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¿Era Frida Kahlo ante todo “la mujer de Rivera”? Un grupo de editoras busca hacer más justa la Wikipedia

La web abierta y colaborativa por excelencia no escapa de los sesgos machistas: ocho de cada diez articulistas de su versión española son hombres

Página de Frida Kahlo en la Wikipedia en español.
Página de Frida Kahlo en la Wikipedia en español.
Enrique Alpañés

Wikipedia es el gran proyecto que mejor que conserva el espíritu original de Internet: libre, abierto, sin ánimo de lucro. Pero hay muros de prejuicios que no se pueden tumbar con datos y banda ancha. Y esto hace que, a pesar de los esfuerzos, la enciclopedia colaborativa mantenga un sesgo machista y occidental. Ocho de cada 10 editores español son hombres, y esa infrarrepresentación de mujeres a un lado de la pantalla se traslada, de forma idéntica, al otro: el 80% de los perfiles personales de esta web son masculinos. El problema es estructural y parece perpetuarse en el tiempo. La web refleja siglos de machismo, épocas en las que el papel de la mujer era anecdótico, pero el problema es que sigue haciéndolo desde una óptica eminentemente masculina, lo que distorsiona aún más un pasado (y presente) en el que las mujeres son invisibilizadas. Esta es la realidad que quieren cambiar las wikipedistas.

Montserrat Boix acude a la biblioteca Ca la dona todos los meses. Lo hace con un grupo variable de amigas, “entre seis y 10”, para rescatar la biografía de mujeres sepultadas bajo el peso de la historia. “Cogemos libros, señalamos acontecimientos y luego los volcamos a la Red”, explica esta wikipedista veterana, con más de una década (y 26.000 ediciones) en la plataforma. “Ahora estamos con las mujeres de la Transición”, apunta. Wikipedia es una fuente terciaria, lo que significa que cada hecho que en ella se destaca tiene que redirigir a una bibliografía previa: un artículo, un libro o un trabajo científico. Por eso, antes de reivindicar el legado de mujeres en formato digital, hay que rescatarlo del analógico. El trabajo de las wikipedistas acaba en la Red, pero empieza rebuscando en viejos libros de historia.

Boix es la cofundadora de Wikimujeres, un grupo que se dedica a reducir la brecha de género en la Wikipedia en español. “Hemos mejorado bastante el panorama”, reconoce con orgullo, “ahora estamos en torno al 20% de perfiles femeninos. Vale, no es mucho, pero es que cuando empezamos apenas superábamos el 15%”. Boix resalta que la discriminación no es solo numérica, sino mental: no se trata de crear perfiles de mujeres, sino de dotarlos de una perspectiva de género. Y no es fácil. Frida Kahlo estaba definida hasta 2005 como hija de Guillermo Kahlo y esposa de Diego Rivera antes que por sus méritos propios como artista. Eleanor Roosevelt era la mujer de un presidente estadounidense antes que escritora, activista y defensora de los derechos humanos.

Para corregir estas distorsiones se han creado en todo el mundo las editatonas, eventos de mujeres wikipedistas que se organizan para editar, de forma coordinada, sobre un periodo histórico o cultural concreto desde una perspectiva de género. “Gracias a las editatonas la Wikipedia en español es una de las más plurales del mundo”, señala Anna Torres, directora ejecutiva de Wikimedia Argentina, y muy activa en estas lides. “Y eso que queda mucho por hacer”. Torres señala la importancia de incorporar a wikipedistas a esta labor, “cada uno escribe de lo que más le interesa y si apenas hay mujeres en Wikipedia se va a escribir muy poco sobre sus logros”.

Montserrat Boix da instrucciones para editar la Wikipedia durante la 'editatona' por el Día de las Escritoras, en Oviedo en 2016.
Montserrat Boix da instrucciones para editar la Wikipedia durante la 'editatona' por el Día de las Escritoras, en Oviedo en 2016.Raystorm

Wikipedia es grande, pero eso no significa que sea diversa. En su última edición, la Enciclopedia Británica tenía 32 tomos. Solo el texto de la Wikipedia actual equivaldría a 2.700, ocupando el espacio de 14 estanterías Billy. 50 millones de entradas escritas en 300 idiomas diferentes. Es un océano de conocimiento y, sin embargo, tiene enormes lagunas. El perfil del wikipedista medio es el de un hombre blanco, joven y heterosexual. Esto crea un reflejo distorsionado de la realidad, en el que ciertos sectores del conocimiento están sobredimensionados mientras que otros tienen una famélica representación. “Es un espejo social”, coincide Torres. “Los roles de género, los estereotipos, incluso la importancia de ciertos temas frente a otros se reproducen casi como un calco”. Un ejemplo práctico: si buscas “Pokemon” en Wikipedia surgen miles de artículos que desgranan los detalles más ínfimos de esta serie de juegos y dibujos. Si buscas “científicos españoles del siglo XX” aparecen 2.590 resultados, divididos en 21 subcategorías. Si pruebas con “científicas españolas” del mismo periodo, se ofrecen 72 resultados.

La verdad relativa y otros sesgos

Parece una aséptica web académica, pero las bambalinas de Wikipedia revelan una realidad llena de vida. Es fácil adentrarse en ellas, se puede descorrer la cortina con solo pulsar un click. La pestaña discusión, situada en el margen superior izquierdo de la pantalla, deja al descubierto las tripas de la mayor red de conocimiento contemporáneo. Tras ella, 250.000 personas editan mensualmente en Wikipedia. Es la cara humana (y humanista) de la enciclopedia online, y como tal supone un reflejo de la sociedad mundial. Un reflejo deformado.

