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Primeras imágenes de ‘Euclid’, el detective que quiere desvelar la naturaleza desconocida del 95% del cosmos

La Agencia Espacial Europea presenta los primeros resultados del telescopio que pretende entender los dos mayores enigmas del universo: la materia oscura y la energía oscura

Imagen de la nebulosa Cabeza de Caballo tomada por 'Euclid'. En vídeo, un análisis del logro científico de la sonda.Foto: ESA

En 1924, el astrónomo Edwin Hubble anunció un descubrimiento que cambiaba la perspectiva de nuestro lugar en el universo. Las estrellas cefeidas que había encontrado en la nebulosa de Andrómeda, con las que es posible medir las inmensas distancias cósmicas, mostraban que no se trataba de una nube de gas y polvo cercana, sino de una galaxia, como la nuestra, a una enorme distancia. La Vía Láctea no era la única galaxia que existía, sino una entre multitudes.

En esos mismos años, en los que se comprobó que había universo mucho más allá de lo conocido, también se empezó a observar que los cuerpos celestes no se movían como cabía esperar, midiendo el efecto gravitatorio de la masa visible de estrellas y galaxias. La materia oscura, invisible para los telescopios, pero que podía explicar esos movimientos, tenía que ser mucho más abundante que la convencional. Ahora estimamos que esa materia supone el 25% del universo y que la visible solo es el 5%. El resto del cosmos es energía oscura, una entidad hipotética que hace que el universo se expanda cada vez más rápido, alejando a toda velocidad unas de otras los cientos de miles de millones de galaxias que existen.

Para intentar conocer la naturaleza de ese 95% del cosmos, que hasta ahora solo intuimos por sus efectos, se lanzó el pasado 1 de julio la sonda Euclid, un detective del lado oscuro del universo. Ahora, la Agencia Espacial Europea (ESA), responsable de la misión, ha hecho públicas las cinco primeras imágenes en color tomadas por sus instrumentos. Con ellas se quiere mostrar la capacidad de Euclid para fotografiar grandes estructuras completas, desde galaxias o nebulosas a cúmulos de galaxias, de una forma rápida y con gran resolución, hasta alcanzar un tercio del cielo visible.

En los próximos seis años, observará las distancias, las formas y los movimientos de cientos de miles de millones de galaxias, para crear un mapa en tres dimensiones del universo que alcanzará objetos a hasta 10.000 millones de años luz de distancia. El estudio de ese mapa permitirá conocer la evolución de esos objetos a lo largo del tiempo cósmico y empezar a entender qué son esos dos fenómenos contradictorios, la materia oscura que mantiene grandes partes del universo unidas y la materia oscura que amenaza con diluirlo.

El Cúmulo de Perseo

Euclid
ESA/Euclid/NASA

La imagen, que la ESA llama una revolución para la astronomía, muestra 1.000 galaxias de este cúmulo en el que hay miles más envueltas en gas a millones de grados de temperatura. Es una de las estructuras más masivas del universo conocido y se ha demostrado que no podría mantenerse unida si no fuese por la amalgama gravitatoria de la materia oscura. En el fondo, hay 100.000 galaxias más, algunas tan lejanas y con un brillo tan débil que no se habían visto antes. La forma de estas galaxias aparece ligeramente distorsionada en las imágenes, porque el efecto de la gravedad de los objetos visibles y la materia oscura desvía el camino de la luz en su viaje hasta el Sistema Solar. Ese estudio de miles de millones de galaxias en los últimos 10.000 millones de años de historia del cosmos proporcionará una imagen tridimensional de la distribución de materia oscura en el universo.

La Galaxia Oculta

Euclid
ESA/Euclid/NASA

La galaxia espiral IC 342, también conocida como galaxia oculta porque está ligeramente oscurecida por una región de polvo cósmico en nuestra galaxia, es muy parecida a la Vía Láctea y está relativamente cerca, a unos diez millones de años luz. La cámara de infrarrojos de Euclid permite obtener información más precisa sobre las estrellas de este objeto, pese al polvo que la oculta.

Galaxia Irregular NGC 6822

Euclid
ESA/Euclid/NASA

Euclid observará el brillo de galaxias hace 10.000 millones de años, cuando el universo estaba en su infancia. Muchas galaxias de esa época aún parecían a medio hacer, eran pequeñas e irregulares y no se parecían a las espirales con las que solemos identificar estos objetos. Algunas de estas galaxias, que después servirían para formar otras mayores como la Vía Láctea, abundan en ese universo antiguo, pero también se pueden encontrar más cerca de nosotros. Es el caso de NGC 6822, fotografiada por Euclid, que se encuentra a 1,6 millones de años luz de la Tierra.

Cúmulo globular NGC 6397

Euclid
ESA/Euclid/NASA

Los cúmulos globulares son grupos de cientos de miles de estrellas unidas por la gravedad de la materia visible y la invisible, formando una esfera, que se suelen encontrar en el halo exterior de las galaxias. Según cuenta la ESA, solo Euclid puede observar un cúmulo globular de una sola vez con una resolución suficiente para distinguir tantas estrellas dentro del cúmulo. Este tipo de agrupaciones de estrellas servirán para conocer la distribución de materia oscura

La nebulosa Cabeza de Caballo

Euclid
ESA/Euclid/NASA

En este semillero de estrellas, una de las imágenes más icónicas del cosmos, los astrónomos esperan descubrir planetas desconocidos de la masa de Júpiter en su infancia, y estrellas marrones también en un periodo inicial de su desarrollo.

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