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Entre el genio y la locura

La cárcel Modelo acoge una exposición sobre Art Brut con obras realizadas por pacientes psiquiátricos, presos, visionarios y sintecho, al margen del mundo del arte

José Ángel Montañés
Dos de las obras expuestas en la cárcel Modelo de Barcelona.
Dos de las obras expuestas en la cárcel Modelo de Barcelona.Joan Sánchez

La línea entre el genio y la locura es muy fina. Artistas tan destacados con Antoni Gaudí y Salvador Dalí son considerados unos genios capaces de realizar una obra visionaria y avanzada. Pero también personas excéntricas, que rayan la locura, con personalidades complejas y al margen de las normas. Desde los años cuarenta del siglo XX se conoce como Art Brut a las manifestaciones artísticas creadas por personas al margen: niños, presos, pacientes psiquiátricos, sintecho y visionarios; todos sin conciencia de artista, que pintan guiados por la necesidad de crear a partir del subconsciente, de ahí que el Art Brut se asocie con el surrealismo. El término fue acuñado en 1945 por Jean Dubuffet, que, impactado tras ver la colección de dibujos del doctor Morgenthaler, llegó a reunir 5.000 obras de Art Brut que expuso en 1948 en los bajos de una galería de París. Desde los setenta, este arte se denomina Outsider Art, Art Pur, Art Obscur y Prison Art.

La cárcel Modelo, un lugar que sabe mucho de personas fuera de la norma y privadas de libertad que vieron con seguridad en el arte una vía de escape, acoge desde ayer la exposición L'art irreductible. Mirades de l'Art Brut, con 80 obras creadas por personas de este colectivo tan heterogéneo.

Impresiona cruzar la puerta de este edificio que nació a mitad del siglo XIX como modelo de centro humanista e higienista (junto con el frenopático de Les Corts) en el que cada preso tenía su propio espacio, pero que pronto acabó criticado por inhumano y masificado. Los pasillos y celdas siguen teniendo el aspecto deteriorado de sus últimos años, hasta que cerró a mitad de 2017 después de 113 años de historia. Ahora, la Modelo, comienza a dar sus pasos como lugar para la memoria. La exposición que ha comisariado Mery Cuesta, que ocupa una quincena de celdas de la galería 4, donde estaban los presos reincidentes con dificultades de adaptación, es, sin duda, un acto de memoria y justicia que da visibilidad a una realidad oculta a la vez que intenta poner orden en este tipo de creaciones y subrayar su origen a partir de la enfermedad mental, tal y como destacó el comisionado de Memoria de Barcelona, Ricard Vinyes, que remarcó cómo estas obras interactúan con pintadas y grafitis de los presos tan expresivos como: “Solo Dios me juzgará”.

La muestra está dividida en cuatro apartados (marcados por los apenas diez metros cuadrados de las celdas). Desde los nuevos establecimientos creados a mitad del siglo XIX con el nacimiento de la psiquiatría en el que los pacientes comienzan a ser tratados como personas y recibir terapias personalizadas con miras a su recuperación “para una vida útil en sociedad”. Es en este ambiente en el que algunos médicos como Walter Morgenthaler, Hans Prinzhorn y Jean Vinchon se fijaron en los dotes plásticos de algunos pacientes y comienzan a conservar sus dibujos como ejemplo de la búsqueda de pureza expresiva. En España destacan las colecciones del Doctor Sarró (en el que abundan cosmogonías y criaturas como los "sambonianos", que habitaban en el manicomio de Sant Boi) y la de Josep Obiols, que reunió cientos de dibujos y cuadernos terapéuticos de sus pacientes, como los cómics que se exponen en una de las celdas.

En los años setenta, la consideración social de estos enfermos y sobre todo, sus tratamientos, cambiaron. Ya no se les aísla en edificios siniestros, sino que los enfermos conviven con sus familias y se les aplican neurolépticos. Es cuando empieza a hablarse de Outsider Art, aunque las obras siguen mostrando las visiones divergentes y las luchas internas de cada uno. Jaume Lores es el autor de la imagen seleccionada para publicitar la muestra. Es un autorretrato en el que la parte superior de su cabeza se desdibuja.

Dos de los
Dos de losJoan Sánchez
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La exposición, que cuenta con la colaboración del Departamento de Cultura, el Ayuntamiento de Mataró y las fundaciones Carmen y Lluís Bassat, Setba y Sant Pere Claver (que dispone de uno de los pocos museos de Art Brut en España), tiene un segundo espacio, en la Nau Gaudí de Mataró, en el que se podrán ver (desde el día 22) 70 obras de artistas de la Colección Bassat reconocidos. ”Cuando era niño y nos llevaban al Barri Gotic, al pasar delante de La Pedrera el profesor de Arte nos decía: ‘Eso es de un loco y por eso hacía esas casas tan extrañas’, pero ahora todo el mundo reconoce que Gaudí es un genio”, recordó Bassat. Es la fina línea entre la genialidad y la locura.

Sin pistas de Pedro Izquierdo

Pedro Izquierdo es un sintecho que vivía en Barcelona y que la guardia urbana multó en 2015 con 4.047 euros por vender en la calle libros que había rccogido de la basura. Izquierdo no lo dudo y creó la obra Esbirros municipales sobre la sanción llenándola de coloristas dibujos en los que no faltaban perros uniformados con enormes porras, un personaje barbudo, seguramente él, lanzando un potente pedo al aire y una inscripción en la que advierte: "Ojo, queridos niños estas son las consecuencias de vender libros de la basura en la ciudad condal", aunque no ocultó el lugar de la infracción, el día y el importe de la multa. En otra de sus obras puede verse a su fiel amigo Antoñín, un enorme perro que seguro que le acompañaba en las calles, al que representa con una corona de santo sobre la cabeza. "No sabemos dónde está. Se le ha perdido la pista, la última vez que se le vio estaba en Madrid", asegura la comisaria.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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