muy positiva. ¿Le debe algo a su padre también en esto?

R. Definitivamente. A mi padre se le puede definir como un seductor. Nos abrió una ventana hacia un mundo que todos queríamos, donde el ser humano viviese en equilibrio con la naturaleza y nos mostró que ese era un mundo mejor.