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Del VIH al recuento de esperma: así crece la variedad de autotest en las farmacias

Se venden más de 20 tipos distintos de pruebas en las boticas, muchas de ellas con receta, pero ya hay redactado un Real Decreto para que cualquiera pueda comprarlas en los próximos meses

Varios autotest que se venden sin receta en una farmacia sevillana.
Varios autotest que se venden sin receta en una farmacia sevillana.PACO PUENTES
Pablo Linde

Fertilidad femenina, recuento de esperma, celiaquía, ferritina, vitamina D, infección por estreptococo, proteína en la orina, VIH, sangre oculta en heces… la lista de test autodiagnósticos que se pueden comprar en las farmacias está en expansión: son más de una veintena, y creciendo, según el Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF). Aunque muchos de ellos requieren todavía de receta médica, el Ministerio de Sanidad tiene redactado un Real Decreto para que cualquiera que quiera pueda acceder a ellos. El uso habitual de este tipo de pruebas para la covid (y luego para la gripe) ha dado un impulso a los autodiagnósticos, que pueden servir para empoderar a los pacientes, pero también generar un mal uso por una interpretación inadecuada.

Como dice Gisela Galindo, de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), “no hay prueba buena ni mala”. “Se trata de saber lo que mide cada una y lo que puedes esperar de ella, pero el paciente debe estar bien informado y los farmacéuticos tienen un importante papel para aconsejarle”, resume. Un ejemplo clásico de este tipo de test, y uno de los más veteranos y conocidos, es el de embarazo. De alguna forma, sirve como modelo para los demás: no aporta una información definitiva ni final, sino que es un primer escalón cuando una mujer sospecha que está encinta. Pero el siguiente paso, en caso de positivo, siempre debería ser acudir al médico.

Con la mayoría de autotest de las farmacias sucede algo parecido. Pueden descartar o confirmar parcialmente sospechas, pero no ofrecen respuestas contundentes. “Son muy útiles para hacer un filtro”, asegura Daniel Fernández Font, del CGCOF, “pero de dar positivo, en determinados casos, se tiene que confirmar en el especialista y con una analítica por los cauces habituales”. Antes de llegar ahí, subraya, “el farmacéutico será una pieza importante a la hora de interpretar la prueba”.

Habla en futuro porque la mayoría de autotest que se pueden comprar en farmacias “no tienen mucha salida”, debido a la necesidad de receta médica. Esto cambiará en unos meses, cuando el Real Decreto que tiene Sanidad preparado hace un año pase por la Comisión Europea (para confirmar que está en sintonía con las directivas comunitarias) y por el Consejo de Estado español. “Esto abrirá un potencial muy grande, tanto para pacientes como para farmacias”, razona Fernández Font.

Sucederá algo parecido con lo que ha ocurrido con la covid, la gripe y, más recientemente, el virus respiratorio sincitial, cuyos test puede ser adquiridos en farmacias. En opinión de Isabel Jimeno, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), son novedades “muy buenas” porque la población “se empieza a hacer responsable de su salud”. “No hace falta ir al médico para que lo resuelva todo. Si soy una persona joven y me da positivo de gripe, me quedo en casa unos días y solo voy al centro de salud si empeoro”, ejemplifica.

Otros test que ya se pueden adquirir sin receta son de drogas, que según un farmacéutico de Madrid suelen ser adquiridos por padres que quieren saber si sus hijos han hecho uso de determinadas sustancias; de fertilidad, que sirve de ayuda para buscar los mejores momentos para quedarse embarazada; de recuento de esperma, que aportan una cifra sobre el número de espermatozoides, pero no sobre su calidad, por lo que solo da “una aproximación”, en palabras de Galindo; o las tiras reactivas para determinar glucemia, diabetes o colesterol, test que, en opinión de esta médica, “no valen la pena”: “El azúcar es muy variable según el momento del día y puede dar problemas para su interpretación y, para el colesterol, la sangre capilar no es muy fiable, lo es más la venosa. Son pruebas que quizás se pueden usar más por curiosidad que otra cosa”.

Un test vendido en farmacias sin receta que sí es muy fiable es el de VIH, siempre que se tenga en cuenta que hay un periodo ventana, hasta seis meses después de la infección, en el que probablemente la prueba no detectará el virus. Es decir, no sirve para los días después de una relación de riesgo, para lo que sí existen pastillas que minimizan la probabilidad de contagio, y que tienen que ser recetadas por facultativos.

