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Sin piscina pública en el barrio un año sí y al otro también: ¿por qué las obras se eternizan?

La mayoría de los espacios de baño municipales cierra hasta cuatro años cuando se acometen reformas integrales. Los vecinos critican falta de planificación y el Ayuntamiento justifica los tiempos por la complejidad de los trabajos

Piscina Madrid
Vista de varias personas disfrutando de la piscina municipal de El Lago, en Casa de campo (Madrid) en julio de 2023.Santi Burgos
Beatriz Olaizola

Lo primero que notaron los vecinos del barrio La Paz, en el distrito madrileño de Fuencarral-El Pardo, fue que el agua de la piscina al aire libre estaba muy fría. Mucho más de lo habitual. Era la temporada de verano de 2021, el año en que se registró la segunda ola de calor más intensa hasta la fecha en España, y todo el fresco extra era bienvenido. Aun así, les resultó extraño y decidieron preguntar al personal de las instalaciones. Resulta que había fugas, el agua no recirculaba como debería y no paraba de entrar agua nueva del canal, por eso no se calentaba. Ese fue el último verano que la piscina Vicente del Bosque estuvo abierta. Desde entonces, hace ya dos años y siete meses, los 32.192 habitantes de la zona están esperando a que empiecen las obras.

Cada verano, cuando se acerca la fecha de inicio de temporada, las piscinas públicas madrileñas copan titulares de prensa del estilo: “Retraso en las obras deja a los vecinos sin piscinas”; “verano en Madrid con las piscinas cerradas o con obras inacabadas”; “otro verano sin piscina en [barrio]”. Y, el más habitual: “Estas son las piscinas municipales que van a cerrar en verano”.

La lista va cambiando, aunque hay instalaciones, tanto al aire libre como cubiertas, que permanecen en ella varios años ―o entran y salen de forma intermitente― antes de pasar a la de recintos reabiertos. Los vecinos critican dejadez y falta de planificación por parte de la Administración y el Ayuntamiento justifica los tiempos prolongados porque se trata de reformas integrales y complejas.

“Es una historia estructural que ocurre en muchos centros deportivos municipales en Madrid. Muchos se hicieron en la década de los ochenta y noventa [otros se remontan a los sesenta]. Ya tienen más de 40 años y les hace falta un mantenimiento que, a la luz de los problemas que salen [en referencia a las fugas en muchos de ellos], no ha sido el adecuado. Se espera hasta el punto en que las obras son titánicas”, explica por teléfono Óscar Chacón, de la asociación vecinal La Flor y residente en el barrio La Paz.

En los ochenta había 14 piscinas municipales al aire libre en la capital. En 2023 nueve más, 23, y este año se inaugura la primera ―ubicada en Barajas, hasta ahora sin piscina de verano― desde 1992. La última que se construyó, hace más de 32 años, fue la de Palomeras, en el distrito de Puente de Vallecas. La piscina cubierta de ese polideportivo también fue motivo de protestas por permanecer cerrada dos años debido a las obras y que se prolongara el cierre una vez terminadas. A casi tres kilómetros, está la piscina al aire libre Vallecas, una de las que no abrirá este verano por una reforma integral en fases que empezó en 2021.

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Un portavoz del Ayuntamiento, preguntado por qué muchas de las obras de reforma de las piscinas se prolongan durante tanto tiempo, indica que “depende del caso”: “Si se trata de reformas integrales, las obras son largas. Además, en el caso de las piscinas de verano, estas obras tienen un hándicap que aumenta su complejidad, que son las inclemencias meteorológicas, fundamentalmente las lluvias, que suelen generar imprevistos”.

Un año después del cierre de la piscina de Vicente del Bosque, “no se había movido absolutamente nada. Ni proyecto, ni presupuesto, ni nada. Ni para el año 2022, ni para el año 2023″, denuncia Chacón. El Ayuntamiento confirma que las obras no han comenzado y que “la redacción del proyecto todavía no ha finalizado”, aunque sí señalan que se va a “llevar a cabo una reforma integral del centro deportivo por fases que se desarrollarán a lo largo de este mandato”. Por lo pronto, este es el tercer verano que los vecinos deberán desplazarse a otra piscina municipal entre mayo y septiembre.

