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Duque llama a Petro “emperador” y el presidente le echa en cara la represión de las protestas

“Yo no le destruyo los ojos a los jóvenes con granadas lacrimógenas”, responde el mandatario

Santiago Torrado
Gustavo Petro e Iván Duque en Bogotá
Gustavo Petro e Iván Duque en Bogotá, el 5 de agosto de 2022.Presidencia de Colombia (Presidencia de Colombia/EFE)

En horas bajas de su popularidad, con una coalición de Gobierno en suspenso y las grandes reformas sociales atascadas en el Congreso, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha decidido salir este lunes a defender sus credenciales democráticas ante las ácidas críticas de su antecesor, Iván Duque, quien lo asemejó a un “emperador”. La respuesta ha sido vehemente. “Soy un demócrata y no un tirano”, ha escrito el mandatario en sus redes sociales. “Yo no le destruyo los ojos a los jóvenes con granadas lacrimógenas”, le ha espetado Petro en alusión a la represión de las protestas durante el mandato de Duque, un malestar social que favoreció su llegada a la Casa de Nariño.

Duque, que superó a Petro en la segunda vuelta presidencial del 2018 y tuvo que entregarle la banda presidencial cuatro años después, ventiló sus críticas en una entrevista con la revista Bocas. “Me tocó enfrenar una oposición radical, violenta, hirsuta, cerrera, cero constructiva, y que invitaba a la destrucción del país. Hoy pienso que de pronto pude haber agotado más canales de diálogo en ciertas decisiones. Tal vez eso lo hubiera hecho distinto”, le dice al periodista Ricardo Ávila en esa extensa charla. “También creo que hubiéramos podido tener de pronto más diálogo con otros sectores con respecto a la implementación de los acuerdos de paz”, concede. El exmandatario del uribista Centro Democrático, un crítico férreo de los diálogos de La Habana, se ausentó de las grandes citas relacionadas con el histórico acuerdo que firmó su antecesor, Juan Manuel Santos, con la extinta guerrilla de las FARC.

Instalados en las antípodas ideológicas, la enésima fricción entre los dos políticos la provocó el diagnóstico que hace el conservador Duque de su sucesor, el primer presidente de izquierdas en la historia reciente de Colombia. “Este es un Gobierno profundamente ideologizado. Me parece lleno de prejuicios, prejuicios antiempresariales, prejuicios antimercado. Y no hay forma de que ningún país prospere si no tiene un sector privado con certidumbre, con inversión, con claridad sobre las reglas de juego y con claridad sobre el futuro”, sostiene en la entrevista. “Nosotros no elegimos un emperador, sino un presidente, y eso implica respetar las discusiones en el ámbito institucional”, señala en otro pasaje.

Esas frases provocaron la reacción del presidente en su muy activa cuenta de Twitter, en la que se reivindicó como un demócrata. Al trino original le sumó otro en el que, por contraste, calificó como “golpe blando” la suspensión de congresistas del oficialista Pacto Histórico que, a su juicio, cambia “de facto la representación política en el Congreso que el pueblo eligió”. Se refiere, por ejemplo, a la anulación de la elección de su aliado Roy Barreras, que se venía desempeñando como presidente del Congreso y ahora será embajador en Londres.

Los desencuentros son frecuentes entre Duque y Petro. Ya este mes se habían cruzado mensajes después de que el ahijado político del expresidente Álvaro Uribe criticó los acercamientos del Gobierno para desmantelar bandas criminales, ante lo cual el mandatario publicó una foto en la que Duque aparece sonriente junto a José Ñeñe Hernández, un ganadero acusado de vínculos con el narcotráfico y asesinado hace cuatro años en Brasil. Los encontronazos se acumulan, pues han intercambiado otros dardos en los que Petro ha acusado a Duque, entre otras, de ser el responsable de que existan las disidencias de las FARC. Las protestas, sin embargo, son un punto de disputa particularmente sensible entre ambos.

En el momento más álgido, a mediados de 2021, un presidente Duque cercado por las manifestaciones que se habían apoderado de las calles y la condena internacional a la represión de las fuerzas de seguridad, culpó del malestar a Petro, sin pruebas y sin mencionarlo por su nombre. Para entonces, el líder de izquierdas ya encabezaba las encuestas. “Su propósito era no dejarme gobernar el país”, aseguró en su momento Duque en una particular autoentrevista realizada por el equipo de comunicaciones de la Presidencia de la República con tono de comercial de campaña. “Estallido social es un término que se acuñó con fines electoreros y electorales y así se vio en Chile y se vio en Ecuador, en Perú y después en Colombia”, se lamenta Duque en la charla con Bocas, quien atravesó una profunda crisis de popularidad a lo largo de casi todo su cuatrienio.

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Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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