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‘Persianas metálicas bajan de golpe’, gran lección narrativa de ética y estética

La inteligente ficción futurista y distópica de Marta Sanz recurre a la sátira corrosiva y amarga para denunciar la mentira, la explotación y la injusticia

Marta Sanz
La escritora Marta Sanz, en Berlín en octubre de 2022.María Rapela

La imaginación apocalíptica, desde las distopías clásicas de Zamiatin, Huxley y Orwell, ha tendido a urdir mundos futuros en los que las amenazas políticas del presente se han hecho opresiva realidad con el auxilio necesario de la ciencia y la tecnología. Nuestra actualidad, esclava de la virtualidad digital y de la inteligencia artificial, amoldada por la desinformación y por el descrédito del conocimiento, es pasto idóneo para las lucubraciones lúgubres de la ficción futurista, pero también para las sátiras distópicas portadoras, en el fondo, de consolación o quizá solo de justicia poética, como sucede en la última y muy recomendable novela de Marta Sanz, donde a la muchedumbre de los débiles se le ofrece su holocausto revolucionario. Frente a la toma de la pastilla, toda una toma de la Bastilla.

Marta Sanz.
Marta Sanz.SCIAMMRELLA

Land in Blue (Rapsodia) —con ­Gershwin sonando— es el futuro, una “metrópolis, país, continente, mundo” sobrecalentado, terraplanista, del que China y las bibliotecas han sido suprimidas, donde la tecnología ha reconfigurado la realidad bajo la égida de un ingeniero jefe analfabeto. El poder lo detentan siete hampones, falsos jorobados —alusión, claro, a la novela de Emilio Carrere— que viven en el Subestrato. Uno de ellos, Gatsby, enriquecido con negocios abyectos, es el padre de Selva Sebastian, quien junto a su madre, Iluminada Kinski (Mina, alias la mujer madura), y su hermana menor, Tina/Cajita, forman la tríada protagónica de la novela. Aunque sería más exacto decir que el protagonismo lo acaparan los drones que las acompañan y vigilan, convertidos en focos de conciencia narrativa mediante un sarcástico antropomorfismo: el ginedrón Flor Azul, con vocación de cineasta, al servicio de Mina; el dron golondrina Cucú, que cuida de la niña triste Cajita; y Obsolescencia, dron chucho y macho que sigue los pasos a Selva. Todo esto, y las relaciones rotas entre la madre y las hijas, entre Mina y los hermanos Pablo y Miki Romanescu, se va descubriendo a través de un texto tan inteligente como enmarañado, tupido de referencias literarias, cinematográficas y musicales, en un chisporroteo de citas tomadas de la cultura pop y de la alta cultura donde Rocío Jurado se codea con Borges o Juan Rulfo.

El humor negrísimo no estorba a la indignación ni esta se degrada por la ocurrencia grotesca o el brochazo esperpéntico

La presentación de Land in Blue (o Landinblú) está certeramente atomizada y se centra en lo que ese mundo tiene de culminación espeluznante de algunos del nuestro: la pujanza ineluctable de las duplicaciones virtuales, la acelerada polarización social entre quienes lo tienen todo y quienes casi no tienen nada de acuerdo con una ética económica basada en el relativismo y el maniqueísmo, la utilización de la tecnología por parte de los poderosos para perpetuar su control sobre los desfavorecidos e indefensos. Sin restar gravedad a ese panorama deprimente, el registro que ha escogido Marta Sanz es el de la sátira corrosiva y amarga en la que el humor negrísimo no estorba a la indignación ni esta se degrada por la ocurrencia grotesca o el brochazo esperpéntico. Y, sí, ahí está Kurt Vonnegut, pero también Ursula K. Le Guin, sin que ninguno de ellos reste originalidad y vigor a esta brillante fantasía tan incisivamente crítica como voluntariosamente optimista.

El utillaje literario de Marta Sanz aquí lleva la marca del posmodernismo (la ciencia ficción distópica, los guiños metaliterarios, la hibridación tonal y genérica, la ironía y desjerarquización culturales), pero ese instrumental se pone al servicio de un propósito a años luz del relativismo ontológico posmoderno: la realidad está ahí y es el teatro de la explotación, la injusticia y la mentira. En ella las persianas metálicas que bajan de golpe son algo más que la banda sonora de un mundo falso. Marta Sanz cada vez afina con mayor excelencia el difícil acorde entre ética y estética.

Portada de 'Persianas metálicas bajan de golpe', de Marta Sanz. EDITORIAL ANAGRAMA

Persianas metálicas bajan de golpe

Autora: Marta Sanz.


Editorial: Anagrama, 2023.


Formato: tapa blanda (272 páginas, 19,90 euros) y e-book (11,99 euros).

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