Piscina municipal Madrid
Vista de una de las piletas de la piscina de Peñuelas, en el distrito de Arganzuela (Madrid), el verano pasado.Santi Burgos

Noelia Buesa, arquitecta técnica, lleva una década en el sector de la construcción de piscinas en Madrid y los últimos dos años se ha especializado en redacción de proyectos. En su caso, trabaja con comunidades de vecinos y particulares: “Nunca me he enfrentado a una obra tan grande, pero cuando se acometen estas obras faraónicas es que la instalación está ya obsoleta o que los vasos pueden tener pérdidas de agua considerables”.

Con las filtraciones en los vasos, explica, las pérdidas de agua deberían reponerse diariamente, si no el circuito en la piscina no funciona, y eso supone un gran gasto de agua. “Para arreglarlo hay que construir un vaso nuevo. Lo habitual es hacer una demolición perimetral del vaso y construir un nuevo en el interior del que ya había, así se ahorran la fase de movimiento de tierras”, indica.

Según la aparejadora, redactar un proyecto de esa envergadura “se puede alargar hasta un año, sobre todo si incluye la edificación anexa. Una reforma solo de los vasos puede ser una redacción de seis meses”. Una vez elaborado el proyecto y el presupuesto de ejecución, se saca la licitación para que una empresa ejecute las obras: “Hablando de obras de uno o dos millones de euros, se puede alargar otros seis meses, y luego otro año más en ejecutarlas”.

Proyectos que no llegan

La última piscina en sumarse a la lista de “cerrada por filtraciones” es la de Peñuelas, en el distrito de Arganzuela (153.000 habitantes), una de las más demandadas de la capital al acoger también a los vecinos del centro (otros 139.682), donde no hay espacios de baño al aire libre. El motivo del cierre, ha explicado este miércoles la delegada de Obras y Equipamientos Públicos, Paloma García Romero, es que las instalaciones “presentan unas patologías muy graves que precisan una intervención inmediata”.

Entre ellas, las instalaciones de depuración y control están obsoletas, pérdidas de agua constantes en los vasos, muros de contención desplomados y con humedades y grietas. El plazo de ejecución, ha añadido, es de 12 meses, aunque aún no han terminado de redactar el proyecto.

Los vecinos ―que se concentraron hace una semana frente a las instalaciones― temen que ocurra lo mismo que con la de Vicente del Bosque, también cerrada por filtraciones, y la fase previa a las obras se alargue durante varias temporadas. Algo similar a lo vivido por los usuarios del centro deportivo El Quijote, antes Francos Rodríguez. En 2019, los baños veraniegos terminaron antes de tiempo por la caída de un árbol. Entonces detectaron también problemas en las instalaciones y la piscina cerró.

En 2020 permaneció cerrada, como el resto, debido a la pandemia, y en 2021 los vecinos empezaron a movilizarse y exigir que iniciaran las reparaciones. La piscina reabrió el pasado verano, casi cuatro años después del cierre, aunque los vecinos denuncian que aún hay zonas, como un prometido bar, que siguen en obras y no se han construido.

“Es dejadez, falta de planificación y no atender las necesidades de los barrios. Los que lo sufren son los usuarios y más en estos veranos, que hace un calor terrible y la gente no tiene un sitio donde poderse dar un baño”, se queja Maricarmen Lostal, de la asociación de vecinos Villa Rosa, del distrito de Hortaleza.

Las dos piscinas del distrito están la lista de instalaciones cerradas de forma intermitente. La de Luis Aragonés lo estuvo en 2022 debido a los destrozos causados por la borrasca Filomena y lo estará este año otra vez, por nuevas obras en uno de los vasos. La otra, la del centro deportivo Hortaleza, cerró todo el verano pasado por unas reformas que se prolongaron.

Sonia San Andrés, también vecina de la zona y de la asociación La Unión Hortaleza, afea la falta de comunicación y transparencia del Ayuntamiento. Los vecinos, cuenta, se han enterado de los sucesivos cierres por los medios de comunicación: “Usan Twitter y publican las obras por acondicionamiento de calle, por corte de arbolado, o anuncian que el concejal inaugura un premio, pero estas cosas no avisan. Muchas veces la gente se encuentra con la noticia cuando va a pedir su entrada”.

Unos de los barrios que primero sufrió este problema y que más tuvo que esperar por unas obras fue el de la Concepción, en el distrito de Ciudad Lineal, donde hay una única piscina, llamada igual que el barrio, para 220.345 personas. Su lucha llegó a parecer eterna. En 2008 el recinto deportivo cerró por un hundimiento y durante las reformas se produjeron filtraciones que llevaron al cierre un verano, otro y otro más. La clausura duró siete años.

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Sobre la firma

Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.
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