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Portugal entra en la recta final para aprobar la ley de eutanasia

Los partidos en el Parlamento son mayoritariamente favorables a aprobar la muerte asistida. La Iglesia encabeza la contestación a la norma en una sociedad dividida

Protesta en Oporto contra la despenalización de la muerte asistida.
Protesta en Oporto contra la despenalización de la muerte asistida. EFE

El Parlamento portugués debatirá y votará una ley sobre la eutanasia este jueves. Será el segundo intento. En 2018, rechazó despenalizar esta práctica por solo cinco votos. Sin embargo, en la nueva Cámara, salida de las elecciones de octubre, tienen mayor peso sus defensores: principalmente el Bloco de Esquerda y el Partido Socialista, que serán apoyados por las formaciones ecologistas. En la anterior legislatura, la propuesta de ley no salió adelante por el voto en contra de las formaciones de centroderecha y del Partido Comunista, que esta vez no sumarían para tumbar la propuesta (97 frente a 133 diputados). Los socialistas darán libertad de voto a sus diputados, al igual que el Partido Social Demócrata (PSD), aunque no está previsto que esto vaya a alterar el resultado final. Una vez aprobado en plenario, el texto aprobado pasará a comisión para su mejora y la incorporación de enmiendas.

Mientras tanto, los contrarios a la eutanasia, incluida la Iglesia católica portuguesa, en un intento de frenar la ley, apoyan que la medida se vote en un referéndum. La idea no es tanto ganarlo, ya que una ligera mayoría de los portugueses está a favor de la muerte asistida, sino bloquear el proceso legislativo, ya que en Portugal solo se valida una consulta popular si vota el 50% del censo, algo que casi nunca ocurre (la ley del aborto cayó por la escasa participación en dos referendos, en 1998, 32% de participación, y en 2007, 44%).

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Según la encuesta más reciente, del Instituto Universitario Egaz Moniz, el 50,5% de los portugueses es favorable a la eutanasia, el 25,6% contrario, y el resto, un 23,9%, está indeciso (en España, los sondeos superan el 70% a favor). En la misma encuesta (a 1.695 personas) una amplia mayoría (63,7%), dijo preferir que la decisión se tome en una consulta pública. Varios movimientos autodenominados provida intentan recoger las 60.000 firmas necesarias para que el Parlamento admita a trámite el referéndum. Llevan 40.000, pero incluso en el caso de que lleguen al total de las firmas requeridas, el Parlamento tendría que votar su aceptación y, según los portavoces de los grupos parlamentarios, la posibilidad de que la consulta se acabe celebrando es nula (solo el Centro Democrático y Social, cinco diputados, y el diputado de Chega están a favor).

Debate enconado

El debate en la calle se ha enconado en los días previos a la discusión parlamentaria. La secretaria general socialista, Ana Catarina Mendes, ha pedido un debate “sereno y esclarecedor, ya que toca la dignidad de cada uno". 

El pasado domingo, en la multitudinaria misa celebrada en la catedral de Oporto, el canónigo Amadeu Ferreira centró su homilía en la lucha "desesperada" contra la despenalización esgrimiendo que el cambio legal atenta contra el quinto mandamiento, No matarás

La Iglesia católica portuguesa apoya el referéndum como un mal menor. Su doctrina dicta que las cuestiones de la vida no pueden ponerse a prueba de consultas populares, pero según el obispo de Oporto, Manuel Linda, aún es “más deplorable que 150 o 200 diputados impongan sus criterios a muchos millones de ciudadanos”. Líderes evangélicos, hindúes, islámicos, judíos, ortodoxos, budistas, adventistas y mormones se sumaron ayer a los católicos en una petición conjunta en contra de la eutanasia y a favor de los cuidados paliativos.

Centenares de profesionales de la salud han firmado un manifiesto a favor de la eutanasia, aunque también hay otras plataformas que lo han hecho en contra. Este mismo martes, el Colegio de Médicos descartaba revisar su código deontológico argumentando que la eutanasia viola la ética de los médicos, que "están preparados para salvar vidas". También se han pronunciado en contra de la eutanasia los ex primeros ministros Aníbal Cavaco y Passos Coelho (PSD) y el carismático seleccionador nacional de fútbol, Fernando Santos. "En un asunto de esta magnitud no me parece bien que 230 personas [los diputados del Parlamento], por muchos méritos que tengan, legislen por mí", ha declarado a la radio católica Renascença.

Al margen del referéndum, el presidente de la república, Marcelo Rebelo de Sousa, católico practicante, podría vetar la ley o enviarla al Tribunal Constitucional. Pero tampoco sería definitivo: el texto volvería al Parlamento, que lo podría aprobar definitivamente sin alteración alguna. Además, hasta ahora los vetos presidenciales se han limitado a aconsejar mejoras en los textos, cosa que el Parlamento siempre ha realizado. Hábil, sobre todas sus cualidades, el presidente esperará para mover pieza a ver si la eutanasia se aprueba por mayoría simple o por dos tercios de la Cámara.

De salir adelante la ley, Portugal sería el cuarto país europeo —tras Bélgica, Holanda y Luxemburgo—, en legalizar la eutanasia, algo que España también ha empezado a tramitar en el Congreso. Fuera de la Unión Europea, la eutanasia es legal en Canadá y Colombia, mientras Nueva Zelanda decidirá este año en referéndum si sigue la misma senda. El suicidio asistido, a su vez, está despenalizado en Suiza, una decena de Estados de EE UU y el australiano de Victoria.

Cinco proyectos en dos horas y media

En apenas dos horas y media, el Parlamento portugués tendrá que debatir este jueves cinco proyectos de ley sobre la despenalización de la eutanasia, una de las críticas de los contrarios a la muerte asistida. Cada partido a favor, tiene el suyo; aunque los textos del Partido Socialista (108 diputados, que no llevaba la ley en el programa), Bloco de Esquerda (impulsor del debate, 19 diputados), animalistas, verdes y liberales, coinciden en la mayoría de los aspectos y permiten la eutanasia en caso de sufrimiento insoportable y duradero por enfermedad o lesión incurable. En todos la iniciativa parte del paciente, en plena conciencia mental, y es ratificada por un diagnóstico médico y la aprobación de una comisión. En ningún caso se aplicaría a menores o enfermos mentales.

Entre las diferencias de los proyectos de ley, Iniciativa liberal pide que no haya “un interés sucesorio o patrimonial”, Los Verdes circunscriben la medida a enfermos tratados en el Servicio Nacional de Salud, y el partido animalista PAN amplía la muerte asistida al sufrimiento “psicológico intenso”.

Este martes, el Consejo Nacional de Ética para las Ciencias de la Vida de Portugal (organismo independiente y consultivo, equivalente al Comité de Bioética de España), emitió este martes una opinión desfavorable sobre cuatro de los cinco proyectos. "No constituyen una respuesta éticamente aceptable para salvaguardar los derechos de todos y las decisiones de cada persona al final de la vida, sin considerar o valorar los diferentes principios, derechos e intereses presentes, que deben ser protegidos y reafirmados", explicaba en el resumen de su resolución.

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