_
_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El regreso de Isabel Mateos

El inesperado retorno mediático de un personaje efímero gracias a la reyerta de Froilán en la discoteca Vandido

Isabel Mateos, en un vídeo publicitario de YouTube.
Isabel Mateos, en un vídeo publicitario de YouTube.
Jimina Sabadú

Hubo una cantante llamada La Fornarina que conquistó los corazones de los españoles a principios del siglo XX (de los españoles varones, claro). En Águilas (en Murcia) llegó en volandas al tren tras actuar en el Casino, tal era el fervor que causaba. En las fotos de la artista (nacida Consuelo Vello), llama la atención su pequeña dentadura, hoy día impensable en un personaje mediático.

Habíamos olvidado ya que en 2014 hubo otra mujer con dentadura rasa y apodo. Hoy vuelve a estar en prensa a raíz de una reyerta protagonizada por Froilán y “Vic” [su hermana, Victoria Federica] en la que nos es imposible saber su papel, porque no viene en ningún medio. Ella es sólo un mote que, por lo visto, nunca tuvo en la vida real. Ella se junta de siempre con la selecta purrela de la noche pijales; no en vano la conocimos como amiga íntima (la prensa decía “amiga especial”) de nuestro Cagliostro pepero, Francisco Nicolás Gómez (alias El Pequeño Nicolás). Hasta que no se aclare qué pintaba ella (Isabel Mateos) en la reyerta del Vandido sólo podemos especular.

Isabel fue un personaje criticado, comentado, por los mismos presentadores que hoy, día tras día, nos machacan con su corrección política. Ellos, antes de deconstruirse, adolecían de la más mínima consideración al referirse a este personaje como La Pechotes, haciéndole preguntas que, al ser burlas, no daban opción a respuesta. Pueden comprobarlo en YouTube.

Isabel Mateos colaboró en el efímero espacio de Cuatro Todo va bien. Se comentaba que su belleza no funcionaba porque “¡los dientes!”. Ay, los mismos dientes que La Fornarina. Falta imperdonable en un mundo de sonrisas perfectas y blancas. Me encantan los pequeños personajes televisivos porque son el espejo de nuestra miseria moral. Salir en la tele, si no hay dinero, es un auto de fe.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Jimina Sabadú
Columnista en la sección de Televisión. Ha colaborado en 'El Mundo', 'Letras Libres', 'El Confidencial', en programas radiofónicos y ha sido guionista de ficción y entretenimiento. Licenciada en Comunicación Audiovisual, ha ganado los premios Lengua de Trapo y Ateneo de Novela Joven de Sevilla. Su último libro es 'La conquista de Tinder'.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_