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Cassià Just, un monje que convirtió Montserrat en un refugio durante el franquismo

El religioso dirigió la comunidad benedictina en los años del postconcilio, la última etapa de la dictadura y la transición democrática

El monje Cassià Maria Just, fallecido esta madrugada a los 81 años, fue abad de Monasterio de Montserrat entre los años 1966 y 1989, puesto desde el que defendió y acogió a los críticos con el régimen franquista durante la época de la dictadura.

Cassià Just, nacido en Barcelona el 22 de agosto de 1926,

dirigió la comunidad benedictina en los años del postconcilio, la última etapa de la dictadura franquista y la transición democrática, e imprimió a Montserrat su talante abierto y pacificador, que le llevó a acoger en la abadía a creyentes y no creyentes de todas las tendencias políticas.

Entre los ejemplos de este talante destaca el permitir, a

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Fallece a los 81 años el abad emérito de Montserrat Cassià Maria Just

pesar de el efecto que podía tener en las relaciones entre la Iglesia y el régimen de Franco, el famoso encierro de intelectuales en Montserrat en protesta por el llamado Proceso de Burgos, consejo de guerra en el que se condenó a muerte a miembros de ETA.

Este encierro y su apoyo a algunos conflictos sociales y laborales le llevó a una difícil relación con los gobernadores civiles de la época.

Apoyó a Carod cuando se entrevistó con ETA

Defensor desde siempre del diálogo para acabar con el conflicto en el País Vasco, en el año 2000 también apoyó al consejero primero de la Generalitat, Josep Lluis Carod Rovira, cuando se hizo público que había mantenido conversaciones con dirigentes de ETA en Perpiñán.

En el mundo benedictino participó a nivel internacional en

la aplicación del Concilio Vaticano II y ejerció el cargo de Visitador de la Provincia Hispánica Benedictina, de 1989 a 1996.

Un progresista en la Iglesia católica

En su defensa de la necesidad de un cambio en la moral católica destacan las posiciones de respeto hacia la homosexualidad, la demanda de una apertura del Vaticano en el ámbito de la sexualidad y de apoyo a la eutanasia pasiva.

Cassià Maria Just tuvo incidencia notable sobre el clero y

los religiosos de Cataluña y mantuvo siempre el contacto y el diálogo con el mundo cultural y político catalán.

Defensor de los Derechos Humanos y de la personalidad catalana, mereció la aprobación de Pablo VI y mantuvo en todo momento la proyección nacional e internacional de Montserrat impulsada por el abad Aureli Maria Escarré, exiliado por sus críticas al régimen franquista.

Cruz de Sant Jordi

El 1 de diciembre de 1966 fue elegido abad de la comunidad, después de haber desarrollado las tareas de maestro de novicios y de prior del Abad Gabriel Brasó. Al dejar el cargo en 1989, lo sucedió el padre Sebastià M. Bardolet.

En reconocimiento a su trayectoria, en 1991 recibió la Cruz de Sant Jordi que otorga la Generalitat.

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