_
_
_
_
_

La tecnofobia será el detonante de la quinta oleada de terrorismo

Un estudio alerta de las consecuencias de no prevenir los efectos adversos de las tecnologías

Raúl Limón
Manuel R. Torres-Soriano, del Consejo Asesor sobre Terrorismo y Propaganda del ECTC (Centro Europeo de Lucha contra el Terrorismo) y profesor de la Universidad Pablo de Olavide.
Manuel R. Torres-Soriano, del Consejo Asesor sobre Terrorismo y Propaganda del ECTC (Centro Europeo de Lucha contra el Terrorismo) y profesor de la Universidad Pablo de Olavide.Paco Puentes

El surgimiento de nuevas tecnologías sin la previsión de sus efectos en el trabajo, la privacidad o las relaciones políticas y sociales genera tecnofobia, un miedo a las tecnologías que será el detonante de una nueva oleada de terrorismo en las próximas dos décadas. Lo advierten Mario Toboso-Buezoc, del Departamento de Ciencias Políticas de Universidad de Barcelona, y Manuel R. Torres-Soriano, uno de los 15 integrantes del Consejo Asesor sobre Terrorismo y Propaganda del ECTC (Centro Europeo de Lucha contra el Terrorismo), perteneciente a Europol, y profesor del área de Ciencia Política de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla .

“El terrorismo estará principalmente motivado por la tecnofobia”, concluyen los dos expertos en un artículo publicado en la revista científica The International Journal of Intelligence, Security and Public Affairs. “Cada oleada de terrorismo tiene un desencadenante central y el rechazo a la tecnología por sus efectos no deseados será el precipitador de la nueva a partir de 2040”, explica Torres-Soriano.

La fecha no es arbitraria. Toman como base la propuesta de análisis cíclico de la violencia terrorista por oleadas de David Rapoport, profesor emérito de Ciencias Políticas en la Universidad de California (EEUU) y fundador de la revista académica Terrorism and Political Violence. A la primera oleada de terrorismo vinculado al anarquismo le sucedieron la anticolonialista, la de extrema izquierda y la yihadista. La próxima, según los autores del estudio, es la tecnófoba y se generará en dos décadas.

Cómo será

Theodore John Kaczynski, 'Unabomber'
Theodore John Kaczynski, 'Unabomber'

“Será trasversal porque incluirá a seguidores de extrema derecha o izquierda a ateos y creyentes. A medida que los cambios avancen, crecerán los sentimientos nostálgicos por un pasado idealizado”, explica Torres-Soriano, quien rememora que ya en el siglo XIX surgió el Ludismo, un movimiento de artesanos ingleses contra las nuevas máquinas que destruían el empleo.

Torres-Soriano recuerda el antecedente más reciente de Theodore John Kaczynski, el matemático estadounidense graduado en Harvard y doctorado en Michigan conocido Unabomber, quien enviaba en los noventa cartas bomba como protesta por las consecuencias del desarrollo tecnológico. Su ideología neoludita fue reflejada en el manifiesto La sociedad industrial y su futuro.

Objetivos

Más información
“La amenaza ciberterrorista es evidente y va a estar viva durante bastante tiempo”
Anticiparse a Terminator
Mi puesto ahora lo ocupa una máquina

Los objetivos, según este experto en terrorismo, serán tanto los generadores de nuevas tecnologías como sus usuarios y repetirá una pauta actual: las armas que usarán serán las mismas contra las que luchan, como sucede con el yihadismo y el uso de Internet como herramienta. De esta forma, se sucederán nuevas generaciones de ataques informáticos y actuaciones contra los Gobiernos y las grandes compañías directamente o a través de sus usuarios. La carrera tecnológica también creará un grupo de “descolgados” que será el campo de crecimiento del nuevo terrorismo, añade el profesor.

“Se producirán sinergias entre grupos cuyas ideologías parecen en principio incompatibles pero que creerán que la vía de la concienciación no es eficaz y recurrirán a otros métodos”, augura el experto, quien cree que es posible aún establecer medidas preventivas.

Prevención

En este sentido, este asesor sobre el terrorismo reclama una reflexión previa sobre las consecuencias de los avances tecnológicos para paliar efectos adversos. Recuerda cómo Internet surgió sin que se concibiera la posibilidad de un “uso perverso” o las redes sociales nacidas para poner en contacto grupos y que se han visto salpicadas por el abuso de los datos privados o por ser usadas como herramientas de interferencias en campañas políticas. “En la actualidad, la preocupación por los efectos no deseados se produce tarde y debería estar en el centro del progreso tecnológico”, advierte.

Esteban Chamorro, secretario de CC OO en la planta de Renault en Sevilla desde hace más de 20 años, ha visto la transformación radical de su puesto de trabajo por la incorporación de la industria 4.0 (la fabricación altamente automatizada). “Destruye muchos puestos de trabajo, pero también los crea. El caballo de batalla es la formación y el reciclaje de los trabajadores, pero a muchas empresas, a partir de determinada edad de los empleados, no les interesa”, reconocía en una entrevista. “La mecanización va a dejar en la cuneta a mucha gente. O hay voluntad para encontrarles una salida o la sociedad tendrá que cargar con ellos. Es un error la mecanización que no lo tenga en cuenta. Hay que plantear ya que las máquinas coticen”, advertía.

YouTube se ha sumado recientemente a otras plataformas sociales para eliminar canales supremacistas, discriminatorios, negacionistas del Holocausto o masacres así como la limitación de recomendaciones hacia "desinformación perjudicial", como, por ejemplo, los que promueven "absurdas curas milagrosas" para enfermedades graves o que explican que la Tierra es plana. Son medidas que, como advierte Torres-Soriano, se podrían haber implantado desde el inicio y no después de detectar el problema.

Conclusiones del estudio

El estudio publicado en la revista científica The International Journal of Intelligence, Security and Public Affairs se titula Five terrorist dystopias e intenta señalar cuál será la causa predominante que motivará la conflictividad terrorista en el año 2040. Este es un resumen de sus conclusiones.

La teoría de la acción colectiva aplicada a la emergencia de grupos terroristas enfatiza cuatro elementos claves propiciatorios:

Insatisfacción y descontento social. Cuanto más crezca, ciertos segmentos simpatizarán con grupos terroristas.

Ideologías que justifican el uso de la violencia y articulan el descontento social al proveer de explicaciones de sus causas, identificando enemigos y proponiendo líneas de acción.

Capacidad de organizar y mantener una estructura terrorista viable capaz de operar en entornos hostiles.

Oportunidad política que se nutre de alianzas, un clima social favorable y detonantes que aceleran la radicalización violenta de ciertos sectores de la sociedad.

En los escenarios analizados en la investigación (cinco), se puede claramente discernir la posible emergencia de nuevas causas de descontento, viejas y nuevas ideologías que tratan de legitimar el terrorismo, nuevos instrumentos para facilitar la acción de organizaciones clandestinas y oportunidades políticas que aumentan el recurso a tácticas radicales.

“La desigualdad, el desempleo estructural, el cambio climático, el surgimiento de ciudades estados y las nuevas tecnologías se combinarán para incrementar la inestabilidad política y será el medio perfecto para el crecimiento y la expansión de los radicalismos”, afirman los autores del estudio.

“Armonizar el futuro de la humanidad con la defensa de valores universales es el reto que hay que afrontar en las próximas década, quizás, reduciendo el foco en la tecnología y aumentándola en cómo afecta a la gente”, concluyen.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_