_
_
_
_
_

“No entiendo que se niegue el cambio climático. La evidencia científica es muy fuerte”

La vicepresidenta del IPCC, organismo asesor de la ONU sobre el calentamiento global, defiende el informe que EE UU y Arabia Saudí han cuestionado en la cumbre de Katowice

Manuel Planelles
Thelma Krug, vicepresidenta del IPCC, en la cumbre del clima de Katowice.
Thelma Krug, vicepresidenta del IPCC, en la cumbre del clima de Katowice.M. P.

Un informe científico ha acabado por convertirse en uno de los grandes escollos de la cumbre del clima de la ONU, que este año se celebra en Katowice (Polonia). El IPCC, el panel de expertos que asesora a la ONU en asuntos de calentamiento global, es el responsable del documento. Y Thelma Krug (São Paulo, 1951), la vicepresidenta del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, por sus siglas en inglés), ha acudido a la cumbre a presentar sus resultados. "Es un desafío muy grande y el cambio no tiene precedentes en la historia", dice sobre la transformación necesaria para cumplir con el Acuerdo de París. 

Más información
EE UU, Rusia y Arabia Saudí dividen la cumbre del clima
El miedo a los ‘chalecos amarillos’ sobrevuela la cumbre del clima de Katowice

Cuando se cerró ese acuerdo en 2015, los 200 países que forman parte de la convención de la ONU sobre cambio climático encargaron un informe al IPCC sobre la posibilidad de que la subida de las temperaturas a final de siglo se quede solo en 1,5 grados respecto a los niveles preindustriales (ahora estamos en un grado de aumento). Ese documento se presentó en octubre en Corea del Sur. Sin embargo, dos meses después, EE UU, Rusia, Arabia Saudí y Kuwait están bloqueando su asunción en la cumbre de Katowice. No están dispuestos a que, literalmente, se "acoja con satisfacción" un informe que urge a tomar medidas drásticas.   

Pregunta. ¿Qué le parece que los países no encuentren un encaje para el informe del IPCC?

Respuesta. El IPCC fue invitado por esta convención de cambio climático en 2015 a elaborar el informe, y lo entregamos en 2018 como nos solicitaron. Fue un desafío muy grande entregarlo en ese pequeño espacio de tiempo, pero hicimos nuestra parte desde el punto de vista científico. Lo más importante es que todos los países, incluso los que aquí ahora han mostrado preocupación, aprobaron el resumen y aceptaron el informe en octubre. Eso es lo más importante para el IPCC, porque con eso podemos avanzar e informar. Todos los países estuvieron de acuerdo, aunque es importante decir que después de la aceptación del informe tres países hicieron comunicados expresando preocupaciones.

P. ¿Qué tres países eran?

R. Los mismos.

P. EE UU, Arabia Saudí y…

R. Egipto. Hicieron declaraciones que están en las actas de la reunión de octubre. Por eso no ha sido una sorpresa ahora. Pero lo más importante para nosotros era la aceptación del informe y esto se hizo en octubre. Ahora ya es una decisión política.

P. ¿No le parece que desde el ámbito político se niega la evidencia científica?

R. No creo. Porque los mismos países que están ahora aquí estaban en octubre allí y expresaron su aceptación del informe. Aquí es más una cuestión de encontrar el lenguaje. Los países buscan un lenguaje en el que se sientan cómodos. Y estamos hablando de 195 países que tienen diferentes visiones. Esto no implica que la ciencia se rechace o no se acepte.

P. ¿Hay malestar entre sus compañeros del IPCC?

R. Entendemos que desde el punto de vista científico hicimos nuestra parte. Ahora no nos importa mucho lo que pasa, lo importante es que durante la cumbre estamos teniendo un espacio increíble para difundir los resultados del informe. Perseguir el objetivo del 1,5 grados es mucho más difícil, mucho más impactante. Y necesitará transiciones muy significativas. Tal vez un coste algo mayor. Pero lo beneficios son tan grandes. Nos va a costar mucho más no hacerlo, por los fenómenos extremos que son cada vez más intensos y frecuentes… Estamos hablando de vidas humanas. ¿Qué coste tiene eso? Creo que aquí todos lo tienen asimilado, pero, claro, será una revolución. Y esto lleva un poco de tiempo tal vez.

P. ¿Cree entonces que se puede lograr mantener el calentamiento por debajo de 1,5 grados?

R. Es un desafío muy grande y el cambio no tiene precedentes en la historia. En el informe señalamos que es posible. Es decir, no es imposible. Es el lenguaje que utilizamos. Pero se necesitan cambios muy intensos. Si se toman como ejemplo los países en desarrollo se ve que tienen muchas oportunidades de crecer de una forma muy diferente, muy distinta. Para los países desarrollados los cambios son más dramáticos por su sistema energético.

P. ¿No le asalta el pesimismo cuando ve que las emisiones de CO2 mundiales volverán a crecer en 2018?

R. Es un poco deprimente, porque sabemos desde hace mucho tiempo de la necesidad de reducir las emisiones intensamente, pero entendemos que aquí ya se está interiorizando la necesidad de una mayor ambición. Yo creo, particularmente, que los países van a hacerlo. Creo que el informe del IPCC también pone de relieve la necesidad de cambios en los estilos de vida, de las personas, de la contribución de cada uno. Creo que el cambio empieza con nosotros.

P. Es decir, ¿que no es una cuestión solo de los Gobiernos que discuten aquí, en Katowice?

R. No solo. Es importante el cambio en la forma de consumir. Si cambiamos nosotros, la industria tendrá que cambiar también. Estamos hablando de una transformación tan importante que la ciudadanía, no solo los Gobiernos, tiene que pensar en cómo cambiar. La responsabilidad también es de los individuos, de las personas. Los cambios y las ambiciones ocurren de arriba para abajo y de abajo para arriba.

P. ¿Es usted optimista?

R. Lo soy. Porque sería muy complicado imaginar un futuro si no, es decir, pensar en que mis nietos y su generación no tengan una posibilidad de vivir en el planeta porque sufrirán unos impactos del cambio climático que ya estamos viendo hoy. Con las inundaciones, las olas de calor… Parte de estos fenómenos son por el cambio climático. Creo que el informe de evaluación del IPCC de 2021 nos dará más conocimientos sobre la atribución de los fenómenos extremos al cambio climático. Y esa será una diferencia. Porque ya no se podrá decir "esto ya ocurrió en el pasado, es lo mismo…". Será más difícil. Muchos de los problemas que vemos hoy ya están atribuidos al cambio climático.

P. ¿El negacionismo se queda cada vez con menos espacio?

R. No entiendo cómo se puede negar el cambio climático. La evidencia científica es muy fuerte. Tú ves los informes del IPCC y mostramos incertidumbres. Pero son muy claros sobre las áreas en las que las incertidumbres son grandes y donde son pequeñas; y conforme la ciencia avanza vamos haciendo las incertidumbres cada vez menores. Si no actuamos, en el futuro nos criticarán, nos van a culpar. Y será mucho más difícil para las futuras generaciones revertir esto. ¿Por qué trasladar a las futuras generaciones, a nuestros hijos y nietos, un trabajo que hoy es difícil pero no es imposible?

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Manuel Planelles
Periodista especializado en información sobre cambio climático, medio ambiente y energía. Ha cubierto las negociaciones climáticas más importantes de los últimos años. Antes trabajó en la redacción de Andalucía de EL PAÍS y ejerció como corresponsal en Córdoba. Ha colaborado en otros medios como la Cadena Ser y 20 minutos.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_