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crítica literaria
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘La vida al borde’, de María Tena: cara a cara con la enfermedad

La escritora madrileña regresa con una novela anclada en la subjetividad de una mujer cuyo ingreso en el hospital se convierte en una lección de vida

María Tena
La escritora María Tena en la librería Rafael Alberti de Madrid, en 2018.Jaime Villanueva

Con una trayectoria narrativa jalonada de premios y reconocimientos —desde que se inició en 2003 con Tenemos que vernos, finalista del Premio Herralde, hasta Nada que no sepas, que obtuvo el Premio Tusquets Editores de Novela—, María Tena (Madrid, 1953) nos entrega ahora una novela cuyas páginas destilan, en el sentido de expresar sutilmente, las cualidades de un mundo narrativo y una escritura ancladas en la subjetividad. Quienes hayan vivido la experiencia, sea en carne propia o bien en calidad de testigo, coincidirán en que una enfermedad grave o cualquier dolencia que nos obligue a ingresar en un hospital puede convertirse en una lección múltiple. Y en una lección de vida si esta ha estado seriamente amenazada. “Debería ser obligatorio pasar una temporada allí”, concluye la protagonista cuando hace balance de lo sucedido.

Teresa es el personaje central, que conecta y enlaza con los demás. Profesora de Literatura y madre de dos hijas aún niñas, sumida en una ya larga crisis conyugal que no acaba de resolver, vive como un revulsivo la reaparición de un bulto en el pecho que la obliga a pasar por quirófano. En el hospital se relacionará sobre todo con Tomás, casi su contrafigura pues es un hombre mayor, de origen campesino, tosco y algo rudo pero auténtico y espontáneo, fuerte, vitalista, que vive proyectando el futuro, a diferencia de ella, rumiando el pasado y sin afrontar la posibilidad de reanudar una reciente aventura amorosa. También se relaciona con Paula, joven de 35 años, vulnerable y sola, amenazada por una enfermedad que no se atreve a afrontar y de la que huye mediante una continuada ensoñación; y con Felipe, exalumno escolarmente “desahuciado”, ingresado allí por un accidente de moto.

Alternando la voz narrativa en tercera persona —aunque con el punto de vista ceñido a los personajes— y en la primera —articulada mediante el diario de Teresa, los varios soliloquios y las cartas soñadas de Paula—, La vida al borde avanza entre el despliegue de lo presente inmediato y la evocación de lo pasado lejano, entre el contraste entre esto y aquello o el aquí y allí. La presentación de la vida cotidiana en el hospital —sus ritos y códigos, el drástico cambio que nos impone, el aprendizaje de los mecanismos del dolor o la pintura de los personajes característicos, como sanitarios, acompañantes de los enfermos y otros pacientes— está muy bien expresada gracias al filtro subjetivo, pues todo se da a través de una vivencia o desde una reflexión personal. Y gracias a la escritura tan concisa como sugestiva y plástica de Tena, tan aguda como cristalina y depurada, que prescinde de ornamentos y arabescos, en este girar de tiempos y espacios conocemos los avatares que sacuden a los personajes principales, tanto en su faceta civil como en su ámbito íntimo, donde destacan los conflictos familiares entre cónyuges o padres e hijos y la expresión de anhelos, preocupaciones, miedos invencibles, cambios en el ánimo y en la percepción de las cosas, más la gavilla de emociones y sentimientos que ineludiblemente bordean las alianzas de la vida con el tiempo y con la muerte.

¿Cómo contar todo esto?, se pregunta al final el narrador, una voz autorial ahora, o tal vez la de la propia Teresa ante sus cuadernos. “Quizás sea necesario congelar la cámara en una escena y mirar qué personajes asisten al banquete, (…) seguir esta madeja deshilachada y acabar encontrando las escenas que anuden estas historias que por ahora solo son el patio interior de la conciencia”. Y aquí entramos nosotros, lectores agradecidos a Tena por brindarnos la posibilidad de estar instalados en el corazón de lo que se cuenta o recuerda.

Portada de 'La vida al borde', de María Tena. EDITORIAL ALBA

La vida al borde 

María Tena 
Alba, 2023
192 páginas. 18,50 euros

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