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Carme Portaceli: “Un teatro público ha de ser una puerta al mundo”

Desde 2021, la directora escénica valenciana está a cargo de la programación del Teatre Nacional de Catalunya

Teatre Nacional de Catalunya Carme Portaceli

En 2021, Carme Portaceli (Valencia, 1955) asumió la dirección artística del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), un puesto que ya había ocupado en el Teatro Español. Entre los hitos más recientes de su trayectoria destaca la adaptación de La casa de los espíritus, de Isabel Allende.

¿Qué le hizo querer dedicarse al teatro?

Me gustaba soñar creando mundos y explicando historias con la realidad. Empecé haciendo cine pero en cuanto tuve la ocasión de dirigir actores para la escena, me pareció mágico, me pareció que la transformación de la realidad, la creación de un mundo de la nada, desde la abstracción para trabajar lo más concreto… eso es brutal. Y que pase así, como la vida… Brutal.

¿Cuál es la clave para trasladar con éxito a la escena un libro universal como La casa de los espíritus?

Pues supongo que meterte dentro del mundo de Isabel Allende, navegar por aquello que la autora quiere explicar, comprender, desde ti misma —que es la única manera de hacerlo, porque no puedes dejar de ser lo que eres— qué es exactamente y filosóficamente ese mundo que ella cuenta. Cómo se unen esas dos familias tan diferentes, cómo se acoplan, quién se acopla finalmente, cuál es el hilo ideológico que hay guiando todos los hechos, eso es muy importante porque todo es ideología, es una forma de ver la vida u otra.

Creo que Anna María Ricart Codina y yo hemos comprendido algo esencial de esta fabulosa novela y eso nos ha permitido llegar al corazón de los y las espectadoras de todos los teatros que hemos visitado que se levantaban gritando bravo y llorando cada función. El canto a la vida y, por tanto, a la reconciliación es una cosa que ya guía la historia desde el principio. Las mujeres de la familia Del Valle impone, sin imponer, su forma de ver la vida porque nos hace más felices a todas y todos.

¿Qué ha aportado como directora del Teatro Español y qué aportará a las riendas del TNC?

Allá adonde he ido he promovido la paridad y la diversidad, y eso siempre es apertura de mente. Para mí un teatro público ha de ser una puerta al mundo.

¿Qué le ha enseñado la vida que no haya podido aprender del teatro?

Creo que van muy juntos en mi caso, y supongo que en todas las personas que ejercemos esta profesión: siendo mujer, abrirse camino en una profesión, la dirección, que prácticamente era solo masculina cuando yo empecé, no resultaba nada fácil. Ya podréis imaginar que un solo error era suficiente para invalidar cualquier logro; eso en el caso de que alguno hubiera desviado la mirada hacia ti para ver qué habías hecho.

He trabajado a fondo en lo que creía y la lucha en soledad por labrar mi camino ha resultado un valor positivo en el que la renuncia no existe.

Yo soy una tozuda flexible (mi equipo se ríe cuando se lo digo); no me preocupa en absoluto rectificar, pero si tengo una visión clara, sé que ha de ser así.

¿Hay alguna obra que aún tenga pendiente de dirigir?

Ya sabéis que no podemos decir nada del futuro hasta que no se presenta en los papeles u online… Pero claro que sí, tengo varias cosas que me hacen una gran ilusión dirigir. Hay una en especial que, hoy más que nunca, se ha convertido en un reto y hay que hacerla mejor que nunca. Pero no os doy títulos, no puedo darlos. Ya lo sabréis.

¿Qué director/a de teatro poco conocido en nuestro país recomendaría?

Hay gente muy buena hoy en día por ahí fuera y que no son conocidas porque aún no pertenecen al limbo de los divos (y lo digo en masculino). Séverine Chavrier es una directora francesa de la que yo haré un estreno mundial en el TNC y que me parece una directora con un mundo muy interesante. Sharon Eyal, israelí, que también viene al TNC, puede que sea una de las coreógrafas más potentes e interesantes de hoy en día. Manuela Infante, que también me he traído al TNC y que traje en su día al Español, una joven dramaturga y directora chilena extraordinaria… la coreógrafa marroquí Bouchra Ouizguen… Hay hombres también, pero de ellos ya se ocupa el resto del mundo.

¿Cuál ha sido el último libro que le ha gustado?

Gala-Dalí, de Carmen Domingo. La vida mentirosa de los adultos, de Elena Ferrante.

¿Y uno que no pudo terminar?

¡¡¡No lo voy a decir, que me matan!!!

¿Cuál es la película que más veces ha visto?

Antonia, de Marleen Gorris, una impresionante película de 1995.

Si tuviese que usar una canción como autorretrato, ¿cuál sería?

¡¡¡Uffffff!!! Stars, de Nina Simone.

¿Qué suceso histórico admira más?

Hay algunos que me emocionan pero quizás el que más me ha afectado por su impacto social es el Me Too. El hecho de que mujeres tan conocidas en todo el mundo apoyaran las denuncias de agresiones y acosos sexuales, una práctica que se consideraba normal en nuestra sociedad y contra la que no podíamos hacer prácticamente nada (y aún es muy complicado, como lo vemos constantemente en las sentencias judiciales en las que la víctima sigue siendo la culpable), ha hecho avanzar mucho la lucha por los derechos de las mujeres (aún no conseguidos ni de lejos) y ha hecho que nos pongan muchas dificultades en el avance hacia la igualdad. La única revolución del siglo XX, la revolución de las mujeres, ya sabemos que no va a ser fácil, que no nos lo iban a hacer nada fácil.

De no ser directora de teatro le habría gustado ser…

Directora de orquesta o médica.

¿A quien daría el próximo Premio Nacional de Teatro?

No puedo contestar porque hay tantas personas que lo merecen, con trayectorias tan importantes, que me parecería injusto decir una y no otra.

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