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Trastornos alimenticios
Tribuna
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Cómo afrontar la Navidad con un trastorno alimentario

Las fiestas navideñas pueden causar un terror absoluto cuando el mayor enemigo es la comida, porque todo gira en torno a ella

Una familia cena por Navidad.
Una familia cena por Navidad.getty (Getty Images/Westend61)
Azahara Nieto

Cuando estudiaba el máster en trastornos del comportamiento alimentario, estuve haciendo las prácticas en el Hospital Universitario Santa Cristina de Madrid. Era en la Unidad de Trastornos del Comportamiento Alimentario (UTCA), que funcionaba como un hospital de día, donde los pacientes pasaban la mayor parte de la jornada, con la finalidad de que al menos tres comidas del día estuvieran bajo vigilancia. Incluía reposo tras las comidas, además de todo el trabajo de nutricionistas, psicólogos, psiquiatras, sesiones de grupo y muchas más actividades para su recuperación.

En el turno de mañana estaban los pacientes que estaban atravesando una anorexia, bulimia o trastorno por atracón. Los trastornos nunca son puros y acaban mezclándose las conductas peligrosas de cada uno de ellos.

Según iban acercándose las fechas navideñas, era evidente que algunos de los pacientes empeoraban: cada vez comían menos, usaban trucos para purgarse y casi todo el progreso que habían hecho durante la estancia en la unidad se iba al garete. ¿Cuál era la causa? ¿Acaso no querían pasar las fiestas en casa con su familia? La respuesta es que no. La Navidad puede causar un terror absoluto cuando tu mayor enemigo es la comida, porque son fiestas en la que todo, absolutamente todo, gira en torno a ella.

Algunos de los pacientes, en realidad, generalmente, mujeres (este trastorno sigue siendo más común en mujeres), llegaban hasta a forzar el ingreso en esas fechas. Al final, su lugar seguro estaba fuera de esas fiestas donde el miedo y la ansiedad se apoderaban de ellas; tanto como para preferir pasar una fiesta, como la Navidad, ingresada en un hospital y con alimentación artificial, antes que ir a casa y tener que enfrentarse a los kilos de polvorones, turrones y comidas sin cesar (comida de amigos, del gimnasio, de la empresa, compañeros de universidad, instituto, primos y tíos lejanos, etcétera). Es demasiado para un cuerpo tan afectado por la comida, demasiados frentes con los que luchar. Es bastante difícil imaginar el vacío y el dolor que deben de sentir esos pacientes para llegar a ese extremo.

Este artículo quiere dejar constancia de ese dolor y, a su vez, dar ciertas recomendaciones para que, aunque no sepamos exactamente qué le pasa a la persona que tenemos enfrente, seamos cuidadosos y no hagamos más daño. ¿Cómo podemos ayudar?

Espero que este artículo ayude a ver la gravedad de los TCA y, si tienes a alguien que esté pasando por ello, te dé herramientas para cuidarle. Con nuestras palabras podemos conseguir que transite por él de una forma más amable, sin agravar lo que ya siente. Si cambiamos el discurso que mantenemos sobre nuestros cuerpos, los ajenos y la comida, conseguiremos tener una sociedad más sana mentalmente, conseguiremos prevenir los TCA y será más libre respecto a la estética.


NUTRIR CON CIENCIA es una sección sobre alimentación basada en evidencias científicas y en el conocimiento contrastado por especialistas. Comer es mucho más que un placer y una necesidad: la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes. Un equipo de dietistas-nutricionistas nos ayudará a conocer mejor la importancia de la alimentación y a derribar, gracias a la ciencia, los mitos que nos llevan a comer mal.

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Sobre la firma

Azahara Nieto
Nutricionista clínica, fundadora de la consulta on line 'Se come como se vive'. Graduada en nutrición (UCM), máster en trastornos de la conducta alimentaria (UEM) y especializada en alimentación vegetariana y vegana (INCS).

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