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Charan Ranganath, experto en memoria: “Hay líderes que utilizan la nostalgia para ganar poder y manipular”

El neurocientífico estadounidense reúne en un libro todos los avances recientes en el estudio de cómo los seres humanos retienen información

Charan Ranganath
El neurocientífico estadounidense Charan Ranganath en una fotografía cedida.

A finales del siglo XIX, un psicólogo alemán llamado Hermann Ebbinghaus inventó un método para estudiar la memoria humana utilizando como único recurso su propia mente. Durante horas, memorizó palabras de tres letras sin sentido llamadas “trigramas”, cada una de ellas compuesta por una vocal entre dos consonantes, por ejemplo DAX, REN o VAB. Descubrió que solo podía memorizar sesenta y cuatro trigramas en cada sesión de cuarenta y cinco minutos antes de que su mente se agotara. Sus esfuerzos revelaron aspectos fundamentales de la memoria humana, incluyendo el concepto de la “curva del olvido”, que representó por primera vez la rapidez con la que olvidamos la información.

Esta historia la recoge el neurocientífico Charan Ranganath en su libro Por qué recordamos (Península), recién publicado en España. Ranganath es un pionero en el uso de resonancias magnéticas funcionales (IRMf) para estudiar cómo recordamos eventos pasados. En su obra, aborda una cuestión esencial y enigmática que Hermann Ebbinghaus ya planteó hace más de un siglo: “Gran parte de lo que experimentamos hoy se perderá en menos de un día. ¿Por qué?”.

Pregunta: En Por qué recordamos sostiene que el cerebro está programado para olvidar, ¿cuál es la lógica detrás de este mecanismo evolutivo?

Respuesta: Nuestro cerebro está diseñado para formar y guardar recuerdos solamente de aquello que considera importante. Generalmente, crea recuerdos episódicos en situaciones que nos provocan sorpresa, curiosidad, alegría, deseo, amor, miedo, ira o estrés. Estas emociones desencadenan la liberación de ciertos químicos en el cerebro, como la dopamina, la noradrenalina, la serotonina y el cortisol. Estos químicos fomentan la plasticidad cerebral, un proceso que modela los circuitos neuronales mientras aprendemos, lo cual ayuda a que estos recuerdos se mantengan con el tiempo.

Además, los recuerdos tienden a competir entre sí. Por ejemplo, olvidamos dónde dejamos las llaves porque las hemos puesto en diferentes lugares anteriormente. Esta competencia entre recuerdos viejos y nuevos puede causar que olvidemos, un fenómeno conocido como “interferencia”.

P: ¿Es posible superar esa “interferencia”?

R: Sí. A veces, los recuerdos que creemos perdidos pueden volver si tenemos las pistas correctas en el momento adecuado. Como cuando una canción, un lugar o un aroma nos remonta a un momento del pasado que revive esos recuerdos.

P: Como la magdalena de Proust.

R: Exacto.

P: ¿Existen beneficios psicológicos o neurológicos en recordar eventos tristes o traumáticos?

R: Puede haber beneficios en recordar eventos dolorosos si aprendemos de ellos: a veces puedes aprender de los errores que cometiste en el pasado, y a veces la lección es que eres resiliente y capaz de superar adversidades. Y en ocasiones, cuando experimentamos eventos terribles, más adelante podemos disfrutar contando historias divertidas sobre lo mal que fueron las cosas.

P: ¿Es necesariamente negativa la nostalgia?

R: La nostalgia puede ser buena, en el sentido de que recordar eventos positivos puede hacernos sentir mejor en el presente. La nostalgia solo es mala cuando distorsiona nuestra visión del pasado y del presente. Cuando nos entregamos a la nostalgia, a menudo pasamos por alto los eventos negativos que ocurrieron o los recordamos de una manera más positiva. Esto puede dar la impresión engañosa de que nuestras vidas eran mejores antes de lo que son en la actualidad. Y a nivel colectivo, hay líderes autoritarios de todo el mundo que distorsionan la historia y utilizan la nostalgia como arma para ganar poder y manipular a las personas. Por lo tanto, la nostalgia puede ser saludable, pero debemos estar conscientes del potencial que tiene para volverse perjudicial.

Cuando estamos enfadados con alguien, tenemos un sesgo natural para recordar información que refuerza nuestros sentimientos negativos

P: Después de una ruptura amorosa, ¿por qué es común que inicialmente sea difícil recordar los momentos felices compartidos y solo recordemos los tristes?

R: Las investigaciones muestran que cuando intentamos recordar eventos pasados, estamos sesgados para encontrar recuerdos que sean congruentes con cómo nos sentimos y pensamos en el presente. Nuestras emociones forman una parte poderosa de nuestros estados mentales, así que cuando estamos enfadados con alguien, tenemos un sesgo natural para recordar información que refuerza nuestros sentimientos negativos y somos menos propensos a recordar los momentos felices.