Con estas premisas, Juan Carlos Galán, jefe de Virología en el hospital Ramón y Cajal de Madrid, cree que cualquier propuesta que ayude al diagnóstico precoz del VIH “es bienvenida” y que los autotest “están para ayudar” y son una herramienta que “viene para quedarse”, para esta y otras enfermedades. “Deberíamos aprender a concienciar a una sociedad cada vez más demandante de plataformas muy cómodas de autodiagnóstico para que hagan buen uso. Tenemos que saber cómo canalizar a esos pacientes. En VIH, con el diagnóstico por el método tradicional, tardamos menos de una semana en derivarlo. En personas que van a sitios de pruebas rápidas o lo hacen por su cuenta, aun siendo resultados válidos, nos demoramos mucho en captarlo para el sistema; les explota la cabeza de encontrarse con ese hallazgo, deberíamos explicar bien a ciudadanía cuáles son los circuitos y qué pasos debe seguir quien las use”, sostiene Galán.

Un test también muy fiable y uno de los más recientes en el mercado es el del estreptococo. Es una bacteria que causa infecciones de garganta, entre otros síntomas que la hacen indistinguible a simple vista de un virus. La prueba puede ser un gran aliado de los médicos para saber si recetar antibióticos, y pueden ayudar al paciente a decidir si merece la pena ir a la consulta: si es negativa, seguramente se la pueda ahorrar, porque no hay tratamientos eficaces que curen este tipo de virus, pero si es positiva, debe acudir al centro de salud para que le receten los fármacos adecuados.

Precauciones con los test

El reto de entender bien las pruebas y sus limitaciones es crucial, porque de lo contrario, pueden incluso despistar. En el caso de la prueba del Helicobacter pylori ―una bacteria muy prevalente que causa problemas gástricos―, mide los anticuerpos. Pero muchas personas que lo han tenido puede mantenerlos durante mucho tiempo aunque estén curadas, así que en realidad necesitará una prueba de heces o de aliento, que se hacen en hospitales y centro de salud.

Gisela Galindo pone más ejemplos de factores que los pacientes deberán tener en cuenta con algunos de estos test: “El de proteínas en orina puede indicar que no funcionan bien los riñones, pero puede salir alto después de hacer deporte y no es nada anormal. El de sangre en orina puede ser indicativo de un cáncer renal, pero lo más frecuente es que se trate de litiasis [cálculos en las vías urinarias]. El de vitamina D hay un conflicto de interés, porque suelen estar comercializados por las mismas empresas que venden suplementos de vitamina D”.

Una última precaución necesaria ante la proliferación de test la señala Manuel Linares, de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen): “Estamos viendo que hay productos que no cumplen los estándares. La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha tenido que retirar algunos de covid que no eran fiables. Lo barato sale caro”. Ha sucedido en varias ocasiones, la última, en octubre pasado. La agencia justifica que los test de autodiagnóstico, no están sometidos a la misma legislación que los medicamentos, así que no pasan los mismos estrictos controles. “Los evalúa y certifica un organismo independiente designado por las autoridades, que audita a los fabricantes de productos sanitarios, verifica que el diseño y la información son adecuados para que sea utilizado por no profesionales y que cumple con los requisitos de seguridad y funcionamiento. Si la evaluación es satisfactoria, emite un certificado CE”, explica un portavoz de la agencia.

Más allá de estas consideraciones, Linares cree que este tipo de test son muy interesantes, y están porvenir más, como los que sirven para detectar infecciones de transmisión sexual, disparadas desde hace años en España y en Europa. No solo pueden ser útiles para los pacientes, sino para los propios médicos y el sistema sanitario. Varias comunidades externalizan en las farmacias los cribados de cáncer colorrectal gracias a las pruebas de sangre en heces. Las boticas se encargan de recoger las muestras y derivarlas al sistema público para que determine si es necesaria una colonoscopia (en personas mayores de 50 años que presenten sangre). “En la región de Murcia las farmacias recogieron en 2021 el 90% del material de las pruebas de cribado de cáncer colorrectal y en Cataluña su participación ha elevado en un 430% la recogida de muestras”, según datos del CGCOF.

“La farmacia en estos casos actúa como si fuera el laboratorio y el farmacéutico puede ser quien realice la prueba”, señala Fernández Font. “Con la covid ya lo vimos. Aunque las pruebas están preparadas para que las haga el resultado, en caso necesario las podemos hacer e interpretar los farmacéuticos y derivar sin son patologías de declaración obligatoria”, continúa. Durante la pandemia se cerraron acuerdos con las autoridades de Salud Pública de 12 comunidades autónomas que permitieron que las boticas registrasen y notificasen más de 110.000 positivos de test de antígenos. “Esto fue una prueba piloto y la muestra de todo el potencial de lo que se puede hacer en farmacia comunitaria”, zanja el portavoz de CGCOF.

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.
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