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El reinado de Guadalupe Plata

El grupo jienense suma cuatro galardones en los premios de la música independiente

Componentes del grupo Gudalupe Plata en el Círculo de Bellas Artes.
Componentes del grupo Gudalupe Plata en el Círculo de Bellas Artes.kike para

Una guitarra, una batería y un bajo fabricado con un barreño de zinc, un palo y una cuerda son instrumentos suficientes para que Guadalupe Plata fuera reconocido ayer como el mejor grupo español independiente. En una ceremonia celebrada en el Círculo de Bellas Artes, la Unión Fonográfica Independiente entregó a los bluesmen jienenses cuatro Premios de la Música Independiente (PMI), decididos en una primera ronda por un jurado de la industria y en última instancia, en 13 de las 26 categorías, por casi 15.000 votos de internautas anónimos.

La abrasiva simplicidad del blues-punk de Guadalupe Plata (similar a la parquedad de sus agradecimientos al subir al estrado) ha conseguido que los de Úbeda se lleven a casa los premios a artista del año, mejor álbum de rock (segundo de su discografía), mejor directo y mejor fotografía promocional, aunque este último corresponde sólo al batería, Carlos Jimena, autor de la imagen (¿cuenta eso como selfie?). Además, aunque se anunció hace casi tres meses, recogieron el reconocimiento de Impala, unión de discográficas europeas independientes, al mejor disco del año continental (anteriormente recibido por la británica Adele).

En el éxito de Guadalupe Plata, además de la llamativa integridad monolítica de su propuesta, también habrá tenido que ver la ubicuidad de los ubetenses, banda habituada a recorrer cientos de kilómetros cada semana por España y el extranjero (este año tienen fechas reservadas en Alemania y en un festival de la meca del blues, Clarksdale, Misisipí).

También hubo otros protagonistas, como los asturianos Fasenuova (álbum del año por Salsa de cuervo) y León Benavente (mejor canción del año por Ser brigada y artista emergente, curioso dada su condición de veteranos del circuito indie). Además, en las categorías de género, vencieron Warcry (mejor álbum de metal), Oso Leone (pop), Mala Juntera (hip-hop) o Ginferno, cuya indefinición estilística les sirvió para hacerse con el doo rag —el trofeo de los PMI, un instrumento mecánico diseñado por el artista Olaf Ladousse, que hizo una demostración de su sonido— al mejor disco de músicas del mundo. “Hemos hecho arqueología etnomusical de los ritmos asiáticos y latinoamericanos que nos gustan y los hemos mezclado con la música tradicional occidental más popular, el rock”, comentaba Daniel Fletcher, guitarrista del grupo madrileño.

La monótona y algo deslavazada fiesta de entrega sólo fue animada por los números musicales (Juventud Juché y Tomasito con Jorge Pardo, entre otros), y por la irreverencia de los presentadores, integrantes de la revista satírica Mongolia que se acordaron de los gustos musicales alternativos de la futura reina Letizia y del Ministro de Cultura, "Fétido Addams”.

También fueron premiados los brasileños Garotas Suecas, los mexicanos Rey Pila y los australianos Nick Cave & the Bad Seeds, en un decidido empeño por internacionalizar estos PMI, que van por su sexta edición y, según la organización, nacieron para “reconocer la creación, la diversidad y la calidad artística de las producciones independientes publicadas en España, y son una herramienta fundamental para la promoción nacional e internacional de la música independiente”. Para la edición de 2014 se inscribieron 672 propuestas. Entre ellas, destacaron tres tipos de Jaén —incluido un pariente de Raphael— que cultivan con fervor la música que tocaban en los años 30 los negros del Sur de EEUU, aderezada con cierto espíritu del Sur de España. Y un barreño.

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