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La telenovela árabe sobre la conquista de Al Andalus que enciende el debate en Marruecos

La serie ‘Fath Al Andalous’ ha sido acusada de poner en duda “el origen marroquí” de Ceuta y de ocultar la participación de los bereberes en la toma de la región vecina. Reacciones a favor y en contra se suceden

Fath Al Andalous
Cartel de la serie 'Fath Al Andalous'.
Francisco Peregil

La serie de producción kuwatí Fath al Andalous (La conquista de Al Andalus), despertó esta primavera en Marruecos debates candentes en la sociedad magrebí durante el mes sagrado de Ramadán. La serie ha sido escrita por seis guionistas árabes, participan en ella 250 actores árabes, consta de 30 capítulos y se le reservó el horario estelar de las seis de la tarde, una hora antes de la ruptura del ayuno. Había gran expectación porque versaba sobre el gran héroe nacional —sobre todo entre la población beréber— Tariq ibn Ziyad, el hombre que conquistó Al Andalus a partir del año 711, y sobre Musa ibn Nusayr, gobernador del Califato Omeya y primer emir musulmán de Al Andalus.

Pero la polémica tardó poco en llegar. El activista bereber Rachid Bouhaddouz presentó una denuncia contra la primera cadena pública, Al Oula, de la Sociedad Nacional de Radio Televisión (SNRT). Reclamó la suspensión inmediata de la serie porque interpretó que muchos marroquíes podrían tomarla como una referencia histórica. El activista declaró en abril a la agencia Efe que la serie negaba “el origen marroquí de Ceuta”, al mostrar al entonces gobernador de la ciudad como un godo español. “Yulyan Ghomari fue un mauro (bereber) marroquí de religión cristiana que gobernaba entonces Ceuta, y no un godo español, tal y como aparece en la serie”.

El tribunal de primera instancia de Rabat desestimó la denuncia el pasado 22 de abril por entender que no era competente en la materia. Lo cual fue saludado por algunos medios oficialistas marroquíes como una victoria de la “libertad de expresión”. Pero el activista, contactado por este diario, sigue pensando que la serie es producto de un “trabajo ideológico del nacionalismo árabe del Oriente Próximo”. “El pueblo amazig mauro (bereber) y el pueblo ibérico godo han sido subestimados en esta serie. Y se les ha presentado como bárbaros, mientras los Mashariqa —la gente de Oriente— son tratados como gentiles. Hay documentos godos españoles que describen a Tariq ibn Ziyad como el rey de los mauros, mientras que la serie lo presenta como un simple servidor de Musa ibn Nusayr”.

Suhal Habaei como Tariq ibn Ziyad en la serie.
Suhal Habaei como Tariq ibn Ziyad en la serie.

El otro gran asunto polémico se refiere a la historia de Ceuta. O más bien a los orígenes de su caudillo Julián, quien en el año 707 ―incluso la fecha está sujeta a discusión y hay quien la retrasa un par de años― rindió la ciudad a las tropas de Tariq. Bouhaddouz asegura que Julián era un marroquí cristiano y los habitantes de Ceuta en aquella época también eran marroquíes, de la tribu de Ghumara, del norte de Marruecos. “La serie lo ha presentado como un caudillo godo solo porque su religión era la cristiana. Pero eso solo refleja el odio del nacionalismo árabe hacia la historia amazigh marroquí”.

El historiador Eduardo Manzano, profesor del CSIC y autor de Conquistadores, emires y califas. Los omeyas y la formación de al-Andalus (Crítica), explica por teléfono desde España que en realidad se sabe muy poco sobre Julián. “Se sabe que dominaba en Ceuta: que podía ser bereber, o bizantino… Lo que está claro es que en los relatos de la conquista aparece como aliado del rey visigodo Rodrigo. Y controlaba el paso del estrecho para los visigodos”.

La polémica llegó también al Parlamento. Moulay Mehdi Al Fatmi, un diputado del partido socialista USFP, se dirigió al ministro de la comunicación, Mohamed Mehdi Bensaid, y lamentó que una serie comprada “con dinero público” no conceda importancia “al patrimonio marroquí”; se quejó también de que solo hubiese un actor marroquí en la serie. Para más agravio hacia los ofendidos, el papel de Tariq ibn Ziyad lo interpreta un actor sirio, Suhail Jebai, mientras que el actor marroquí Hisham Bahloul debió conformarse con hacer de Shaddad, el jefe del Ejército de Tariq.

Tariq: ¿beréber argelino o beréber marroquí?

Y para completar el folletín, el debate se abrió paso también en Argelia, donde muchos internautas argumentaron que en realidad Tariq ibn Ziyad nació en suelo argelino y no marroquí. Mientras muchos argelinos están convencidos de que el personaje perteneció a la tribu bereber de Zenata, otros tantos marroquíes creen que en realidad formaba parte de los Nefzawa, en el Rif. El periodista argelino Nabil Hammaz llegó a reclamar en el canal Ennahar TV que las autoridades intervinieran para aclarar que el origen de esta figura de la historia es argelino y no marroquí.

Los gobiernos de Marruecos y Argelia, enfrentados desde hace años por la cuestión del Sáhara Occidental, no se pronunciaron sobre Fath Al Andalous. Dejaron la polémica en el terreno de las redes sociales y los medios de comunicación.

Eduardo Manzano señala que en realidad se conoce muy poco sobre Tariq ibn Ziyad. “Se especula con su origen persa o árabe. Pero lo más probable es que fuera bereber”. Lo que sí está certificado, según Manzano, es que Tariq era un mawla, es decir, un cliente de Musa ibn Nusayr, gobernador del Califato Omeya. “Los árabes utilizan esta relación clientelar para integrar a la población indígena”.

El historiador Eduardo Manzano Moreno.
El historiador Eduardo Manzano Moreno.SANTI BURGOS

Por su parte, el director kuwaití de la serie, Mohamed Al Anzi, declaró que hay muchas versiones sobre los orígenes del conquistador de Al Andalus. “Por eso decidimos no abordarlo, porque lo que nos importa es retratar la coexistencia del ejército islámico con la gente de la región”. Y dijo que era imposible circunscribir a líderes musulmanes de la talla de Tariq ibn Ziyad a los territorios que trazaron Francia y Reino Unido en 1916 tras los acuerdos de Sykes-Picot. “Tariq y los demás de nuestros dirigentes son una herencia de la nación de los 1.500 millones de musulmanes y no de un Estado o de un territorio”, subrayó.

Mientras tanto, el activista Rachid Bouhaddouz aseguró a este diario que está creando, junto a varios periodistas y “defensores de derechos humanos”, una asociación llamada INCPAA: Instancia Nacional de Control de la Producción Nacional y Artística. “Para que el error no vuelva a producirse”, argumenta.

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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