P: Los avances recientes en neurociencia han revelado que es posible “borrar” selectivamente memorias traumáticas en modelos animales. Basado en estos hallazgos, ¿cuál es su perspectiva sobre las implicaciones éticas y prácticas de aplicar técnicas similares en humanos para tratar trastornos como el TEPT (Trastorno de estrés postraumático)?

R: No está claro que los experimentos en ratas puedan generalizarse a los humanos. Un ratón de laboratorio recordando que recibió una descarga eléctrica en una caja probablemente no sea comparable a las memorias traumáticas de un soldado que pasó un año en combate o de una niña que fue abusada repetidamente por sus padres durante su infancia. Por eso no me sorprende que los resultados en neurociencia hayan sido difíciles de traducir al tratamiento del TEPT.

Pero si se pueden superar las barreras, necesitamos pensar cuidadosamente sobre el objetivo. No creo que debamos borrar los recuerdos de eventos negativos, incluso si son bastante traumáticos. En mi opinión, el tratamiento debería centrarse en cambiar los componentes más angustiantes de esos recuerdos, las partes que nos llevan a sentir emociones dolorosas cada vez que recordamos. Estamos viendo indicios de que las terapias psicodélicas para el TEPT podrían tener este efecto, permitiendo a las personas recordar memorias traumáticas sin el dolor severo, miedo y vergüenza.

P: Por lo tanto, en su opinión, no deberíamos intentar borrar los recuerdos que nos causan dolor.

R: Yo recomendaría que, en lugar de deshacerse del recuerdo, las personas se enfoquen en cambiar su perspectiva y cuestionar sus creencias sobre el evento. Por ello, aconsejo compartir los recuerdos en el contexto de relaciones de apoyo y confianza. Obtener perspectivas externas, como sucede en la psicoterapia y los grupos de apoyo, nos brinda la oportunidad de transformar nuestros recuerdos, permitiéndonos ver el pasado de una manera menos angustiosa.

P: ¿Por qué a veces olvidamos qué íbamos a hacer al entrar a una habitación o incluso por qué estamos allí?

R: Esto sucede porque nuestra memoria está ligada al lugar, tiempo y estado mental en que nos encontramos, lo que conocemos como “contexto”. Cuando este contexto cambia, como al salir de una habitación o cambiar de tema en una conversación, se crea un “límite de evento”. Esto significa que el cerebro guarda los recuerdos de forma diferente antes y después de ese cambio. Por ejemplo, si estás en tu dormitorio y recuerdas que dejaste el teléfono en la cocina, al salir del dormitorio y caminar hacia la cocina, tu contexto cambia. Así, al llegar a la cocina necesitas recordar por qué fuiste allí, lo que implica mentalmente cruzar ese límite de evento y recordar lo que pensabas en el dormitorio.

Al intentar grabar cada momento, no nos concentramos en ningún aspecto de la experiencia con suficiente detalle como para formar recuerdos distintivos que retendremos

P: En la era digital, documentamos minuciosamente nuestras vidas con nuestros teléfonos móviles, ¿tiene esto algún impacto en nuestra capacidad natural para recordar?

R: La documentación digital puede mejorar la memoria si se utiliza de manera consistente con principios que ayudan a recordar, pero a menudo la usamos de manera automática, lo que impide nuestra capacidad natural de recordar. Frecuentemente nos centramos en documentar a expensas de experimentar. Por ejemplo, cuando las personas hacen fotos para Instagram o graban un concierto con sus teléfonos, su atención se dirige a lo que está ocurriendo, pero les aleja de lo que es distintivo en el momento, los paisajes, sonidos, olores y sensaciones que hacen que una experiencia sea única y memorable. Al intentar grabar cada momento, no nos concentramos en ningún aspecto de la experiencia con suficiente detalle como para formar recuerdos distintivos que retendremos. Así que, incluso si miras esas fotos y videos que has tomado (y la mayoría de nosotros no lo hacemos), no evocarán el mismo calor o alegría que habrían tenido si hubieras guardado tu teléfono y te hubieras sumergido en el momento.

P: ¿Cuál sería la manera correcta de utilizar la tecnología?

R: Tomar fotos o videos pensativamente en momentos oportunos puede orientarnos hacia lo que es interesante y distintivo a nuestro alrededor. Por ejemplo, a mi hija le gusta fotografiar selectivamente plantas y flores que llaman su atención en nuestras caminatas por la naturaleza, lo que le permite detenerse y absorber completamente esos aspectos del paisaje en ese momento. Y más tarde, si tomas un momento para usar esas fotos como señales para recordar ese evento, descubrirás que el evento se vuelve más memorable y más fácil de recordar una y otra vez.

