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Intuitive Machines intentará despertar a ‘Odiseo’ cuando pase la gélida noche lunar

La empresa y la NASA consideran un éxito la misión con la que Estados Unidos ha vuelto a la Luna a pesar de los contratiempos

Foto: INTUITIVE MACHINES (VIA REUTERS) | Vídeo: EPV
Miguel Jiménez

Odiseo se apaga. La larga noche llega al polo sur lunar y el módulo espacial lanzado por la empresa privada Intuitive Machines se queda sin energía. Odie, como le han bautizado los empleados de la empresa, ha protagonizado la primera llegada estadounidense a la Luna desde el fin del programa Apolo en 1972. Además, ha hecho historia al convertirse en el primer artefacto de una empresa privada en llegar al satélite natural de la Tierra. Aunque ha tenido algo de accidentada odisea, la agencia espacial estadounidense (la NASA) y la propia empresa consideran que la misión ha sido un éxito. Debido a la caída que sufrió al alunizar, Odiseo se apaga antes de tiempo, pero los científicos aún confían en la posibilidad de despertarlo en unas semanas.

Los responsables de Intuitive Machines y empleados de la NASA que han trabajado en la misión así lo han expuesto este miércoles en una rueda de prensa en el Centro Espacial Johnson en Houston (Texas). En ella que han hecho balance del primer viaje a la Luna de Intuitive Machines, la misión IM-1, a la que seguirán otras en los próximos meses.

“Hemos llevado a cabo una misión muy exitosa”, ha dicho Steve Altemus, consejero delegado de Intuitive Machines. Altemus ha insistido una y otra vez en que lo importante de esta misión era llegar a la Luna, lograr el aterrizaje suave —aunque no fue tan suave—, establecer comunicación y llevar a cabo varias pruebas. “Esos objetivos se cumplen, por lo que en nuestra opinión es un éxito sin paliativos”, ha sentenciado. La empresa también ha valorado que haya sido probado con éxito en vuelo el sistema de propulsión de metano líquido y oxígeno líquido en el espacio profundo diseñado por la compañía.

Altemus ha restado importancia al hecho de que el tiempo de duración (al menos el inicial) se haya acortado por el tropezón lunar. Y ha alabado la resistencia del módulo de aterrizaje: “Qué magnífico trabajo hizo ese robusto y valiente módulo de aterrizaje, todo el camino hasta la Luna y luego en la superficie para devolver a la NASA y a nuestras empresas comerciales tantos datos, información y ciencia. Es solo un increíble testimonio de lo robusta y, como alguien dijo, bestial que es esa pequeña nave espacial. Estamos muy felices”, dijo eufórico nada más empezar la comparecencia.

El módulo ha aguantado con energía menos de lo inicialmente proyectado, pero algo más de lo que se temía hace un par de días. Este miércoles ya se estaba quedando sin energía. “Pondremos Odie a dormir y esperamos que despierte en las próximas dos o tres semanas para el objetivo de prueba de desarrollo que es en realidad para ver si podemos, cuando el sol ilumine el panel solar de nuevo, obtener de nuevo una señal de este módulo de aterrizaje y por lo que estamos entusiasmados con ese punto”, ha añadido Altemus.

La posibilidad de que despierte está abierta, pero en absoluto garantizada. El módulo japonés que llegó a la Luna hace unas semanas y no pudo desplegar sus paneles solares también por haber caído de lado logró generar energía el pasado fin de semana. Odiseo no está diseñado especialmente para resistir las gélidas temperaturas de la larga noche lunar. El frío extremo podría resquebrajar los componentes electrónicos y acabar con las baterías. El director de la misión, Tim Crain, dijo que no se sabe si despertará. Sue Lederer, científica de la NASA, se mostró optimista: “Es un tipo muy luchador. Tengo confianza en Odie en este momento”.

Más allá de que despierte o no, Intuitive Machines ha logrado lo que ninguna otra empresa había conseguido hasta ahora, pese a algunos intentos fallidos. Altemus lo ha celebrado especialmente: “Lo que hemos hecho en el proceso de esta misión es cambiar radicalmente la economía del alunizaje. Hemos abierto la puerta a una economía lunar sólida y próspera en el futuro. Es realmente un punto en la historia que deberíamos celebrar, a medida que avanzamos hacia misiones posteriores alrededor de la Luna”.

Steve Altemus y el director de la misión, Tim Crain, director tecnológico de Intuitive Machines, han repasado algunos de los contratiempos surgidos durante el viaje lunar. La guía láser para el aterrizaje estaba físicamente desactivada. Alguien la desactivó antes del despegue para que el láser no provocase daños accidentales y llegó así a la Luna. No había forma de restablecer su operatividad. Por ello, tuvo que emplearse un sensor de descenso y aterrizaje basado en Lidar, un instrumento que funciona según los mismos principios que el radar, pero con láser, que llevaba el artefacto como carga útil experimental.

Para instalarlo, el módulo dio una vuelta adicional a la Luna. El experimento funcionó, pero no del todo. Odiseo no alcanzó el terreno llano deseado por 1,5 kilómetros y terminó en una elevación mayor de la prevista. Como resultado, descendió demasiado rápido y con un desplazamiento no solo vertical sino también lateral. Por ello, golpeó el terreno más fuerte de lo que las patas podían tolerar, según explicó Altemus. El módulo de aterrizaje de algo más de cuatro metros se mantuvo momentáneamente en posición vertical, con el motor encendido, antes de caer lentamente sobre una ligera pendiente.

Eso dañó o escondió algunas de las antenas, que han podido transmitir menos datos que los originalmente previstos, pero sin impedir que se probasen los mecanismos enviados. Durante el viaje hubo otros fallos e imprevistos (hasta 11 han relatado los responsables de Intuitive Machines y de la NASA) que los ingenieros fueron solucionando como pudieron.

“Un aterrizaje suave en la Luna es un gran logro”, señaló en la rueda de prensa Joel Kearns, administrador adjunto de exploración de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA. “Esta misión es pionera. Puede considerarse una prueba de vuelo”. Sue Lederer, científica del proyecto de Servicios Comerciales de Carga Lunar (CLPS) del Centro Johnson de la NASA, dijo que los equipos de la agencia estaban analizando aún los datos, pero que estaban satisfechos con lo que iban recibiendo. “Todas las cargas útiles han alcanzado algún nivel de sus objetivos”, aseguró.

El administrador de la NASA, Bill Nelson, considera que la misión ha sido un éxito, dado que los seis experimentos de la agencia espacial en el módulo de aterrizaje seguían funcionando el miércoles por la mañana. “Hay una gran diferencia entre aterrizar una tripulación y aterrizar un montón de instrumentos”, ha señalado en otro acto, según declaraciones recogidas por Associated Press.

La NASA era el principal cliente, con la mitad de las 12 cargas útiles que transportaba Odiseo. Ha pagado a Intuitive Machines 118 millones de dólares por llevar a la Luna sus instrumentos de trabajo. Se trata de una cámara estereoscópica para observar el penacho de polvo que se levanta durante el aterrizaje; un receptor de radio para medir los efectos de las partículas cargadas en las señales de radio; un experimento con funcionalidades para la navegación autónoma en apoyo de futuras operaciones en superficie y orbitales; un conjunto de ocho retrorreflectores que debería servir de marcador de posición permanente en la Luna durante décadas; el sensor de descenso y aterrizaje basado en Lidar que fue utilizado como emergencia y un medidor que utiliza ondas de radio para determinar cuánto combustible propulsor queda en los depósitos en un entorno de baja gravedad.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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