_
_
_
_
_

‘Defensa de la democracia’ y otros artículos de Pérez Llorca en EL PAÍS

El padre de la Constitución colaboró en seis ocasiones

Fotografía de archivo de José Pedro Pérez-Llorca, uno de los siete padres de la Constitución.
Fotografía de archivo de José Pedro Pérez-Llorca, uno de los siete padres de la Constitución.RAÚL SANCHIDRIÁN (EFE)

Ambigüedad y semidesarrollo (25/02/1979). "Desde el momento en que se pudo advertir con toda claridad que la Corona propiciaba el proceso de cambio hacia la democracia, nuestro país se enfrentó a una opción decisiva: la del cambio mediante la reforma o la del cambio mediante la ruptura. La de Suárez y la del PSOE." Seguir leyendo. 

Defensa de la democracia (17/05/1981). "Me ha extrañado sobremanera una frase de su editorial de hoy (16 de mayo), en la que se dice: «La intervención del ministro español Pérez-Llorca acusando a la "libertad de los países democráticos" de la facilidad de los movimientos terroristas llega también al equívoco».Nada más lejos de mis intenciones y mis convicciones que el acusar a las libertades democráticas. Por incompleta y fuera de contexto, la cita del editorial expresa una idea totalmente contraria a la que reiteradamente manifesté."

Con una clara intención de aludir a nuestros problemas, como hago siempre en ese foro europeo, me referí a la actuación de los terroristas a través de las fronteras, señalando el hecho de que en esa actuación podían aprovecharse de las libertades inherentes a nuestros países democráticos, pero que la supresión de las mismas «no estaba justificada en ningún caso y no constituía ninguna clase de solución para ningún tipo de problema, sino que lo agudiza». Seguir leyendo.

El doctor Pangloss en Maastricht (24/09/1996). "Hace unos años, un grupo de hombres amodorrados y sin lengua común en que entenderse, terminaron una reunión maratoniana dando su bendición política a un singular documento que, dicen, constituye, entre otras cosas, una fuente del derecho.Aquella noche, que quizá fue de Walpurgis, el saber jurídico, siempre modesto -pero nunca despreciable, retrocedió a los tiempos anteriores al Código de Hamurabi. Ya entonces se había iniciado la costumbre de ordenar sistemáticamente los preceptos. Claro es que esto es política, e incluso de la llamada alta, compañera de la chapuza tanto o más que la, lengua del imperio. La crítica desde este ángulo no sería, por tanto, procedente, ni sería." Seguir leyendo.

Genio y figura (24/07/2012). "Nunca está uno preparado para recibir la noticia de la muerte de un amigo. En cambio, hay personas que sí parecen estar dispuestas a enfrentarse a su propia muerte, al menos en alguna etapa de la vida. Tal me parecía el caso de Gregorio, según una última conversación, telefónica pero intensa, que con él tuve hace muy pocos días. Está bien entendido que el supuesto concreto no fue mencionado en ningún momento, pero de lo que tuvimos hablado saqué la neta impresión de una disposición psicológica y filosófica aceptante." Seguir leyendo.

Valiente y generoso (24/03/2014). "Adolfo fue quien, desde el primer momento, con su fuerza y convicción, nos dirigió a todos para que la nave, que era una España sin rumbo, encontrara el camino. Para que virara hacia el cambio necesario. Y lo consiguió. Sufrió mucho en el empeño. Fueron muchas fustas las que recayeron sobre su espalda de forma injusta. La política no es fácil. Ahora puede ser una profesión de riesgo, pero a final de los años setenta, tras 40 años de dictadura y con una incivil Guerra Civil todavía en la retina, con un futuro incierto y un presente que había de construirse casi segundo a segundo, con dos Españas todavía separadas, Adolfo puso la inteligencia, el músculo y la cara para guiarnos y recibir todos los golpes." Seguir leyendo. 

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Constitución sin ira (20/11/2015). "Si me tuviera que quedar con una frase que sintetizara el espíritu de aquel periodo, elegiría sin duda el tema de la canción que por aquellos tiempos popularizó el grupo Jarcha para el lanzamiento de un nuevo periódico, Libertad sin ira. De ello se trataba y eso era absolutamente necesario en aquel momento. Además, yo creo que fue muy buena cosa. Se trató de ser inclusivos, lo más que se pudiera, y de huir de anatemas y condenas. Así, la Constitución, si no de todos porque ello es imposible, nació con vocación de poder ser asumida por todos, lo que implicó que no podría tener el entusiasmo de ninguno. A diferencia de lo que ocurrió en otras transiciones, la Constitución pudo ser para todos porque no nació contra nadie. Yo creo que esto ha sido muy útil y no me parecería inteligente tirarlo ahora por la borda." Seguir leyendo.  

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_