P: En comparación con las capacidades de almacenamiento y recuerdo de la memoria digital, ¿se está quedando obsoleta la memoria humana? ¿Cómo se comparan las dos?

R: Son muy diferentes. Suelo decir que “mi teléfono tiene memoria fotográfica, pero yo no, y está bien”. Los dispositivos digitales registran cada bit de información que reciben, pero el cerebro humano registra memorias que priorizan las partes más novedosas, sorprendentes o emocionalmente significativas de nuestras experiencias. El cerebro humano también ha evolucionado de una manera que nos permite aprender rápidamente, pero también ser flexibles y ajustar rápidamente nuestro comportamiento cuando las situaciones cambian. Y estas características ayudan a explicar por qué sistemas de inteligencia artificial potentes como ChatGPT, que tienen una huella de carbono masiva y requieren una cantidad enorme de datos, no pueden resolver ciertas tareas que el cerebro humano puede hacer usando apenas suficiente energía para alimentar una bombilla.

P: ¿Cuál considera que es la principal desventaja o limitación de la memoria humana?

R: Al trabajar en modelos computacionales del cerebro, he aprendido que es muy difícil juzgar un sistema cerebral como bueno o malo, o que tenga fortalezas o debilidades. No hay manera de diseñar un cerebro de manera óptima para cada objetivo posible, de la misma forma que no se puede diseñar un coche que tenga perfecta economía de combustible, alta velocidad y la capacidad de llevar una gran cantidad de carga. Siempre hay compensaciones.

Dicho esto, creo que nuestra mayor limitación es el sesgo de recordar los eventos de una manera que se ajusta a nuestras creencias. Este sesgo nos da una excesiva confianza en nuestras habilidades, nos deja abiertos al prejuicio, nos hace vulnerables a la desinformación y nos priva de oportunidades para aprender de nuestros errores.

P: Otra limitación de la memoria humana es la ausencia generalizada de recuerdos de los primeros años de vida.

R: Es cierto. Las investigaciones indican que, durante los primeros dos años de vida, un niño no tiene recuerdos episódicos, lo que se conoce como “amnesia infantil”. En los siguientes dos años, un niño puede formar recuerdos episódicos, pero estos son fragmentados y borrosos, y esto se denomina “amnesia de la infancia”. Durante este periodo, el cerebro se está reorganizando a un ritmo rápido. El hipocampo y la corteza prefrontal, dos áreas cruciales para la memoria episódica, están en etapas muy tempranas de desarrollo. Como resultado, los recuerdos se están construyendo sobre una base de arena que está constantemente cambiando.

P: ¿Cuáles son las recomendaciones para mantener una buena salud cerebral y qué factores pueden afectarla negativamente?

R: Hay muchos factores. El mejor consejo que puedo dar es que la mente, el cerebro y el cuerpo están todos conectados. Por lo tanto, casi cualquier cosa que puedas hacer para cuidar tu salud mental y física será una buena inversión para la salud cerebral.

Algunos factores protectores en este sentido son una dieta saludable, el ejercicio, la interacción social y el sueño. Los factores que pueden afectar negativamente la salud cerebral incluyen problemas de salud comunes como la diabetes y las enfermedades vasculares, el estrés crónico, el insomnio, la depresión, el abuso de alcohol, enfermedades infecciosas como el COVID prolongado e incluso enfermedades de las encías. Afortunadamente, a diferencia de los Estados Unidos, muchas personas en España realizan ejercicio regularmente caminando y en bicicleta, y siguen una variante de la “dieta mediterránea”, que ha demostrado ser muy efectiva para promover la salud cerebral.

P: Después de tantos años investigando la memoria humana, ¿cuál cree que es la gran pregunta que aún queda por responder?

R: ¡Esta es la pregunta más difícil de todas! Siento que cada descubrimiento real nos lleva a más preguntas que no habíamos pensado en hacer antes. La pregunta que me gusta hacer es: ¿cuál es la mejor manera de desafiar mis creencias sobre cómo funciona la memoria? Los mayores misterios se refieren a cómo usamos la memoria en el mundo real: cómo nos desplazamos de un lugar a otro, cómo entendemos lo que está sucediendo en un juego de baloncesto o cómo logramos seguir lo que ocurre durante una conversación estresante. Los seres humanos parecen tener esta capacidad extraordinaria de usar el pasado para construir un entendimiento extraordinario sobre cómo todo y todos están conectados. Esa habilidad, que nos permite trazar una línea continua del pasado al presente y al futuro, es lo que quiero entender.

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