Solo hay 52.000 artículos en la Wikipedia bengalí (un idioma hablado por 237 millones de personas), mientras que la versión sueca tiene cerca de cuatro millones de entradas que apenas pueden leer 10 millones de personas. No se trata de una cuestión meramente idiomática, muchos hechos históricos están contados desde una perspectiva anglosajona o eurocentrista.

Podría pensarse que los hechos son tales independientemente de la nacionalidad de quien los narre, pero no es así. ¿Qué pensaría un europeo si le dijeran que el embarazo humano dura diez meses? Lo mismo que un japonés al que le aseguraran que dura nueve. Las verdades cambian según donde se cuenten: el crepúsculo dura 20 minutos en el ecuador y casi una hora en los círculos polares, los continentes son cinco si se cuentan desde Europa y siete si los enumera un americano. Las certezas absolutas no existen ni siquiera en la ciencia, mucho menos en la historia. La entrada en Wikipedia del descubrimiento de América está en entredicho desde su propio nombre, que muchos rechazan de plano al entender que es más realista hablar de invasión.

Torres considera que la Wikipedia en español, al ser editada entre un grupo de países bastante activos, ofrece una visión más equilibrada de la historia, pero el sesgo sigue presente, pues “hay una visión occidental en todas las Wikipedias”. Boix se muestra de acuerdo, y busca la explicación en la traducción automática de entradas. “Está bien, pero claro, si después no se edita, todos los temas tienen una perspectiva anglosajona”, considera. Un reciente estudio señalado por The Guardian denuncia como la mayoría de contenidos sobre África han sido escritos por hombres de Europa y Norteamérica. “Si una mujer nigeriana va a hacer una consulta online, apenas encontrará biografías sobre las personas que ve diariamente en los periódicos”, lamentaba el texto.

Cabría preguntarse por qué esa hipotética mujer africana no enciende su ordenador y escribe ella misma las biografías. La posibilidad está ahí. “Pero el ambiente no”, rebate María Sefidari, presidenta de la Fundación Wikimedia. “Es cierto que en teoría, cualquiera con un ordenador y conexión (lo cual es en sí mismo limitante) puede editar en Wikipedia”, reflexiona. Pero los roles no se cambian en unos pocos años.

La Wikipedia, en 2001
La Wikipedia, en 2001

Sefidari está ayudando a forzar ese cambio. Esta psicóloga y profesora universitaria lleva vinculada a Wikipedia desde hace casi tres lustros. Entiende la labor de las wikipedistas casi como una forma de activismo. En primer lugar para facilitar una información gratuita, libre e independiente. Pero también, añade, para verter luz sobre temas que han sido oscurecidos o difuminados por la historia. En su caso, ella empezó añadiendo información sobre el colectivo LGTB, y se interesó después por destacar a personajes femeninos de la historia. El suyo fue un proceso natural y agradable, empezó a editar y simplemente le gustó. Pero sabe que no a todas les sucede lo mismo. Muchas mujeres no se atreven a editar en Wikipedia por una simple razón: creen que no tienen derecho.

“Llevamos siglos acostumbradas a estar en segundo plano, algo tan serio como una enciclopedia estaba reservado a los hombres. Cuesta mucho cambiar esa mentalidad”, reflexiona. La historia parece darle la razón. La prestigiosa Enciclopedia Británica, el gran referente del enciclopedismo moderno, contaba con más de 100 editores y unos 4.000 contribuyentes, entre los que se encontraban expresidentes y premios Nobel. El masculino de la anterior frase no es meramente genérico. Incluso Diderot, con sus ideas revolucionarias e ilustradas quiso abrir la enciclopedia “a hombres de un valor inestimable para quienes los portales de las academias han estado cerrados debido a su condición social". No, sigue sin ser genérico.

Históricamente las mujeres no salían en las enciclopedias, mucho menos las escribían. Los hombres blancos y occidentales imponían su visión del mundo. Sostiene Sefidari que algo de eso ha llegado hasta nuestros días. Hay muchas mujeres que tienen inseguridades y miedos. Y si no, siempre hay alguien dispuesto a infundírselos. El acoso en Wikipedia es menor que en otras redes, al tener una función social muy limitada. Pero existe y se intensifica en determinados perfiles. “No ven quién eres, pues no tienes que especificar tu nombre real o tu sexo en el perfil, pero sí ven qué editas”, explica. “Ves voces que se apagan, gente que editaba y de repente deja de hacerlo y entiendes, intuyes, qué ha podido pasar”. La idea que persiguen mujeres como Boix, Sefidari y Torres es que por cada voz que se apague, surjan muchas más. Hombres y mujeres, caucásicos y racializados, componiendo juntos un relato equilibrado e inclusivo de la realidad. Somos las historias que nos contamos. Por eso consideran que es importante que en la narración de esas historias participe toda la sociedad.


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Sobre la firma

Enrique Alpañés
Licenciado en Derecho, máster en Periodismo. Ha pasado por las redacciones de la Cadena SER, Onda Cero, Vanity Fair y Yorokobu. En EL PAÍS escribe en la sección de Salud y Bienestar

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