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El nuevo corazón de Chloe, un mensaje de esperanza en tiempos de coronavirus

El Hospital Gregorio Marañón realiza con éxito un trasplante cardiaco infantil con un dispositivo especial por la epidemia de la Covid-19

La madre de Chloe acaricia el brazo de su hija en el Hospital Gregorio Marañón.
La madre de Chloe acaricia el brazo de su hija en el Hospital Gregorio Marañón.Hospital Gregrorio Marañón
Eva Saiz

Entre las sensaciones extremas de parálisis en las calles y de colapso en los hospitales, el trasplante cardiaco a una niña de año y medio que este fin de semana realizó con éxito el Área del Corazón Infantil del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, es una anómala normalidad en medio del desconcierto en el que nos ha sumido la crisis del coronavirus, que transmite un mensaje de esperanza y tranquilidad tanto para las familias de pacientes con dolencias graves ajenas a la Covid-19, como para quienes dudan del funcionamiento del sistema sanitario. “En medio de este caos, los hospitales siguen trabajando”, resume Juan Miguel Gil Jaurena, jefe de Cirugía Cardiaca Infantil del Marañón, que intervino en la operación.

Chloe llegó al hospital hace tres meses con una miocardiopatía. “Nuestra vida entera entró en una parálisis total”, cuenta su madre en un vídeo difundido por el Gregorio Marañón. Aunque su hija evoluciona favorablemente, ella no se separa de la UCI donde se encuentra la pequeña de 18 meses y prefiere no hablar con los medios. Hace algo más de un mes, su situación se agravó y se incluyó en la lista de espera de urgencias pediátricas. “Pese a trabajar en medio de una epidemia hemos mantenido la atención urgente y los criterios que en estos casos sigue la Organización Nacional de Trasplantes (ONT)”, explica a este diario el doctor Constancio Medrano, jefe de Cardiología Infantil del Hospital Gregorio Marañón, quien en su calidad de presidente de la Sociedad española de Cardiología pediátrica y Cardiología congénita asegura que todos los centros de cardiología y cirugía infantil de España están funcionando con normalidad en los casos de urgencia o situaciones complejas.

La operación y el proceso de donación y trasplante, sin embargo, no se han podido sustraer al contexto de excepcionalidad que se vive por la pandemia. “El protocolo en el uso de los equipos de extracción ha cambiado debido a la recomendación de evitar desplazamientos y de no mezclar al personal sanitario”, indica Medrano. En estos casos lo habitual es que sean cirujanos del equipo que va a realizar el trasplante quienes se trasladen al centro donde se produce la donación y extraigan el órgano. “En esta ocasión se contó con equipos de tres hospitales que se coordinaron para la extracción”, destaca el cardiólogo. Otra novedad vinculada a la crisis del coronavirus es que se tuvieron que hacer análisis de la Covid-19 previos para confirmar que ni el donante ni el receptor estaban infectados.

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Lo más difícil en este caso no fue eludir al virus. “En los niños el donante puede ser mayor que el receptor, pero el tamaño del órgano tiene que tener un límite”, indica Medrano. “Toda la red está centrándose en particular en aquellos pacientes que se encuentran en una situación más grave y los que tienen más dificultades para trasplantarse, como es el caso de los niños. Por ello estamos consiguiendo realizar trasplantes pediátricos, gracias a la gran labor de los equipos de trasplante”, afirma la directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil.

La necesidad de funcionarios sanitarios para atender el frente de coronavirus también se ha notado en el Hospital Infantil Gregorio Marañón, pero la obligada redistribución del personal no afecta a las operaciones. “Los equipos mínimos están asegurados. Se ha reducido al mínimo posible el personal de enfermería, intensivistas, anestesistas y cardiólogos para que el resto colaboren con los adultos, pero los tiempos de operación no se prolongan”, afirma Medrano. La operación de Chloe duró siete horas y estuvieron presentes 10 profesionales sanitarios, explica el doctor Gil Jaurena.

La pequeña Chloe se recupera en la UCI del Hospital Infantil del Gregorio Marañón. Su recién estrenado corazón palpita ajeno a la zozobra desatada por el coronavirus. Sus latidos son tambores de esperanza para muchas familias angustiadas. “Es un mensaje importante porque hay muchos padres que nos llaman preocupados por si estamos atendiendo otros problemas al margen del coronavirus. Este es un ejemplo de que se está haciendo y en todo el territorio español”, recalca Medrano.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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