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Canarias detecta nuevos ejemplares del mosquito de la fiebre amarilla en la ciudad más poblada de las islas

El hallazgo de dos ejemplares del ‘Aedes aegypti’, que transmite la fiebre amarilla, dengue o el zika, activa los protocolos del Gobierno regional

Mosquito salvaje hembra de la especie 'Aedes aegypti' chupando sangre.
Mosquito salvaje hembra de la especie 'Aedes aegypti' chupando sangre.DERRIC NIMMO/OXITEC LTD
Guillermo Vega

La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias se ha visto obligada a activar el protocolo previsto en el Sistema de Vigilancia Entomológica de las islas tras detectarse varios ejemplares adultos del mosquito de la especie Aedes aegypti en el barrio de Piletas, en Las Palmas de Gran Canaria, la mayor ciudad de las islas con 378.517 habitantes. Esta especie es una de las principales transmisoras al ser humano de enfermedades víricas graves como la fiebre amarilla, dengue, zika y chikungunya —también se le conoce como mosquito de la fiebre amarilla o el dengue—, aunque para ello sería necesario que los mosquitos picaran primero a una persona ya contagiada. Los ejemplares de este género, explica la Dirección General de Salud Pública, son de color negro con rayas y más pequeños que los habituales.

Se trata de la tercera vez que la amenaza del Aedes aegypti se cierne sobre el archipiélago. En marzo de 2022 se encontraron varias larvas del insecto en una trampa de vigilancia situada en el puerto de la capital de la isla de La Palma, Santa Cruz de La Palma. En 2017, este mosquito logró colonizar una zona habitada de la isla de Fuerteventura, pero entonces las medidas adoptadas lograron erradicarlo.

El Gobierno ha informado de que se activarán las labores de inspección en la zona y se colocarán trampas que ayuden a determinar si hay más ejemplares en la zona. Además, se informará a los vecinos de las acciones que deben tomar y se ofrecerán las recomendaciones para evitar la proliferación de ejemplares y puntos de cría, ya que la colaboración ciudadana resulta imprescindible en estos casos. De hecho, la detección del Aedes aegypti en el barrio de Piletas se realizó gracias a la notificación realizada por un vecino afectado por la picadura del mosquito que le pareció sospechosa. Por parte del Ayuntamiento capitalino se actuará en el entorno de la charca ubicada en la zona mediante las labores de limpieza correspondientes, mientras que el Consejo Insular de Aguas se encargará de aplicar el tratamiento larvicida recomendado en la charca.

El Aedes aegypti no es una especie ni mucho menos desconocida en España. De hecho, durante el siglo XIX y hasta mediados del siglo XX se solía detectar con frecuencia durante el verano en las zonas costeras, adonde llegaba a bordo de los barcos procedentes de los trópicos. Así, fue esta especie la responsable de las graves epidemias de fiebre amarilla que sufrieron hace más de un siglo ciudades como Barcelona. Una vez llegaban el otoño y el invierno, el mosquito desaparecía porque no puede sobrevivir las bajas temperaturas. Algo que no sucede en Canarias, donde se dan las condiciones climáticas idóneas todo el año.

Ejemplares más pequeños

El Aedes aegypti es una de las tres especies de este género que han llegado a España en los últimos años con potencial de transmitir enfermedades consideradas tropicales. La segunda es el Aedes albopictus, más conocido como mosquito tigre, que desde hace casi dos décadas se ha expandido por casi toda la costa mediterránea y que está detrás de media docena de casos de dengue autóctono ocurridos en Murcia y Cataluña. La tercera es el Aedes japonicus, establecido desde hace al menos dos años en Asturias y Cantabria.

Los mosquitos Aedes aegypti son más pequeños que los mosquitos comunes, de un color más oscuro, con bandas plateadas en el cuerpo y patas a rayas blancas. Suelen picar a primeras horas de la mañana o al atardecer y no emiten el zumbido típico del mosquito común, según informa el Gobierno de Canarias. Las hembras son las que pican, ya que necesitan alimentarse de sangre para reproducirse. También necesitan agua (puntos de cría) para completar su desarrollo. En el agua depositan sus huevos, de los que emergerán las larvas que luego se transformarán en pupas (ambas acuáticas) y que finalmente se convertirán en mosquitos. “Cualquier punto de acumulación de agua o charco puede servir de criadero”, avisa el Ejecutivo regional, “por lo que es vital eliminarlos”.

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Sobre la firma

Guillermo Vega
Corresponsal en Canarias y miembro del equipo de edición del diario. Trabajó en la Cadena Ser, Cinco Días y fue jefe de EL PAÍS Retina y de la sección de Tecnología. Licenciado en Ciencias de la Información, diplomado en Traducción e Interpretación y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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